9."Adopción III."

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-Jennifer. -se escuchó la voz chillona de mi tía Nataly arruinando el momento de ¿Reconciliación? o bueno lo que era.

-¡Tia! -dije yo mirándola como que '"Gracias por arruinarme el momento" Pero tal vez podría ser una señal de que estaba mal cuando una persona hace eso no se merece que se le perdone.

-¡Así que este es tu novio! -ella juntó sus manos muy encantada por verlo, pero Alejandro sonrió y bajó su cabeza super tierno, aparte que se tornó una tanto rojo -Tú eres el enamorado de mi sobrina -ella sonrió de nuevo.

-Tía no, este... -me puse nerviosa juntando mis pies -Él ya no es mi enamorado.

-¿Pero que pasó? -dijo ella con mucha preocupación.

-Nada, solo que... yo ah no nada despues te digo, pasemos que hace frío. -intenté hacerla pasar.

-Mucho gusto en conocerte, mi sobrina no mentía eres muy apuesto. -dijo ella antes de que cerrara la puerta -Pero pudo haber pasado.

-Pudo, pero no quiero. -dije algo molesta. Él y yo ya no somos nada no tiene que por que estar con mi familia ni yo con la suya.

-Hijita. -me tocó el hombro -¿Qué pasó? -dijo ella sentándome en el sofá.

-Tía, nada solo que es un idiota y me da cólera. -bufé en el sillón, ya no quería nada con él y de eso estaba muy segura.

-Pero ¿Qué... -la interrumpí.

-Solo pasaron cosas y ya de eso no quiero hablar. -dije ya un poco más molesta por todo esto.

-¿Quieres un té? -dijo ella muy tierna como era mi tía. Ella no tenía hijos y siempre me vio como una hija.

-Claro. -dije ya un poco mas calmada, odiaba a Alejandro, lo hacía.

Espere al té de mi tía, lo hacia muy rico si puedo presumir de su té. Estaba sentada, esperando, miré una rato el reloj, luego un fuerte sonido de una de mis más grandes fobias sonó, balas, me aterré demasiado, deseaba que Alejandro estuviera aquí para protegerme como siempre me lo prometió. Mi tía vino corriendo para verme y luego me abrazo muy fuerte, lo necesitaba y mucho, ella me acarició mientras yo seguía tamblando una de mis fobias eran las pistolas o los sonidos de las balas siempre me dieron miedo. Yo de pequeña una de las tantas veces que mis padres venían drogados y borrachos, ellos se reían, salía de mi habitación, me vieron y mi mamá me agarró riéndose, mi papá sacó la pistola de su pantalón y su bala pasó por mi oreja me asusté demasiado que hasta la golpeé a mi mama para que me dejara.

-Tranquila estoy aquí. -ese amor maternal nunca lo tuve, era un amor que simplemente me hacia falta.

-Gracias, ya sabes que esto me asusta. -la seguí abrazando la sentía como mi madre.

Pasamos la tarde juntas, y eso me gustó, yo la amaba más que a mi madre, mi madre nunca se preocupó por mí y bueno eran hermanas pero aveces pienso que por qué ella no pudo ser mi madre, en vez de la que tengo pero bueno así son las cosas, así lo eligieron y que podré hacer. Vi mi reloj y eran las 6:36 de la tarde ya era tarde tenía que llegar, recoger mis cosas e irme de nuevo donde mis padres y rogarles que me dejen volver con ellos. Salí de la casa y vi a Alejandro sentado con frío afuera de la casa de mi tía no lo entendía pero el volteó la mirada y me vio, notaba que había llorado pero lo mas importante ¡¿Qué diablos hacía ahí?! Lo primero que sentí fue un abrazo fuerte de él, me tocó la cara y sonrió, no lo entendía, me alejé de él, no quería un abrazo de él.

-¿Qué haces aquí? -dije extrañada.

-Te dan miedo las balas. -me agarró de las manos

-Pero ¿Eso qué tiene que ver?

-Solo, yo... quería que estés bien. -dijo con la cabeza baja

-Tú y yo ya no somos nada como para que te preocupes, gracias pero me puedo cuidar sola. -salí de ahí y comencé a caminar.

-Pero ahora te acompaño porque te acompaño. -se puso él detrás mío.

Caminamos mucho hasta conseguir un paradero. Él intentaba agarrarme de la mano hasta que se rindió y solo caminaba sin hablar que fue muy incomodo para mí y para él también supongo. Yo no pude evitar escuchar unos llantos de ¿Bebé? o eso me pareció, nos miramos ambos y yo seguí el ruido, él solo me perseguía gritando mi nombre, quería saber de donde venía el ruido, venía de una pareja o tal vez no. Era una chica de tal vez 18 años con una chico de la misma edad, ella vestía como las prostitutas así que no dudé que lo fuera, tenía un bebé en brazos, hasta que lo bajó para seguir gritando. Me acerqué y Alejandro igual ellos seguían gritando, y diciendo "¡Llévatelo!" o "No lo quiero" supongo que era al bebé.

-¿Le podemos ayudar en algo? -dije yo, viendo a la bebé llorando en esa caja de cartón.

-Pues si... -dijo el chico con terno. Ojos azules, cabello castaño, blanco super lindo -Si te llevas a esta te lo agradecería.

-Ay. -dijo la chica con pequeña falda.

-¿Puedo? -dije señalando al bebé para cargarlo.

-Claro, a lo que me importa. -yo la cargué y fue como que algo extraño me decía que era la bebé mas hermosa que pude ver, era mujercita y pude notarlo.

-Es muy linda. -dije sonriendo y Alejandro la miró y se puso detrás mío para verla mejor.

-Es horrible, yo no puedo tener hijos -dijo la chica.

-¿No la quiere? -dijo Alejandro.

-No, se la regalo. -dijo ella mirando sus uñas.

-¿Enserio? -dije yo sonriendo, sé que tenía 14 años pero tenía que tenerla por alguna razón.

-Claro... -le tapó la boca la chica al chico.

-No, la venderemos. -sonrió ella.

-¿Cuanto? -dije desesperada, cuando la vi a la pequeña y vi a sus padres pude imaginarme su futuro con ellos.

-500 dólares. -dijo ella agarrando su cintura.

-¡Pero eso es muy grande!, no tengo eso. -dije alterada.

-Ay pues lo siento, buscaré a otro, tal vez a una puta para que la mantenga. -ella rió y me quiso quitar a la bebe.

-Tome. -estiró el brazo Alejandro, con el dinero en la mano.

-Gracias. -dijo ella agarrando el dinero y abrazando al padre de la pequeña.

Flashback...

-Eso pasó. -dije a las chicas mientras las lágrimas siguieron pasando no podía evitarlo, prometí nunca contarlo pero lo hice y me siento mucho mejor.

-Wow, era de esperarse. -dijo America -Y sabes donde estan los padres

-Alejandro tiene los números.

-¿Le dirán? -dijo Katia tocándome el hombro para consolarme.

-Si, pero cuando sea mas grande, tengo miedo de que me odie.

-¿Cómo lo hará? -dijo Maddie -Tú la rescataste de un futuro malo.

-Lose, pero eso ya lo tendremos que ver Alejandro y yo.

-Ojalá que todo valla bien. -dijo Luz

Por fin mi pasado y el de Maddie fue contado ...

Todo va a estar bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora