Era sábado en la mañana y desperté en mi cama al ver a mis padres besandose muy apasionadamente que dio un poco de asco pero solo hice un sonido y ellos se separaron.
-¿Papá, tú no tienes una esposa? -mi papá se rasco la nuca nervioso, mi madre sonrió.
-Si pero también está tu mamá a mi lado, sólo quiero estar cerca a ella y a ti mi amor. -él me acarició la cabeza y sonreí, seguido de abrazarlo.
-Vamos abajo para hablar con tus padres para ver si aprueban que vallas a vivir con tu papá. -mi mamá se paró y se acomodó un poco el cabello.
-Ellos no me pueden mandar, no son nada mío. -me paré a ponerme mis pantuflas.
-Sabes que todo lo que tienes es gracias a ellos. -mi papá habló y él también se paró.
-Si.
Los tres bajamos y vimos a Jennifer y Alejandro desayunando pero algo extraño le vi a ellos... estaban decaídos nunca vi a Jennifer así, menos ese día que se separó con Alejandro estaba igual que ese día, espantosa, con ojeras, sin sonreír, pálida... algo que jamás había visto en ella, me deprimió bastante.
-Buenos días. -mi madre dijo sonriendo y se sentó al costado de Alejandro, mi padre al costado de mi madre.
-Buenos días. -Jennifer dijo muy apagada y jugando con su ensalada de frutas.
-Queremos hablar con ustedes. -mi padre dijo mientas que Alejandro levantó la mirada que representaba furia y Jennifer sólo tristeza.
-¿Qué pasó? -se escuchó apenas a Jennifer.
-Queremos ver que si Maddie se puede mudar con su papá. -ambos abrieron sus ojos y yo no sabía que decir.
-Maddie será muy feliz conmigo, siempre la cuidaré y muy aparte que quiero pasar tiempo con ella ¿Qué opinan? -mi papá sonrió.
-¡¿Que, que opino?! -Alejandro se paró muy furioso.
-Opinamos que si Maddie es feliz, nosotros estaremos bien. -Jennifer habló con voz de hilo.
-Entonces perfecto. -mi madre sonrió y me abrasó, no pude sonreír no estaba feliz pero al mismo tiempo si.
-Mi amor alista tus cosas. -mi padre me mandó arriba pero Jennifer se adelantó a subir más rápido y Alejandro junto a ella siempre.
Cuando llegué a mi habitación solo me senté en la cama a llorar, no sé que me pasaba pero solo se que estaba muy triste, se supone que tenía que estar feliz por separarme de estos idiotas que me engañaron todo ese tiempo pero fue inútil estaba demasiado deprimida como para sonreír.
Me paré y fui donde el estante de Jennifer, estaban mis fotos con ella Jennifer y yo... juntas. Siempre me crió , vio por mí, hizo cosas que alguien jamás podría hacer.
No lo pensé dos veces y fui con cuidado hacia su cuarto pero no escuchaba nada hasta que me asomé un poco y la vi llorando con Alejandro.
-¿Por qué no dijiste para que se quedara? -Alejandro lloraba como nunca, jamás lo vi así.
-Ella está feliz yo solo quiero su felicidad ¿Crees que no quiero que se quede? -ella levantó la mirada -Aún que ella diga que no, siempre será mi hija, desde ese día que la vi en una caja la amé y tú lo sabes, estaba desesperada por tenerla. Aún que ella no quiera yo siempre seré su mamá, la amo Alejandro y perderla ahora es lo peor que me pudo pasar. -suspiró -Estos 14 años con ella han sido los más hermosos de mi vida, descubrí que no tiene que ser tu hija para amarla. Maddie me hizo razonar eso... Alejandro yo no quiero que se valla. -lo abrasó -No quiero. -estalló en llantos, jamás la había visto así.
