Encuentro deseado.

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El sábado llegó mas rápido de lo que Wei Ying quiso. Estaba caminando de un lado a otro. Estaba abrumado y le había pedido a su jefe que le diese el sabado para faltar. A regañadientes, Yao aceptó.
Su hijo no paraba de nombrar a Lan Zhan, y es que solamente las palabras 'Es tu hijo' se apoderaron del aludido, Lan Wang Ji se habia vuelto completamente sobreprotector. Llevaba a todos lados a SiZhui, incluso el niño a veces se abrazaba a su pierna cuando tenía que irse y Wen Ning pasaba a recogerlo.

Estaba de más decir que Lan Zhan le lanzaba una mirada repleta de rayos de celos al pobre Ning.

Entonces Wei Ying se llevó las manos al rostro tratando de recomponerse. No lo había visto por casi siete años, y llegaba de la nada a pedirle matrimonio. ¿Estaba loco?

Más loco se sentía él por qué estaba desesperado por decirle que sí. Sin embargo, su orgullo y su miedo le abordaban bastante.
Supo que no quedaba tiempo cuando el timbre de su hogar sonó, su estómago se hizo pequeñito y su hijo tomó su pequeña mochilita de conejo, metiendo todo lo que él creía necesario llevar.

Como eran unos sandwiches que su papá le había hecho, tres juguitos para Lan Zhan y para Wei Ying, su muñequito de peluche de conejo y algunos dulces que A-Ning le habia dejado.

— Papi, ya llegó, vamos!

El pequeño jaló de la mano a su padre para que emprendiera la caminata, pero las piernas de Wei Ying no reaccionaban. ¿Aún eea muy tarde para decir que no?
Resignado abrió la puerta y cuando vio a Lan Zhan, su corazón dio una vuelta. Se veía tan hermoso con su ropa casual, un pantalón blanco de vestir, una camisa blanca. Su cabello estaba bien arreglado con un pequeño chongo para no dejarlo caer por completo. Sobre todo, perfecto.

Sin embargo, para Lan Zhan fue al revés. Para él, Wei Ying con sus pantalones de mezclilla negros y rotos de las rodillas, su playera negra con algunos toques rojos y pequeños estoperoles en un lado estilizando su cuerpo, junto a la coleta de caballo que le hacía ver aún mas guapo, le hacía sonrojar las orejas.

Tuvo que soltar el aire que estaba reteniendo para agacharse cuando SiZhui le abrió los brazos para que pudiese cargarlo

— Es mejor que papá de las nubes.

— ¡SiZhui!

— ¿Papá de las nubes?

— Te lo explicaré después... Vamonos. — Dejó que Lan Zhan cargara a su pequeño, llevandolo en dirección a su automóvil. Tenia una sensación intranquila. Miró a todos lados pero no notó nada extraño asi que subió al automovil.

Cuando llegaron al parque y los tres caminaban tranquilamente por el pequeño camino que se recorria entre los árboles Wei Ying no paraba de mirar de reojo a su amado. Y es que a pesar de los años que no se vieron, simplemente no parecia que había envejecido ni un poco. Se mordió el labio nervioso al ver que el aludido volteaba a verle, apartando la mirada en segundos.

Se sentia incomodamente bien. Esa sensación que uno tiene cuando se reencuentra con su primer amor. Ese sentimiento que jamás se va, si el amor fue muy fuerte.

SiZhui corrió hacia los columpios, habia otros niños y Lan Zhan queria ir tras él pero Wei Ying lo detuvo sin pensar mucho tomando su mano.

— Déjalo, conocerá amigos.

Wang Ji asintió y bajó la mirada al sentir el tacto tibio sobre su mano. Wei Ying al darse cuenta quiso apartar la mano, pero como era de esperarse, Lan Zhan no lo dejó, apretó el agarre y entrelazo los dedos.

El corazón del joven padre dio un vuelco, lo sentía latir tan rápido aue incluso podía sentir sus mejillas rojas. ¿A donde se había ido aquel chiquillo que le coqueteaba sin descaro a su novio? Se había esfumado y abrumado ante el nuevo y sobreprotector Lan Wang Ji

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