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—¡Ka-Kacchan!

Aquel Izuku no era uno consumido por el temor que solía tener desde secundaría cuando mencionaba aquel apodo. No. Esta vez su voz salió llena de sorpresa al verlo recargado en un poste al salir de la estación, con su uniforme escolar, listo para partir a su agencia de héroes y comenzar con sus últimas pasantías.

—¿Qué haces aquí, Katsuki? —preguntó (Nombre) también, sorprendida por encontrarlo, aunque, quizá, ya podría tener su respuesta.

—Solo estoy tomado aire —respondió mirando a otro lado, irguiendo su postura y dejando de usar como soporte aquel poste de alumbrado público para comenzar a caminar... curiosamente delante de Midoriya y la chica.

—¿No deberías ir a tu agencia? —preguntó una vez más ella con curiosidad.

No se molestaría en preguntar lo obvio luego de verlo caminar al frente. Si no recordaba mal su compañero para el último periodo de prácticas era Shoto Todoroki y, conociendo al chico y las facilidades que tenía al ser hijo del actual héroe número uno, suponía que le había propuesto a Bakugo hacer sus pasantías en la agencia del profesional. Lo que si le extrañaba, era el hecho de que ellos también acudirían a su agencia, lo que significaba que los cuatro estarían bajo el mando y supervisión de Endeavor.

No le molestaba la idea en lo absoluto. Todo lo contrario. Le alegraba saber que contaría con el apoyo de dos amigos más y que, aunque no trabajara con él, Katsuki estaría a la vista todos los días. Pero era consciente de que no estaría ahí para distraerse, sería para tratar de mejorar todavía más, impresionarlo y hacerle ver lo mucho que había progresado gracias a su ayuda. Confesaría que ya no se sentía tan nerviosa estando a su lado o hablando con él, pero no negaría que sentía aquellas mariposas en su estómago por escucharlo o saber que podría verlo en cualquier momento del día, y quizá llegarían a trabajar los cuatro juntos al lado del profesional, como se lo contó Midoriya en su primer año.

Le animaba saber que algo como eso podría suceder y la motivaba a querer mejorar todavía más.

—Voy camino a ella, (Nombre) —respondió refunfuñando— ¿Ustedes no deberían hacer lo mismo?

—Eso hacemos —contestó Izuku con una sonrisa, sabiendo que Bakugo se dirigía al mismo lugar luego de recordar quien sería su ultimo compañero. El peliverde suspiró y miró al cielo despejado de aquella mañana—. Esto me recuerda a nuestro primer año ¿verdad, Kacchan?

Él solo gruñó en respuesta, dejando que poco a poco sus dos compañeros le siguieran el paso, sin darse cuenta que la chica caminaba a su lado hasta que dejó escapar una pequeña carcajada. Se sentía jodidamente bien estar a su lado. Y luego, cuando los tres iban en sintonía, continuaron su camino hasta llegar a la agencia de Endeavor.



...

—Entonces, oficialmente sigue siendo la misma fecha...

—Por su puesto. Aunque me parece estúpido si me lo preguntas. Tengo entendido que es para mejorar la seguridad ese día, posiblemente haya héroes por todas partes, un verdadero lío. Sin embargo, me he tomado la libertad de preparar un plan —respondió Kurama descansando en el sofá de la sala de aquella casa abandonada, mostrando su elegancia a ser una persona importante dentro del gobierno de Japón, diría que aquello solo era un mero pasatiempo al que le había encontrado placer a la hora crear planes estratégicos y desafiar al gobierno para el que trabajaba—. No necesitas saber los detalles, Kohaku —sonrió con suficiencia deteniendo la acción del peligris cuando intuyó que quería preguntar algo más—. Tengo el plan perfecto, no debes preocuparte.

Diario perdido  •Katsuki Bakugō•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora