Cap.21.*La Carta*

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Tenía sus ojos entre abiertos, no podía seguir permanecido despierto por más tiempo, daba algunas cabezaditas, de lo cansado que estaba creyó que casi se iba a estrellar, sino hubiese sido porque una mano logró sujetarle antes de que caiga.

- Es demasiado tarde, deberías ir a dormir, ve a casa.– Movió un mechón de cabello rubio de su frente.

- No quiero.

Sasuke levantó una ceja con el ceño ligeramente fruncido. Ya era la cuarta vez que ocurría lo mismo, por más que le insistiera él no aceptaba, ya hasta se había ofrecido para llevarle a casa, sin embargo seguía sin querer moverse de allí.

Movió su mano con rapidez logrando atrapar al rubio escasos segundos antes de que cayera al suelo.

- ¡Naruto!.– Le regañó.– ¿Te quieres morir?

El rubio negó levemente y volvió a cerrar sus ojos pero está vez se recostó en el pecho del azabache.  Sasuke suspiró y removió su cabello, giró su cabeza dándose cuenta que eran los únicos en esa sala, Pain y Sasori ya se habían ido a dormir, claro que el pelirrojo no quería pero Pain le convenció para que fuese con él a dormir un rato, e Itachi aún no salía de la habitación de Deidara.

Por lo tanto los únicos que quedaban eran ellos dos.

- Tengo sed.– Susurró el rubio, Sasuke solo asintió y alcanzó con su otra mano libre la botella de agua y la abrió, sin pudor alguno la acercó a sus labios y tomo de ella antes de acercar la botella a los labios del rubio.

Naruto tomó el agua despecio y sin temor a que se molestara el azabache subió su cabeza hasta quedar entre el cuello de él, recargo en su hombro su mejilla y volvió a cerrar sus ojos. Por lo bajo se escuchó como Sasuke soltaba una maldición y se removía un poco.

- Ven, vamos rubio a dormir.– Le tomo de la mano levantandole.– Por aquí...

- ¿A dónde vamos?... Esta no es nuestra casa.

- Claro que no lo es.– Afirmó, mientras sujetaba el brazo de Naruto.– Necesito una llave de las habitaciones de la familia Uchiha.– Pidió a una enfermera que pasaba por ahí.– Llévala a la habitación que suelo usar cuando vengo al hospital.– No dijo nada más y siguió caminando jalando al rubio que se encontraban más dormido que despierto.

- Sasuke... Me duele.– Casi de inmediato se dió la vuelta soltando su mano con temor a que le hubiese apretando muy fuerte.

- ¿Dónde? ¿Qué te duele?.– Se acercó más a él.– Todo está bien, ¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal?.

- Estoy cansado, me duelen mis piernas y mis pies.– Parecía un niño chiquito haciendo esos pucheros.– No quiero irme. Deidara, quiero esperar a mi hermano.

Sasuke suspiro y asintió volviendo a tomar su mano, pero está vez con más suavidad. Naruto parecía enojado, pero no lo estaba realmente. Lo que ocurría era que el rubio no quería caminar, quería que lo cargará el azabache.

- Sasuke, si eres mi jefe ¿Debo de llamarte jefe?.– Pregunto siendo jalado por el azabache.

- No. Ni se te ocurra hacer eso.– Se detuvo en la puerta de una habitación donde había una enfermera parada con unas sabanas y unas llaves en la mano.

- Me dijeron que trajera esto.– Sasuke tomó las cosas que le ofrecía.– Que descansen, buenas noches.– Se despidió, mientras que Sasuke habría la puerta.

Naruto entró, casi de inmediato sacudió la cama que se encontraba ahí y se acomodó del lado de la pared. Palmeó su lado izquierdo para que Sasuke se acostara.

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