"Cada vez que lo veo me pregunto qué pensará de mi... ¿llegaría a gustarle? ¿Me ve como un digno oponente o un simple extra? No puedo saber qué piensa de mi si siempre que me mira, en las pocas veces que lo ha hecho, tiene su ceño fruncido...
Quisiera saber qué piensa, no solo de mí, sino de su entorno, de todo lo que le rodea, cómo se siente con ello... pero además de eso, me gustaría saber cómo se siente emocionalmente. Parece ser un tipo rudo pero tal vez dentro de esa dura capa que muestra al exterior puede haber un Bakugo tierno y amable, aunque no dudo que siga manteniendo su forma de ser. No me importaría en lo absoluto, porque sé que si él llegase a dar una muestra de cariño sería sincera y de verdad lo sentirá...
Pero tal vez estoy divagando demasiado en mis pensamientos y escribo lo que mi mente desea... tal vez él no sea así... tal vez mi enamoramiento me ciegue...
¿En qué piensas, Bakugo...?
—¡¿Que?! —un grito sonoro de Izuku logró escucharse, tal vez por toda Yūei. Midoriya en un rápido movimiento y con ayuda de sus brazos se desplazó a un par de metros de la azabache, consumido por la sorpresa y posible miedo al escuchar su respuesta ante su pregunta, muy parecida a la suya, que hizo después de que le obligara decir que tal vez le gustaba Uraraka—. ¿(Nombre)-san... estás segura de lo que dices...? —preguntó incrédulo luego de escuchar un par de veces más que estaba enamorada de Katsuki; sin embargo, su rostro cambió a uno preocupado cuando la vio bajar la mirada.
—Es extraño ¿verdad? —lo miró con una sonrisa fingida, arrepentida de sacar a la luz su más grande secreto. Alzó los hombros dándole a entender a su acompañante que era algo sin importancia y regresó a ver un punto indefinido delante de ella. La brisa fría de la noche golpeó su rostro y mecía su cabello, al igual que el peliverde, que miró detenidamente su rostro entristecido; en su pecho sintió un ligero dolor que le decía debía ayudarle sin importar el resultado.
—(Nombre)-san... —la mencionada lo interrumpió de inmediato, añadiendo un dato más a su confesión; tenía que sacarlo todo, que alguien le escuchara sin gritar a cada rato interrumpiéndola, como sería con las chicas, y ahí estaba Izuku más que atento a ella.
—Escribía en un cuaderno negro... —le miró con una sonrisa nostálgica, recordando todo lo que escribió. Una carcajada se escuchó cuando llegó a los textos en que su mente traicionera le hacía escribir creyendo que no llegaría a manos de otra persona, ni siquiera de Katsuki— todo lo que siento por él, porque nunca tendría el valor de decírselo —suspiro desanimada—, pero lo he perdido...
Por un momento Midoriya se dedicó a procesar la nueva información ¿qué tan enamorada estaba su amiga para escribirle a Kacchan? No podía imaginárselo, pero lo que más le preocupaba era la reacción de su amigo de la infancia ¿que pensará él? No lo sabía—. ¿Has intentado preguntar a nuestros compañeros? —preguntó con gran inocencia.
—No puedo hacer eso —respondió la joven avergonzada, dejando al descubierto un tono carmín en sus mejillas—. Eso me delataría al instante... —juntó sus rodillas a su pecho—. Creo que Katsuki es quien tiene esa libreta... —susurró antes de ocultar su rostro en sus rodillas, sintiendo el calor recorrer sus mejillas. Su cola se movía con cierta rapidez, signos de lo nerviosa que se encontraba.
—Podrías pedirle el cuaderno a Ka... —Deku se quedó helado al comprender perfectamente la situación, su silencio momentáneo llamó la atención de la azabache que esperaba a que terminara, mas esta logró escuchar el sonido de unos pasos que se acercaban. De reojo pudo divisar aquella cabellera ceniza que lograba distinguir en dónde fuera.
—Bien... Creo que te veré más tarde, Deku-kun —la azabache se levantó tan rápido como pudo y a paso rápido, sin correr, se dirigió a la puerta principal de la residencia. Izuku quedó confundido por cómo su compañera y amiga se levantó y alejo de él sin una explicación.
Y solo le bastaron algunos segundos para saber a qué se debía—. ¡¿Kacchan?! —sus ojos se pusieron blancos de la sorpresa pero no pudo decir otra cosa, su mirada esmeralda se dirigió a la puerta donde la azabache había pasado los últimos segundos antes de perderle de vista.
—¡Cierra la boca maldito nerd!
Ahí estaba él, el motivo por el cual la chica no podía dormir durante la noche pensando en qué reacciones podría tener el rubio ceniza al leer las páginas de ese cuaderno negro, la vergüenza la invadía y sus mejillas podían delatara, por ello optó por huir, no tenía la cabeza fría para pensar en cómo actuar en ese momento e impedir que Katsuki la descubriera con tan solo verla en ese instante. Midoriya permaneció pensativo, quieto, analizando la situación en la que ahora se encontraba su amiga.
Katsuki había notado la presencia de su compañera al lado del peliverde antes de irse, parecían hablar de algo justo antes de acercarse a ellos, le era extraño verlos solos mientras el resto de la clase se encontraba adentro. Fue ahí, cuando descartó la posibilidad de que aquella chica fuera candidata a ser la chica que le escribía, chasqueó su lengua y se dirigió a la residencia.
Dentro de él había una pequeña molesta, que empezó a tener segundos después de verlos. ¿Por qué diablos comenzó a sentirse así? ¿Por qué el solo recordar verlos hablar juntos le causaba una sensación extraña y amarga? Había tenido una respuesta a sus preguntas, una persona menos en su lista de chicas para descubrir a la que le escribía. Pero... ¿por qué se sintió extraño al saber que ella no sería la chica?
¿Será que tal vez, de entre todas sus compañeras, le hubiera gustado que fuera ella? una de las chicas a las que consideraba fuerte y con la que además deseaba tener un enfrentamiento. Era cierto que no convivía demasiado con ella pero el solo observarla en las clases, notar su desempeño y crecimiento a lo largo de esos años de preparatoria le habían hecho prestar un poco más de atención en ella y ahora que descartaba esa posibilidad, sin notarlo, su ceño se frunció.
Logró divisarla en la sala principal platicando con las demás chicas que no notaron su presencia, ella reía a carcajadas por los gestos extraños que Mina hacía. Una sensación extraña recorrió todo su cuerpo, como una corriente eléctrica que activó sus nervios al contemplar la sonrisa de su compañera que trataba de ocultar su sonora risa con su mano. Chasqueó su lengua dando largos pasos hasta llegar al elevador y dirigirse a su habitación, sentía sus manos sudar sin explicación alguna.
No podía sacar la imagen de su compañera al verla hablar con Deku y ahora que notaba que tenía una bella sonrisa...
•••
Y ahora un buen meme
Creo que es un poco tarde para esto porque ya estamos en la fase tres bb
ABR122020
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Diario perdido •Katsuki Bakugō•
Fanfiction[TERMINADA] Su timidez y miedo al rechazo le hacían escribir en un pequeño cuaderno lo que sentía por él. Varias hojas en blanco listas para ser llenadas con palabras que expresaban varios sentimientos, más que el mero amor que crecía en su interior...