Cap.20.*Hospital*

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Hola. Quiero pedirles disculpas, no se porque anteriormente no se podía leer el capítulo, pero creo que ya se podrá leer. No es la primera vez que pasa esto... Gracias por seguir leyendo esta historia.

~•°•~

Las minutos pasaban lenta y torturosamente convirtiéndose en horas. Se encontraban en la sala de espera del hospital esperando noticias de Deidara. Itachi comenzaba a ponerse nervioso perdiendo su expresión calmada a una de preocupación y desespero.

A los pocos minutos de que Deidara entrara a urgencias, llegaron Sasori y Naruto acompañados por Sasuke. Naruto al enterarse de lo ocurrido no pudo contener su llanto al sentirse culpable por el accidente que tubo Deidara, sentía que era su culpa ya que él fue quien le dijo que fuera a por Itachi.

Algo muy raro ocurrió, pues Sasuke se acercó a Naruto y le abrazó acariciando suavemente su espalda y cabello, diciendo alguna tontería para que dejase de llorar. Si hubiera estado en cualquier otro momento Itachi, se hubiese burlado de su tonto hermano menor.

- Itachi.- Le llamaba, Pain.

- ¿Qué ocurre?.- Pregunto con desinteres, ya que en estos momentos no le importaba nada si no tenía que ver con Deidara.

- Él estará bien.- Estaba apunto de decir "no te preocupes" pero al mirar la cara del azabache se arrepintió.

- Familiares de Deidara ¿Uchiha? .- Llamaron, en ese momento prácticamente dió un salto y se tropezó el azabache.

- ¿Él está bien? ¿Cómo se encuentra?.- Quería preguntar muchas cosas pero sus palabras no salían.

- ¿Cómo está, Dei_Nii?.- Pregunto Naruto sin soltarse del agarre de Sasuke, en ese momento la sonrisa del doctor los confundió.

- Ya le hemos revisado, solo fue el golpe y la herida de su muslo, nada grave.

Por un instante las intensas ganas de golpear al doctor se intensificaron, tenía que controlarse o sino tendría que pagar un funeral. Itachi respiró profundamente para calmarse.

- El pequeño doncel tardará en despertar, tal vez uno o dos días pero eso es normal. No hay por qué preocuparse, el chico y los gemelos están bien.- Su sonrisa se hizo más grande.

De un momento a otro todos guardaron silencio y miraron a Itachi, quién se quedó callado sintiendo como su garganta ardía, respiró agitado, sus ojos adquirieron un brillo tan peculiar.

- ¿Puedo entrar a verle?.- Logró preguntar ante la intensa mirada que todos le dirigían, el doctor asintió guiandole hacia la habitación.

- He de imaginar que usted es el padre.- Itachi asintió con orgullo.- Lo felicito, su doncel y sus hijos están muy sanos apesar del accidente.- Dijo antes de abrir la puerta donde al interior del cuarto se encontraba un pequeño cuerpo recostado sobre una camilla.

Como si hubiese sentido un fuerte golpe a su corazón, dolió. Al ver a su amado doncel ahí sin moverse sintió como si le apretaran el cuello para que no respirase, apesar de que el doctor le había confirmado que Deidara se encontraba bien eso no hacía que su preocupación disminuyera.

- Vendré en un rato.- Inclinó levemente su cabeza y cerró la puerta.

Su vista no se apartaba de ese rostro tan bello que se encontraba a escasos sentimetros de él. Sin perder más el tiempo se acercó al rubio, con algo de miedo tocó su mejilla como si quisiera comprobar que nada malo le ocurría. Se sentó en la silla frente a él, tomando su mano dió un beso en su palma.

Sus ojos se posaron casi de inmediato en su vientre, como si quisiese comprobar que realmente estaba esperando a sus hijos, con cariño extendió su mano y la posó en el vientre del doncel acariciandolo con ternura, la sensación que sintió al hacerlo fue realmente maravillosa, con una enorme sonrisa recostó su cabeza en su vientre, sintiendo como subia y bajaba con la suave respiración de Deidara.

Estoy Solo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora