"No se veía tan malo" pero... ¿Dolerá?
*Obvio que duele no seas idiota.*
Ya volviste.
*No me puedo ir, aún que quiera.*
Claro que si, callándote.
*No lo hagas.*
¿Desde cuándo te preocupas por mí?
*Me preocupo por las dos que somos la misma persona.*
Solo...
*Nada de solo, tú no lo harás.*
¿Por qué mejor no te vas?
*Todo tiene consecuencias Maddie, todo.*
Todo tiene consecuencias estúpidas.Después de tener una discusión conmigo misma, estoy sola.
Vi el cúter en mi mesa de noche, está sólo... igual que yo ¿Por qué no darle compañía con mi brazo? podrían llegar a ser amigas. Lo miré, vi su envoltura, atrás de esa envoltura se encontraba mi única salvación. Le saqué la envoltura transparente y estaba frente a frente a ese "Cúter" tenía filo, un filo hermoso que podría quedar muy bien con mi brazo.-¿Te gusta, brazo? -le hablé a mi brazo.
Es mi única salvación, no tenía ni la menor idea como usarlo pero solo vi la imagen de nuevo y empecé ...
Mi primer corte fue doloroso, salió sangre "Sangre roja" dolió. El segundo no tanto solo presioné poco en mi brazo izquierdo ya que el cúter estaba en mi mano derecha, no pude evitar soltar una lágrima, dolía y bastante, creo que con dos bastó, me dirigí al baño para para lavarme un poco la herida que estaba chorreando en sangre.
Ya todo esté mejor fue como si me quitara un peso de encima. Se sintió increíble ¿Nuevo amigo? creo que por fin, tengo un amigo.Me eché en mi cama mi brazo daba palpitaciones y eso dolía, se tornó rojo y eso dolió aún mas, solo dormí tapándome el brazo malo.
Se que está mal pero es lo único que pude hacer.
*Maddie se que siempre te digo que eres una tonta y...*
Me insultas.
*Lo sé pero esta vez es lo peor que has podido cometer.*
Claro pero cuando vomitaba para no comer estaba bien.
*Aún lo es, todo esto lo hacemos para que Harry se fije en ti, que más quieres estas perdiendo peso vomitando.*
Ya no lo hago.
*Si ya no lo hago te refieres que desde hace 2 semanas.*
3 semanas, duele.
*¿Qué y no duele cortarte?*
Me alivia.
*Estas demente. *
Déjame en paz.
*¿Cómo serán mamá y papá?*
Aggg esos idiotas.
*Los verdaderos.*
¿Ellos?
*Si ellos.*
No lo sé pero ellos me deben de querer bastante.
*Y por eso estás con ellos.*
La verdad que no sé por qué estoy con Jennifer y Alejandro pero mis padres se equivocaron, fue un error dejarme con ellos.
*Si.*
Un grandísimo error.-Maddie, hijita. -la voz de Jennifer me levantó.
-¿Por qué diablos me levantas? -la miré con furia, no quería que ella esté ahí.
-Aún sigues alterada. -trató de susurrar pero no lo logró.
-Si vienes para decirme tonterías mejor vete. -me volví a echar en mi cama y a taparme.
-Hija. -ella me tocó.
-¡Suéltame! no soy tu hija ¡Jamás lo seré!
Escuché pasos alejarse de mi cuarto ¡Por fin se fue! en vez de estar ladrando aquí.
Jennifer James
Ya no quería que ella esté así conmigo es mi hija ¡Yo la críe! yo le enseñé todo lo que ella sabe ahora ¡Me debería agradecer! pero está como toda una caprichosa... ¡Qué demonios dices! ella está enojada la noticia no fue lo mejor.
Cuando entré al cuarto Alejandro estaba durmiendo en mi cama, nos habíamos quedados dormidos después de llamar a los padres de Maddie los cuales estuvieron encantados en venir mañana a las 7 para verla y pasar una rato con ella.
-¿Qué pasó? -Alejandro me escuchó entrar y se levantó.
-Fui para hablar con Maddie pero ella no quieres saber nada de mí. -me senté en la cama.
-Esta enojada, a nadie le gustaría que le digan que es adoptada. -él se sentó a mi costado.
-Alejandro fue mala idea. Nosotros no debimos decirle nada. -comencé a llorar.
-Jennifer ¿Y cuanto más le íbamos a ocultar? estuvo bien decirle, nos odia pero verás que se le pasará.
-No se le pasará. -dije -Está muy enojada con nosotros.
-Tranquila Jennifer. -me abrasó.
-¿Cuándo te irás? -me sequé las lágrimas y lo miré a sus ojos verdes.
-La próxima semana, me gustaría quedarme más pero no puedo. -me agarró de la mano.
-Bueno como quieras. -no pude evitar estar nerviosa.
-Jennifer yo... nada. -fue extraño.
-Bueno, Alejandro yo, nada. -lo imité y el rió aspirando un poco sus moquitos.
-Me ánimas fea. -él dijo, así me decía cuando estabamos, cuando éramos enamorados porque ahora somos esposos.
-Cállate feo. -él también rió.
-¡Espera! ¡Yo no soy feo! -hizo un berrinche muy tierno.
-Calla feo. - dije y lo golpeé con la almohada.
-No no, Jennifer... basta. -él rió y agarró la otra almohada para golpearme
Ambos reímos.
Seguimos así como dos adolescentes jugando hasta que él ganó, me ganó solo porque terminó haciéndome cosquillas y yo no pude hacer nada hasta que grite y él me dejo.
-Te gané. -él sacó la lengua.
-Mejor vete a tu cuarto ya voy a dormir. -saqué mi pijama del ropero.
-¿No puedo dormir contigo? -él se acercó a mí.
-¿Estás borracho o que? -reí y él también.
-Tal vez un poquito. -rió y me agarró de la cintura atrayendome a él -Pero enserio estoy cansado y no quiero bajar escaleras. -me habló muy cerca.
-Alejandro no, anda abajo. -me alejé de él y agarré la pijama, me dirigí al baño.
-Duerme bien fea. -dijo él y yo en el baño reí.
-Cuídate feo.
Nuestra relación era muy extraña pero podríamos seguir con ella.