Después de la visita de su ex esposo, Sakura Haruno hizo que el personal se retirara del edificio bajo la indicación de que necesitaba pasar un par de días sola, en su casa. Llamó al hospital para indicar que atendería unos asuntos personales, y ellos parecieron en exceso flexibles. Después se dio una ducha en su habitación, de aspecto menos juvenil que antes y en la que ya no había fotografías donde apareciera su ex—no podía hacerle eso a las parejas que tuvo después de él—. Se puso un camisón de seda con tirantes cuya tela color azul real apenas alcanzaba sus rodillas mientras un encaje blanco adornaba los bordes de la prenda. Peinó su cabello mientras se miraba en el espejo y reconoció una marca de los labios de él, así que no pudo evitar sonreír al pensarlo. Ella quizá no había estado con tantos hombres como mujeres habían dormido con Sasuke, pero los tres años no pasaron en vano y, aunque fue discreta al buscarlo en otros brazos, jamás iba a compararse tener al real a su lado. Sin embargo, no sabía si él iba a volver. Se levantó de su taburete, se puso unas pantuflas blancas y bajó a la cocina, donde preparó una botella de vino y un plato con quesos, pan, entre otros aperitivos. De vez en cuando hacía aquello, aunque tenía demasiado trabajo en los últimos días, y decidir tomarse un descanso le venía bien. Fue así que apagó las luces del lugar, encendiendo solo las lámparas junto al sillón que estaba frente al ventanal y, con la iluminación tenue, se dispuso a leer el libro que terminó en una ocasión, cuando vivían juntos, porque ahora parecía apropiado: El amor en los tiempos del cólera, por Gabriel García Márquez.
Convencida de que esa noche no podría dormir al no saber de él, Sakura decidió recurrir a la lectura. Quizá la idea de que le cansaría la mente hacerlo mientras bebía vino era una ridiculez, pues una historia de amor fuerte y verdadero no era lo más aconsejable. En realidad, descubría su historia en Florentino Ariza y Fermina Daza. Él era un hombre cuyo amor nació al ver por vez primera a su "diosa coronada"—lo que le recordaba a sí misma jugando en el bosque con las ninfas al usar una corona de flores—, luego su amor se mantuvo mientras crecían. Él fue siempre constante, aun cuando ella decidiera casarse con otro hombre. Él la quiso tanto, que se enfermó de amor y lo confundieron por cólera. Él la amó a ella y solo a ella, aun cuando durmió con todas. Él tuvo a muchas mujeres en su vida, pero solo amó realmente a una, y si ellos eran Florentino Ariza y Fermina Daza, ¿entonces qué los detenía de encontrarse en la madurez de su vejez para estar juntos? El sonido de la puerta cerrándose la hizo colocar el separador y levantarse en camino al bar junto al comedor, para traer un vaso licorero y una botella de whisky, porque era lo que él bebía.
—¿Qué es lo que dijo mi madre? —preguntó, notando que él estaba de pie, con el libro en su mano, leyendo la reseña en la parte trasera.
—Dijo que tú ya no le hablas.
—Se sobrepasó —explicó, para entonces ofrecerle el vaso. Él lo miró, en su mano estilizada, y al final lo tomó, con cuidado, para dejar el libro sobre la mesa de té—. En realidad, estoy esperando una disculpa. Deméter siempre será la madre de Perséfone, la perdonaré fácilmente.
—Tampoco sabía que tú habías recuperado la memoria, y presumió que dejarte haya sido mi primer acto de amor genuino.
—No creo que fuera así, creo que en parte era lo único que ella aceptaría como tal —suspiró—. Sé que ella dijo que depende de la interpretación del universo, pero la realidad es que es una deidad caprichosa y egoísta, como todos nosotros. No hay fuerza que venza a su terquedad y mientras ella intenta fingir que no es su culpa, la realidad es otra.
—¿En qué se diferencia eso de lo que haces tú al decidir que nada importa?
—Nunca dije eso. Para mí importa —lo contradijo, alcanzando su copa de vino para darle un ligero sorbo—. Todo lo que sucedió importa, Sasuke-kun.
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1600 Primaveras para Hades
FanfictionLos Dioses del Olimpo emprendieron una aventura saltando entre cuerpos humanos para aparecer en la tierra, al azar, como seres comunes y corrientes que traen grandes fortunas a las familias donde nacen. El único problema es que dejaron a alguien atr...