Capítulo Quince: Hera, la celosa

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Al abrir los ojos, ella no estaba ahí. Sasuke se descubrió a sí mismo en la soledad, y aunque hubiera preferido ocultar su urgencia por si se cruzaba en la vibrante mirada de la menor, no lo logró, pero ella simplemente no estaba. Su pecho se estrujó con la idea de que ella había despertado con sus recuerdos, así que sacudió la cabeza violentamente, sintiendo su cabello chocar con su rostro, para identificar el pedazo de papel sobre la mesa de la sala de estar... era un idiota. Ella había dejado una nota porque se había levantado antes. "Ven a desayunar, Sasuke-kun", escribió. Al leerlo, un alivio lo tranquilizó completamente, pero estaba agotado y no habían pasado cinco minutos desde que abrió los ojos, así que le tomó un momento recuperarse para ponerse algo decente, por desgracia las palabras de su hermano y padre vinieron a su mente. Bajó hasta donde ella estaba, con zapatos deportivos, jeans, una camiseta negra, y la interceptó primero con la mirada, junto a un ventanal que mostraba el paraíso de cerezos montaña abajo. Se preguntó cómo hacía para que sus zapatos hicieran juego con una blusa melón, ¿tenía de todos colores? Pero se sonrió, porque ella era un rayo de luz que lo hacía sentir mejor aun cuando no se daba cuenta de su presencia. La idea de decirle todo se desvaneció rápidamente, así que se unió a ella para tomar el desayuno y café, juntos. Ella le habló sobre el libro que había comenzado y cuán dormilón él era, omitiendo la parte en que jugó con su cabello mientras Sasuke estaba inconsciente...

Al cabo de un rato, un conductor enviado por Itachi llegó a recoger su equipaje para llevarlo al aeropuerto por ellos. Habían decidido caminar hasta la casa de los Yamanaka, y por eso llevaban mochilas con bocadillos y botellas de agua, tomando esto como un ejercicio agradable por los frescos vientos de la montaña. Sasuke descubrió que ella había adquirido una grandiosa condición física, ya que estaba charlando sin problemas mientras bajaban, y le sorprendió darse cuenta de que ella era atlética desde el principio. Así, para antes de las dos de la tarde, ellos estaban afuera de la casa de su amiga, donde fueron recibidos con un poco de té servido por su anfitriona, mientras su marido se encargaba de hacer la comida. Luego de quince minutos, Sakura insistió en unirse a Sai, por lo que dejó al morocho a solas con Ino, como si hubiera una intención detrás de ello y, bueno, así era: quería que se conocieran.

—Ella se ve feliz —fue la rubia quien comenzó la conversación—. Me da gusto... uno creería que al no haber avances con su condición estaría decaída, pero lo está tomando de la mejor forma.

—Esa es nuestra Sakura —los ojos astutos de la mujer lo miraron de forma disimulada.

—Así es —concordó, ella—. Es una chica muy buena. Tal parece que está mejor a pesar de todo. Me da gusto por ella... si tuviera que decir que tiene un defecto, ese sería su amabilidad. Nosotras nos parecemos un poco y a veces discutíamos, pero ella siempre perdona, y no hay forma de que yo no la perdone. Ese es el tipo de persona que Sakura es con sus seres queridos.

—Sí, supongo que sí...

—Aunque me sorprende un poco lo rápido que se ha apegado a usted —ante aquél comentario, los ónix de Sasuke la buscaron, notando que ella leía el periódico sobre la mesa mientras bebía un sorbo de su té—. Probablemente no sea de mi incumbencia, pero sé un par de cosas sobre su vida y su relación con su esposa... Sakura no es una chica chismosa, no me malentienda. Simplemente, tuvo preguntas que nadie pudo responder y se confundió, necesitaba entender un poco el asunto del matrimonio, así que el tema surgió —se encogió de hombros.

—Ella... no debió hablar de eso.

—Lo hizo porque está preocupada por usted —en ese momento, sus miradas se encontraron la una a la otra, notando que ella hablaba con seriedad—. No conozco los detalles porque ella intentó ser sutil con eso, al menos. Sin embargo, está claro que su situación es especial... ella mencionó el anillo como si fuera cualquier cosa. Intentó restarle importancia.

1600 Primaveras para HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora