Cap.4.*¿Visita?*

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Pequeños rayos del sol chocaban contra el rostro de un doncel somnoliento aún. Se removió entre las colchas de la gran cama a su parecer, se levantó sin ganas tomó un peine de por allí—Si que la vida suele ser difícil— pensó. Cepillando su rubio cabello, antes de sujetarle en una coleta alta, sé miró en el espejo. Realmente se veía diferente a los demás Donceles, no recuerda aver visto a uno ojos azules, o siquiera rubio... Conocía a algunos pero la mayoría eran ojos oscuros, y sus cabellos eran castaños o hubo alguno que incluso tenía el cabello negro. La abuela de Sasori le había dicho que no era nada común ver a un buen doncel rubio con ojos azules, no era muy común hoy en día. Quizás por eso Sasori se fijó en él -Una buena sonrisa- pensó, termino de atar su cabello, y desidió bajar a preparar el desayuno, talvez podría ser de ayuda al preparar la comida, o limpiar toda su estancia aquí con Itachi.

Por otra parte el azabache, se encontraba ya en su oficina, tuvo que levantarse antes, si quería llegar temprano. No había querido despertar al rubio a la hora de irse, prefería dejarle descansar. Dejo una pequeña nota en su lugar, en la cual decía la hora en que llegaría y en dónde había dejado su comida. El estacionamiento estaba repleto, había muchos autos estacionados, pase que aún era muy temprano, no le tomo mucha importancia y se estacionó en el lugar de siempre. Al entrar en el gran edificio el guardia le saludo con una reverencia, le imitó haciendo una leve inclinación devolviéndole el saludo.

Al llegar a su oficina, comenzó a depositar dinero a algunas cuentas bancarias. -"La gran empresa Uchiha"- era una fundadora en ayudar a los niños huérfanos y en donar cantidades de dinero a los orfanatos. Se sentía orgulloso de ser la persona quién se quedó a cargo de las empresas familiares. Sin embargo fue al principio un poco extraño estar al mando de las empresas Uchiha. Cómo bien también su hermano menor puedo aver estado a cargo de esas propiedades. Pero Itachi sentía que no era tiempo para él, Sasuke todavía podía seguir teniendo su vida "normal". En algunos años, cuando ya haya terminado su carrera, le daría la mitad de todas las empresas de su padre. Sería un trato justo para ambos, así cada uno podía formar una familia, con el gran logro Uchiha.

<<Vacía>>

Así era como Deidara veía la casa, se sentía desilusionado al encontrar que Itachi no estaba. Se encontró con la nota, al leerla se dio cuenta de que Itachi no volvería ya hasta bien entrada la tarde. -Quería cocinarle- era un pensamiento algo extraño en él.

- Tal vez solo sea agradeciendo hacía él-

le quitó importancia al tema. Quizás si ordenaba la casa, pero claro que ¿Qué hiba a ordenar? Si ya todo está muy bien acomodado, talvez si sacudía un poco los muebles dejaría de sentirse inútil. Doblo el trocito de papel y lo guardo en su suéter, comió un poco. ¡Aunque realmente era bastante lo que había comido!. Itachi le había dejado un gran plato de comida servida, se sentía un poco grosero al dejarle allí en el plato. Pero, ¡Por dios! Si se la terminaba de comer se pondría muy gordo.

- Gordo. Gordo.. Gordoo- Canturreó un poco, le hacía gracia pensar eso.

Soltó una risita, para después guardar la comida. En su vida realmente se podía ver así mismo como alguien que nunca tuvo que aver pisado este mundo. El rechazo por parte de sus padres le había afectado, pero ya eso le daba igual, solo quería dejar de sentirse de esta forma, le faltaba casi poco para acabar los estudios. No quería dejarlos, al menos eso no, la abuela de Sasori siempre les repetía a Sasori y a él que tenía que acabar los estudios, era una parte esencial para poder salir adelante.Sonrió.

- Siempre solo-

Termino de limpiar la cocina, y decidió dar algún paseo por la casa. Era hermosa, tenía un toque elegante pero sencillo, entro en un cuarto, la luz estaba apagada así que la encendió, estaba llena de libros y algunas computadoras. Caminó despacio por las estanterías viendo cada libro, todos parecían interesantes, estaban acomodados por autor y alguno quizás por fecha de publicación del libro. En lo alto de una de las estanterías había un libro, se puso de puntitas para alcanzarle pero no lo logro, era la primera vez que maldecía su estatura. Busco con la mirada algún banco o algo para poder lograr alcanzarlo, y ¡Bingo! Vió una silla.

Estoy Solo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora