Capítulo Ocho: Diosa Madre

993 87 69
                                    

Con la promesa de volver más tarde, los Uchiha se retiraron de la floristería. Sasuke necesitaba descansar después de aquella lipotimia y era necesario que un médico lo viera, pero primero debían considerar la situación en la que se encontraban. Las mujeres a las que habían visto esa mañana tenían tantas preguntas que él necesitaba decidir cómo explicar y, por fortuna, tenía el mejor pretexto de todos: su salud. Así, buscaron a un doctor que dio un alta condicionada—por una cita a su médico de cabecera a la brevedad— al menor de la familia para que fuera a descansar en una posada del pueblo, donde pidieron un par de habitaciones a pesar de que todos se reunirían en la de Sasuke. De aquel modo, luego de dejarlo descansar unas horas, Itachi recibió un mensaje de texto de parte de su hermano para que lo encontrara en su cuarto y, al mismo tiempo, este pedía que su esposa viniera con él. Pasado el mediodía, Itachi e Izumi entraron a la habitación del heredero de Hades, quien estaba recostado en su cama, sentado con una botella de agua en sus manos y un aspecto que se reponía poco a poco. La mujer embarazada tomó asiento en un silloncito cerca de la cama y, luego, los dos esperaron por él.

—Lo he estado pensando —dijo—, y tomé la decisión de mantenerme firme con lo que le dije a Sakura —ante aquellas palabras, los dos adultos le miraron con obvia sorpresa—. Mantendré como un secreto nuestro matrimonio.

—Pero, Sasuke —empezó Itachi, mas fue interrumpido.

—Ya tomé mi decisión —soltó, imponente, para después emitir un suspiro en un esfuerzo por tranquilizarse—. No tiene caso... incluso si ella firma los papeles del divorcio, cualquier juez va a declararla mentalmente incompetente dado su estado.

—Esta sería una buena oportunidad —la voz de Izumi se entrometió, optimista, ante lo que ellos decían—. Sasuke-sama, esto significa que ustedes pueden volver a empezar, ¿cierto? Si todo sale bien entonces en un futuro, cuando le diga la verdad, ella podría estar tan enamorada de usted que no querrá separarse y estar casados resultará una bendición, ¿no lo cree?

—¿Y si recobra la memoria? —en esta ocasión, Sasuke fue completamente frío y distante con su respuesta, mientras bajaba la mirada a las cobijas que cubrían sus piernas. Izumi disminuyó entonces su alegría.

—Bueno... puede que ella vea que nuestro joven amo no es malo como ella cree —sin embargo, había algo extremadamente emocional en ella que no le permitía ver las cosas bien.

—Izumi, ¿cómo crees que Sakura resultó con marcas de abuso físico en su cuerpo? —al escuchar aquello, los ojos de la mujer se abrieron ampliamente—. Si he dicho que Sakura desapareció en un esfuerzo de huir de mí, siendo que ella accedió a casarse conmigo por el bien del patrimonio de sus padres, ¿qué se te ocurre que motivaría a una chica tan buena a arriesgar así a sus seres amados?

—Sasuke-sama...

—No me atreví a golpearla, en todo caso —suspiró—. Las marcas de las que esa mujer hablaba eran mis manos apretando demasiado los brazos de Sakura, eran mis dientes arrastrándose sobre la piel de su cuello, y un moretón que seguramente quedó en su espalda o su cadera cuando la lancé al suelo por rechazarme —su mano apretó la botella de plástico vacía y un chasquido salió de sus labios en seña de frustración—. Tsk... es mi culpa, en primer lugar, y por eso iba a darle el divorcio.

—"Ibas" —repitió Itachi, mientras su esposa bajaba su mirada con tristeza—. Cambiaste de parecer, Sasuke —comentó, llevando una mano a la espalda de Izumi para tranquilizarla—. ¿Te vas a mantener casado para que nadie pueda tomarla en tu lugar?

—No es matrimonio —así, él miró su mano izquierda, buscando en ella el dedo anular donde su argolla de nupcias se mantenía, desde el primer día—. Esperaré a que ella recupere su memoria para que lo decida por sí misma, pero no intentaré cambiar su postura en cuanto a mí —otro suspiro de desconsuelo salió de sus labios y, luego, el alzó la mirada al techo—. Voy a ayudarla a recordar y la cuidaré hasta que ella pueda valerse por sí misma.

1600 Primaveras para HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora