Cap.3.*Decisión*.

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Las suaves gotas de agua caían sobre la ventana de un coche dónde se encontraba un rubio recostado en el asiento del copiloto, su cabeza se encontraba recargada en la ventana del auto. Itachi decidido a romper el amargo silencio que se formó. Tomó el rostro del rubio con sus manos, acariciando sus mejillas, le obligó a mirarle, viendo como sus precios ojos azules estaban vidriosos, amenazando en querer dejar salir las lágrimas.

- Hey, deja de llorar, no soporto la idea de verte así...– El rubio dejó caer una lágrima, que al instante limpió él azabache.– Ya hemos llegado.

El azabache bajo del auto, se dirigió a la puerta del copiloto para ayudar a bajar al chico. Tomó su mano, que al tocarla estaba temblando. Cuando ya se encontraban en el apartamento, dejó salír un suave suspiro de resignación. No es como si le molestara estar con ese hermoso doncel con esos ojazos azules, que hipnotizan a cualquiera. Pero apesar de eso sentía que muy en el fondo el rubio estaría sintiendo fatal.

Apesar de que siempre tuvo en mente de que en algún momento tendría que dejar de estar con Sasori, siempre esperó de que fuera de otra manera y no de esta, ¡se sentía confuso!... Tal vez ya lo había tomado en cuanta, lo del engaño, sin embargo no estaba seguro de la realidad, sólo podía pensar en los momentos tan agradables de cuando eran unos niños. En esos que siempre quedarán grabados en su memoria. Estaba realmente agradecido con él, Sasori estuvo en esos momentos de soledad y perdición, creía que ya no valía nada en la vida.

Sólo sentía el gran desprecio que su familia le había brindado, uno muy grande en efecto, ese tal cual lo había dañado enormemente... Esa era la causa de sentirse tan..."Solo"...

- Itachi– Llamó con un tono de voz tan sutil.– Yo ya no debería involucrarte en mis problemas, en verdad agradezco toda la ayuda que me has brindado, pero creo que necesito irme a algún lugar donde quedarme, o tal vez regresar con Sasori y pedirle que me deje quizás pasar una noche más en su casa, y así poder tomar algunas cosas de mis pertenencias..

- Deidara. Tú no irás a ningún lado, ahora en adelante está será tú casa. Y por tus pertenencias, no te preocupes yo te compraré todo lo que necesites, ya no vas a volver a ese lugar.

Deidara se sentía afligido y quizás algo asustado. Sin embargo la determinación en la voz de Itachi le hizo sentir una comodidad.

- No quisiera seguir molestandote...

- No eres ningúna molestia para mí, en todo caso yo vivo sólo, mi familia vive en otra casa. No tienes que preocuparte, estarás bien en mi casa.

- Pero...– lo interrumpió el azabache.

- Nada de "peros" te quedarás conmigo.– sentenció con voz firmé, el rubio solo asintió.

Se sentaron en la sala, Itachi mantenía una sonrisa sutil en su rostro, realmente estaba consiguiendo lo que él quería, está ves se asegurará de cuidar bien lo que quiere. Darle lo que se merece ese hermoso rubio, cuidarle y protegerle con garras y dientes si es que haga falta.

Hacé algunos años atrás conoció a una chica, él creía que ella era todo en su vida, sin embargo ella optó por otro camino, era cierto que no se veían muy a menudo. Pero él mantenía una estable comunicación con ella, se mantenía al tanto de lo que ella ocupase, lo que le faltará él lo conseguía para ella. Ya que siempre pensó que en algún día se casarían y tendría todos los hijos que él quisiera. Sin embargo no era así... El dolor que causó, le dejo devastado, ¿Amor?... Eso era lo poco que ella puedo aver sentido por él. Le arrebató una parte importante de su familia...

-¿Itachi?– Preguntó el rubio, sacandole de sus pensamientos.

-¿Si?...

- No es nada, es solo que parecías confuso... ¿Te encuentras bien?– Preguntó.

Estoy Solo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora