8 meses

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Tres meses. Tres meses que su tío lo tenía en Suiza.

Eran las 5 de la mañana, ya se había acostumbrado al cambio de horario. Sin embargo a pesar de todo, y tratar de comunicarse con su hermano y saber algo de Wei Ying, nada podía funcionar. Lan Wang Ji seguía sin saber que había hecho mal para que lo castigasen asi. Su único pecado era amar con toda el alma a Wei Wuxian, y no veía nada malo en ello.

Se levantó de su cama con el sueño abandonando su cuerpo, era fin de semana así que no tendría clases o tutorías. Tenía un solo día para estar solo y salir, aún que realmente se quedaba en su habitación para tocar su piano. Sí, el piano que le había obsequiado su pareja. Era la única cosa que su tío le había permitido traer, y le había mentido para hacerlo. "Te juro que lo compré yo, por favor, dejame llevarlo, es lo único que pido"

Sonrió amargamente mientras abría el grifo del agua, esta comenzaba a salir fría y poco a poco calentaba, sin embargo le dio lo mismo. Se sacó la ropa y se metió aún cuando el agua estaba helada.

— No debes mentir. — Soltó una risa llena de frustración. Pegó la frente al mosaico en la pared, dejando que el agua resbalase por su cabello corto y su espalda. Abrió los ojos solamente para ver sus manos. Aún tenían las cicatrices del castigo que le había dado su Tío. No le tenía rencor, entendía porqué el castigo, simplemente no le parecía justo.

Después de unos minutos reflexionando bajo el agua, ahogando el llanto que no quería sacar, salió en toalla cuando escuchó la puerta.

— Joven Lan, ¿Esta despierto?

Giró el rostro para ver el reloj de la pared, era extraño que a esa hora estuviese alguien despierto, incluso las personas que se ocupaban de la mansión Lan en ese país, se levantaban unas horas después que la familia.

— Hmm.

— Su tío quiere hablar con usted, lo espera en su despacho.

Se escucharon los pasos alejarse y siguió con su rutina. Se cambió, se puso su traje blanco, se acomodó el cabello así como su collar y salió al encuentro de su familiar.

— Buenos días, WangJi

— Buen día Tío, estoy aqui.

— Sobrino, se que estos meses has tratado de comunicarte con Xichen.

Lan Zhan no respondió, simplemente se mantuvo firme.

— Las comunicaciones serán mas restringidas. Sé que lo haces para saber de ese chico, pero debes entender que tienes que sacarlo de tu cabeza, de tu sistema.

¿Sistema?

De pronto Lan WangJi tuvo un Deja vú. Recordaba la noche en que se emborracho. La noche que había decidido salir con su hermano y Jiang Cheng y Wei Ying.

De pronto, recordó besos.

Caricias.

De pronto recordó gemidos.

Sus orejas se sonrojaron.

— Debo retirarme.

Sin dejar que su tío terminara de hablar, fue a su habitación. Su corazón quería salirse de su pecho. Recordaba todo. Estaba completamente seguro. Y esta vez las lágrimas no las pudo contener. Su pecho dolía y su cabeza le estaba dando vueltas. Odiaba no haber recordado en ese momento. Quería con toda su alma volver a tocar la piel de su amante. Rozar sus dedos con esa suave nivea.

Se odiaba, se maldecía. Pero sobre todo. Quería volver desesperadamente.

Otro mes pasó, componía canciones. Todas relacionadas a Wei Ying. Todas melancólicas, todas llenas de amor.

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