Capítulo 6.

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— Es mejor que lo hablemos más tarde. — Dijo mientras veían como ingresaban los estudiantes.
— De acuerdo. — Maxi se puso de pie y extendió su mano para ayudarla.

— Perdón por llegar tarde, no nos dimos cuenta. — Se disculpó Maxi mientras con Violetta a la sala de canto.
— Pasen y tomen asiento. — Respondió Angie, la profesora de canto. Obedecieron en silencio sentándose uno junto al otro.
Francesca le susurró a Violetta — ¿Por qué llegaron tarde?
— Maxi ya lo dijo, no nos dimos cuenta.
— Tengo una idea. — Susurró Camila para Francesca.
— ¿Quién quiere pasar? — Preguntó Angie.
Camila alzó la mano — Francesca y yo.
— ¿Qué? — Francesca recibió un codazo por parte de su amiga. — Ah, sí. — Dijo mientras se ponía de pie y caminaban hacia el frente del aula.
— Muy bien ¿Qué van a cantar?
Camila sonrió — Código amistad.
— Esa canción es de tres. — Angie miró a las chicas y sonrió. — Violetta ¿podes cantar con ellas?
Levantó la vista de golpe. — Eh… yo no… — Fue interrumpida por los golpes en la puerta.
— Perdón por interrumpir Angie —Habló Pablo asomándose por la puerta.
— ¿Pasa algo?
— Necesito que Violetta y Maxi me acompañen a dirección. — Todos los ojos se posaron sobre ellos.
— No hicimos nada. — Dijeron al mismo tiempo.
—Tranquilos chicos, Pablo ¿es necesario que sea ahora? Violetta estaba por cantar.
— Te prometo que si no fuese importante no los sacaría.
— De acuerdo, chicos acompañen a Pablo. — Violetta tomó la mano de Maxi, se le había hecho costumbre hacerlo cada vez que se sentía nerviosa o necesitaba sentir su apoyo. León notó su acción y no pudo evitar sentirse celoso.
— ¿Y ahora como cantamos? — Preguntó Francesca.
— No se preocupen chicas, Ludmila por favor canta con ellas.

— Perdón que los sacara de su clase. — Dijo Pablo mientras entraban en la dirección y se encontraban con Antonio.
— ¿Pasó algo? — Maxi sonó nervioso.
— No os preocupéis, solo queríamos hablar con vosotros. — Aclaró Antonio.
Pablo comenzó a explicar— Últimamente hemos visto que entre ustedes dos y el resto hay un notable alejamiento. Ustedes saben que si por algo nos caracterizamos aquí es por el trabajo en grupo, entonces queríamos saber si ha sucedido algo entre ustedes, si ha habido algún problema.
— Es mi culpa — Afirmó Violetta. — Yo los alejé.
— No es así, ellos te trataron mal.
— Tal vez pero yo tengo la culpa, ellos solo querían saber la verdad.
— ¿Y por qué no lo haces?
— No puedo Pablo, no quiero que cambien, el tiempo que reste quiero que sea lo más normal posible.
— Pero Violetta, si quieres que sea normal ¿por qué te alejaste? — Sabía que en cierto punto Pablo tenía razón pero había mucho más.

— Recuerden practicar los ejercicios y nos vemos la próxima clase. — Angie se despidió antes de abandonar el aula.
— ¿Me pareció o Vilu no quería cantar?
— No Andrés, ella no quería cantar con nosotras. — Francesca habló con tristeza.
Broduey quiso animarla.— No pienses así Fran, Pablo se los llevó antes que pudiera decir algo.
— Eso fue raro, él nunca interrumpe una clase.
— Camila tiene razón, acá está pasando algo más.
— ¿Algo más como qué Ludmila?
— No lo sé León, pero para que Pablo se los lleve a dirección tiene que estar pasando algo importante.
— ¿Y qué como lo sabremos? Ellos no nos hablan. — Mencionó Natalia
— Y si nos quedamos de brazos cruzados eso nunca cambiará, ya me cansé de estar esperando. Hay que hablar con ellos quieran o no. — La voz de Francesca era firme, nadie la contradijo, se limitaron a seguirla fuera del aula.

— Lo hago por ellos, no quiero que sufran. — Se limitó a decir, ella sabía que nadie aprobaría su plan.
— ¿De qué hablas Violetta? — Preguntó Pablo sin entender.
— Si ellos me dejan de querer, cuando yo ya no esté no van a sufrir tanto.
— Violetta, ellos son tus amigos y si tú haces esto lo único que lograrás es que sufran más, ahora por tu lejanía y después por no haber podido pasar tiempo contigo.
— Antonio tiene razón, aunque tus intenciones sean buenas, no le hacen bien a nadie. Si en verdad quieres tener una vida normal ¿qué mejor manera que pasando tiempo con las personas que te aman? — Violetta pensó en las palabras de Pablo, tal vez se había equivocado y en su intento por evitarles el dolor solo estaba logrando todo lo contrario.
— De acuerdo.
— ¿Les contarás? — Antonio lucía sorprendido.
— No, no puedo hacer eso. Como les dije, quiero que todo sea normal aunque yo sé que es todo una mentira. — Todo su esfuerzo por contener las lágrimas fue en vano.
— ¿Me podrían dejar a solas con Vilu? — Maxi habló por primera vez en mucho tiempo, había estado apoyando en silencio a su amiga. Pablo y Antonio asintieron y salieron de la dirección. Al verlos salir, los chicos se apresuraron a acercarse.
— ¿Qué pasó con Vilu y Maxi? — Preguntó Ludmila al ver que no salían.
— Ellos necesitan un momento, tienen cosas de que hablar. — Les comunicó Pablo antes de retirarse junto con Antonio.
— ¿Cosas de que hablar solos en la dirección? Yo entro. — Antes que pudiera dar un paso, León fue detenido por sus amigos.
— Si realmente queremos arreglas las cosas, vas a tener que controlar tus celos. — Le advirtió Broduey.
— ¿Yo celoso? — Pretendió estar desconcertado.
Sus amigos intercambiaron miradas y respondieron en forma de coro. — Sí, celoso tú.
— Muy graciosos. — contestó con sarcasmo — Está bien, me voy a controlar. — Sin decir nada más, continuaron esperando.

— Gracias. — Violetta rompió el abrazo. — Siempre estás para contenerme.
— No me tienes que agradecer nada, te prometí estar siempre para ti. — Compartieron una sonrisa. — ¿Estás lista?
— No lo sé pero tengo que hacerlo. — Al abrir la puerta se encontraron con los demás chicos.
— Tenemos que hablar y no voy a aceptar un no por respuesta. — Se apresuró a decir Francesca.
— Nosotros…
— Sin excusas Violetta, tenemos que hablar y si para hacerlo es necesario atarlos, lo haré. — Violetta y Maxi intercambiaron miradas conteniendo la risa.
León los miró con molestia. — ¿Qué les parece tan gracioso?
— Las cosas que dice Cami — Dijo Maxi intentando contener la risa.
— Si es necesario atarlos, lo haré — Violetta imitó la voz de Camila y soltó una pequeña risa.
Ludmila tenía un semblante serio.— ¿Se pueden dejar de reír para que hablemos?
Violetta dejó de reír — ¿De qué quieren hablar?
Broduey fue el primero en hablar. — Les pedimos perdón, estuvimos mal y lo sabemos.
— Queremos que vuelvan a ser nuestros amigos. — Continuó Andrés.
— Si, ya no queremos estar así con vosotros. ¿Qué dicen? — Las palabras de Natalia estaban cargadas de súplica. Violetta observó a Maxi antes de hacer lo mismo con cada uno de los chicos frente a ellos, sabía qué era lo correcto y qué era lo mejor pero estaba en deuda con su amigo, merecía que por lo menos lo intentara.

Violetta, una historia no tan feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora