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Loki estuvo fácilmente cuatro horas buscando a la fémina en todo el castillo sin éxito alguno. ¿Cómo es que alguien tan ruidosa no podía ser encontrada? No lograría entenderlo.

Pudo encontrarla por fin en uno de los jardines bioluminscentes cuidando de las algas.

–Jane, ¿Podemos hablar? – pregunto acercándose hasta estar a su lado.

–Claro, mi niño, solo dilo – ella lo miro con una sonrisa.

–Dime la verdad sobre mi madre, sobre su muerte... por favor –.

Jane lo miro en silencio por un momento, como si lo estuviera analizando. Luego soltó un suspiro y volvió a su trabajo en las algas.

–Su madre, príncipe, era mi mejor amiga...Ella era toda una aventurera, amaba escaparse de sus padres y explorar el reino igual que usted – la forma en la que hablaba dejaba en evidencia el amor que esa mujer había tenido por su madre y el dolor que sentía al haberla perdido – Conoció a su padre cuando se metió al castillo buscando libros que leer –.

–Jane, sin ofender, pero no me interesa saber cómo mis padres me concibieron – aclaro Loki un tanto incómodo.

–Lo siento... es que ella era muy feliz en ese entonces – la mujer rio tristemente y luego suspiro – pero años antes de que usted naciera su madre tenía algunas aventuras peligrosas, exploraba el océano hasta donde quería pues en aquel entonces salir del reino no era tan peligroso como lo es ahora – Jane hizo una pausa, la sonrisa en sus labios ya no estaba, ahora había una expresión triste y sus ojos evitaban verlo a la cara – Ella despertó un día diciendo que buscaría vida más allá del reino y se fue a la orilla, quería explorar aquel limite. Yo sabía que llevaba planeando esto hacía tiempo, pero nunca dije nada – hizo una pequeña pausa, su voz estaba quebrada, parecía que pronto lloraría pero hacia un esfuerzo por aguantar – Allí encontró una terrestre, una niña –.

–Pensé que los terrestres no existían, que eran un mito inventado por el rey para asustar a los niños desobedientes –.

–Si existen – afirmo – Esa niña monstruo visitaba la orilla todos los días y su madre iba a verla sin falta. La reina la vio crecer, le enseño magia, le hablo del reino y toda la maravilla que hay aquí...Cuando usted nació su madre quiso traer al monstruo, y lo hizo, dejo que ese ser lo cargara y cuando el rey descubrió eso aquel... asqueroso terrestre lo arrojo y tomo a su madre como prisionera llevándosela a la superficie como si fuera un trofeo... al día siguiente de habérsela llevado pusieron en la orilla la cola de su madre bañada en sangre...se la habían cortado – Jane se cubrió la cara mientras temblaba, sus lágrimas se transformaban en pequeñas perlas que caían entre las algas, su voz no salía y Loki se vio obligado a abrazarla para intentar reconfortarla.

Que una sirena derramara sus bellas perlas de lágrimas frente a sus ojos era algo que no podía aceptar, mucho menos si se trataba de Jane. Si, la mujer ere odiosa y gritona, pero siempre había cuidado de él, era lo más cercano a una madre que tenía.

Luego de un momento la mujer estaba calmada, ya no lloraba pero su cuerpo temblaba ligeramente en algunos momentos, como si temiera de algo.

–Su padre después de lo sucedido empezó a restringir la salida de los habitantes a la superficie y empezó a contar cosas sobre los terrestres, como ese mito de que vuelan y agarran a los que están en la superficie – explico.

–Entiendo, lamento haber preguntado por esto – estaba un poco arrepentido por haber hecho llorar a Jane, pero realmente necesitaba saber la verdad y por fin tenia lo que quería. Ahora solo debía saber que parte de todo aquello era realmente verdad.

–No te preocupes, tenías que saberlo en algún momento – murmuro – pero no quiero volver a hablar de ello, ¿Si? – el pelinegro asintió y se fue de allí en busca de su padre para pedirle una explicación.

Él le había dicho que le habían arrancado las escamas, no la cola. Y estaba seguro de que si había mentido en eso, había mentido en casi toda esa historia porque su padre era un mentiroso profesional.

En parte era doloroso para Loki pues no podía confiar en absoluto en su padre, su única familia, pero había aprendido a vivir con ello. Además, gracias a esa actitud de su padre había aprendido a mentir muy bien.

Busco al rey en su habitación, en la sala de juntas, en el trono, pero no lo encontraba, se le hacía extraño, ¿Dónde más estaría el rey si no era en esos lugares? ¿En la cocina? No, era imposible. Laufey no era de los que comían a escondidas de los cocineros por más que fuera el rey, ese era el trabajo de Fenrir cuando lo invitaba al castillo.

–Carajo, donde se esconde – murmuro nadando por los pasillos. Había algunos a los que no iba, pues solo estaban las habitaciones de los guardias y los cocineros, los almacenes y las bodegas. No tenía necesidad de estar ahí, pero necesitaba a su padre con urgencia y buscaría hasta en la cueva de su pequeña y linda mascota si fuese necesario.

En silencio nado por los pasillos buscando algún indicio de que su padre estaba por ahí.

Todas las puertas eran simples, pequeñas y no estaban adornadas con nada como lo estaba la de su habitación o la del rey. Pero había una allí que parecía reforzada y se veía mucho más gruesa, estaba por ir hacia esa habitación pero escucho que se abria.

Rápidamente utilizo un hechizo de invisibilidad y se puso lo más que pudo contra una de las paredes para tratar de ver que es lo que había del otro lado de la puerta y escuchar que hablaban.

Cuando la puerta se abrió por completo y vio salir al rey con un par de guardias se sorprendió, supuso que allá había algo muy importante, sino ¿Por qué motivo el rey necesitaría ser acompañado por guardias en su propio castillo? Ahora necesitaba entrar allí y ver que había.

–Aliméntenla como corresponde – demando el rey.

–Pero señor...no quiere comer, ella solo grita y tira todo – explico uno de los guardias.

–Entonces oblíguenla a comer – dicho eso se fue dejando a los guardias allí que luego de un momento volvieron a entrar.

Loki no dudo en entrar también y empezó a seguir la bajada siendo guiado por las algas brillantes. Era raro que nunca hubiera ido a ese lugar pues desde pequeño le había gustado explorar lugares que no debía.

– ¿Sera que guardan a la loca? – pensó mientras llegaba al final del túnel para dar con una celda. Una celda que contenía a una sirena de cabello negro, una cola con escamas arrancadas que nunca pudieron volver a crecer y ojos tan verdes como los de él.

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¿Como van con la cuarentena?

Yo bien, ya voy en mi quinto día y no aguanto a mi gato jaja.

Espero que les haya gustado el capitulo de hoy sfdjklanhdjksfbajkf la que se viene lpm asjfbnajkifdna.

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