| Página once |

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El sonido que provocó aquel diario al ser cerrado con fuerza fue lo único que rompió el silencio formado en su habitación. De nuevo daba otra leía a las primeras páginas que despertaron su interés por saber quién es la joven. La página número uno era la principal, pues en ella da el momento en que empezó a escribirle.

Le era extraño no haberse percatado de las miradas que recibía de esa chica, de no notar su comportamiento al tenerlo o verlo cerca hasta ahora. Hasta que ese cuaderno negro llegó a sus manos debido a la curiosidad de verlo tirado en el gimnasio. Era increíble que después de un año de estar enamorada de él se decidiera a escribirle algo tan... ¿Extraño? ¿Cursi? No podía describir lo que sentía después de días que empezó a leer.

Han pasado poco más de cuatro meses desde que la primera página se escribió y diez días en los que él ha leído una a diario, y en los que ha tenido extrañas sensaciones y comportamientos que sus amigos han notado. No le molestaba en lo absoluto, ni siquiera le importa, pero lo que más le frustraba era sentirse cerca de descubrirla y al final volver a empezar de cero. La página anterior le dejó más pensativo, más inmerso en las ideas formadas en su cabeza. ¿Qué estaba dejando pasar? ¿Qué otra pista podría tener de aquella chica?

Hasta ahora solo sabía que era de su clase.

Mina y Uraraka están descartadas por completo.

Sabe que desea ser vista por él como una compañera gracias a su esfuerzo y cada chica lo está haciendo, con ese punto es difícil saberlo.

Sabe que tiene problemas familiares, pero hasta ahora no se ha dado a conocer nada por parte de ninguna chica.

Por el color de las pastas, intuye que sea alguien con gustos góticos como los de Jiro, pero no la cree tan dulce para escribirle todo aquello. Por lo tanto, podría ser alguien más.

Ahora había tenido como candidatas a Jiro, Hagakure y (Nombre), pero de nuevo, con la pagina anterior, debía prestar atención también a Tsuyu y quizá a Momo.

No tenía más pistas y eso le frustraba, porque no deseaba mostrar tanto interés en ello, tenía otros objetivos. Debía enfocarse en lo que más deseaba desde que era más joven, pero ahora una chica se está metiendo. Le está complicando sus planes a futuro. Quiere sentir rabia, odiarla por meterse en su vida indirectamente y hacer que se cuestione cosas que antes ignoraba y no eran de su completo interés. Pero no puede.

Le cuesta tanto aceptar esa necesidad de saber quién es ella, de quitarse de una vez por todas aquella duda que ha estado rodando por su cabeza desde hace tiempo. Ha empezado a preguntarse qué tan importante es para él saberlo y cómo podría afectarle si se adentra completamente a descubrir la identidad de la chica. Se está volviendo un objetivo importante para él y no se ha dado cuenta, cree que solo es por ese pequeño compromiso que se impuso delante de Kirishima para devolverle aquel cuaderno.

Necesitaba más pistas, necesitaba saber su color de cabello o de ojos, o su quirk. Solo eso. Solo así descubriría quien es. De esa forma sus dudas serían despejadas y sentiría un peso menos encima, un asunto del que podría olvidarse al día siguiente ¿Cierto? Volvería con su vida normal, su rutina diaria para alcanzar sus objetivos. Pero había algo más que ignoraba, una pista que estaba dejando pasar y que sería la respuesta a su más grande duda. Algo que ignoró completamente tanto como ese pequeño miedo que se alojaba dentro de él, el miedo de pensar que le está dando mucha importancia a alguien que no es ella, alguien completamente diferente a esa chica. A la que él ve todos los días en clase...

—Bakugō —el pelirrojo entró sin previo aviso a su habitación. Tenía nueva información que podría ayudarle a descubrir a la chica. Y aunque fueran palabras de Ashido, suponía que entre las ellas aquel secreto era de su conocimiento—. Hablé con Mina —dijo con rapidez después de cerrar la puerta.

Diario perdido  •Katsuki Bakugō•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora