Desesperación.

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Lo único que escuchaba eran a las personas del hospital a su alrededor. La cabeza le daba vueltas. Realmente no estaba seguro de que pasaba, solo podia parpadear y ver imagenes borrosas de Wen Ning y Wen Qing  hablándole para que no perdiera la conciencia.

Sin embargo la perdió. No supo en que momento lo llevaron dentro del quirófano, ni cuando le estaban practicando la cesárea.

Solo podía escuchar las voces lejanas de sus amigos diciendo 'Hemorragia, necesito que la paren, el bebé esta afuera. Revisen sus signos vitales'

De pronto no escuchó nada.

Se dejó desvanecer, se sentía tan ligero. No le dolía más nada. Su pecho estaba sin presión. Todo estaba bien.

Un llanto. Eso fue lo que lo trajo a la realidad. Despertó en un cuarto de hospital, la máquina de signos vitales corroboraba su estado actual, y buscó por todos lados a alguien pero no habia nada. Se toco su barriga pero ahora se sentia vacía, a pesar de tener aún la hinchazón de un embarazo.

— Mi... Mi bebé. ¡Mi bebé!

Estaba por perder la cordura cuando entró Wen Ning a la habitación, y sonrió al verlo despertar, corriendo para abrazarlo.

— Wuxian, Wuxian. Él esta bien, esta en la sala de maternidad. Mi hermana específicamente pidió que lo cuidaran con el mejor trato. Incluso esta apartado de los demás bebés. Él esta bien.

Pudo volverse a recostar y sintió una punzada en vientre, se levantó un poco la bata y vio la venda y faja que envolvían su estómago.

— Tranquilo, no quedara una marca mas que una simple y pequeña cicatriz. Mi hermana fue cuidadosa y solo queda recuperarte.

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— El niño nació. Es mi hermano, no puedes prohibirme-

— Puedo prohibirte lo que se me de la gana. Tú tienes que encontrar una esposa y tener hijos. Tu hermana ya hizo su parte, ahora haz la tuya. Tu estancia en el extranjero te hará entrar en razón.

— No, esper-

Madam Yu cortó la llamada. Se encontraba en las oficinas de la empresa Jiang, por lo tanto, recorrer los pasillos era abitual para ella. La empresa iba a quedar en manos de Jiang Cheng en un un año, y ni Wei Wuxian ni nadie iban a cambiar su decisión.

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— Bienvenido a casa, A-Yuan.

El joven Wen acompañó a casa s Wei Ying, asegurandose de que todo estuviese bien, esta vez ya no podría quedarse con él.

— Lamento no poder quedarme...

— Esta bien, Wen Ning, muchas gracias por todo ahora. Estaremos bien.

— ¿Estas seguro? Es decir, podriamos hablar con el director del hospital y...

— Tu hermana ya arriesgó demasiado en ayudarme a traerlo al mundo, todo estará bien. Lo prometo.

— Ests bien, pero puedes llamar-... Lo siento, quise decir, visitarnos.

— Lo haré, tu Wen Qing fue muy clara en decirme que tengo que tengo que llevar al pequeño Yuan a consulta.

— Vale... cuidense.

Justo cuando cerró la puerta y se quedó con la pequeña criatura entre sus brazos, comenzó a llorar. Habia estado un mes en el hospital recuperándose, y aún que la herida por fuera ya no tenía puntos, e incluso la costra ya estaba saliendo, su amiga le dijo que tardaría dos años o quizás más en recuperarse, e incluso sería difícil volver a embarazarse. Como una flor rara dando frutos una sola vez para despues marchitarse.

ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora