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Es tarde para reprogramar la hora de la reunión, la lluvia no debía representar un inconveniente para los grupos de héroes con camino a la estación de policía. Su cuerpo húmedo, consecuencia de su caminata hasta allí, no le hacía sentir frio, pero los nervios de saber lo que encontrará cruzando la puerta del jefe de policía Naomasa Tsukauchi le hacían temblar inexplicablemente. Su talón taconeaba estando parada, reflejando su nerviosismo y ansiedad por entrar de una vez y salir lo antes posible; logró dormir durante toda la noche y agradecía internamente por ello. Desde el día anterior creía poder manejar la situación estando ahí, soportar lo que escuchara o viera, pero ahora no lograba imaginarlo siquiera.
—Todo estará bien (Nombre) —una voz femenina llamó su atención. La mencionada dirigió sus orbes a la entrada de la estación observando la figura de su progenitora llegar. Sus nervios se disiparon y sus pies reaccionaron sin consultárselo antes para llegar a ella y abrazarle. Su madre la recibió con los brazos abiertos sonriendo por la reacción un tanto infantil de su hija, aunque no negaba que ella también estuvo necesitada de un abrazo. No era la primera vez que la veía con su traje, pero sabiendo que estaba a un par de pasos de ser una heroína no pudo contener la felicidad de verla ahí, teniendo su primera experiencia como tal, pero la melancolía la invadía de recordar las palabras de su esposo queriendo verla graduarse de Yuei.
Madre e hija se separaron al oír la voz de Mirko saludar a la mayor, ésta le regresó el saludo y emprendieron su camino hasta las oficinas del jefe de policía. El grupo de mujeres no se percató de la presencia de Jeanist y Bakugo, al igual que Endeavor, Todoroki y Midoriya que llegaban en seguida al lugar. Los héroes se dirigieron a una sala de juntas encontrándose con Sansa Tamakawa, el cuerpo de policía con rostro de felino, que les guio por los diferentes pasillos hasta llegar a un gran cubículo rodeado de grandes ventanales casi polarizados con las sillas y mesa correspondientes a la sala de juntas. Ahí observaron al jefe de policía leyendo varios documentos que le hacían fruncir sus labios desconforme o confundido, algo que (Nombre) notó de inmediato y le hizo sentir un escalofrió en todo su cuerpo.
—Bienvenidos sean todos —saludó cambiando su expresión a una más amigable cuando los oyó abrir la puerta e ingresar—. Señora (Apellido), (Nombre) —se dirigió a ellas con más respeto y manifestando su pésame de forma breve y rápida. Invitó a todos tomar asiento para iniciar la junta programada anteriormente con los héroes. Tsukauchi pidió a las mujeres de la familia (Apellido) tomar asiento cerca de él, quedando las dos féminas a sus costados, Mirko al lado de la madre de (Nombre) y Midoriya de ésta, que no dudó en saludarle amistosamente y expresarle todo su apoyo en un solo gesto; el resto de hombres quedaron más alejados del jefe de policía siendo Bakugo quien permaneció al otro extremo—. Entiendo su situación, pero es de vital importancia contar con su presencia y apoyo —inició el hombre tras regalarle miradas apenadas a (Nombre) y a su madre que solo se limitaron a asentir.
Bakugo desvió su mirada del jefe de policía a su compañera, notando su vista dirigida a su regazo y fruncimiento de labios forzado, como si se estuviera reprimiendo además de tratar de ocultar sus signos de nerviosismo ante la situación que enfrentaba. Su cabello oscuro lograba ocultar parte de su rostro y sus orejas lobunas se encontraban un tanto decaídas, signos de la tristeza oculta dentro de su ser. El jefe de policía volvió a captar su atención cuando cuestionó a la mayor de los (Apellido), siendo un tanto incómodo para las integrantes de la familia—. ¿Puede decirnos cómo fue que llegó al hospital aquella vez? —el ambiente se llenó de incertidumbre para el resto de personas que no conocían la historia, esperando con ansias y paciencia a la mujer que se tomó algunos segundos de su tiempo para meditar y recordar claramente los hechos de aquella noche que marcó el inicio de un fin.
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Diario perdido •Katsuki Bakugō•
Fanfiction[TERMINADA] Su timidez y miedo al rechazo le hacían escribir en un pequeño cuaderno lo que sentía por él. Varias hojas en blanco listas para ser llenadas con palabras que expresaban varios sentimientos, más que el mero amor que crecía en su interior...