Thor tuvo suerte de que su profesor se tragara esa mentira, aunque tenía la ligera sospecha de que por el único motivo que había accedido a enseñarle ese hechizo era porque había accedido a prestar más atención a las clases, si lo pensaba bien era un trato justo.
Llevaba ya una semana practicando su control de magia y se pasaba todo el día cansado, ahora alababa a su madre por tener tal control sobre la magia, la tenía en un pedestal. Si su madre no era más fuerte que su padre seguro estaba muy cerquita o a la par.
Odín no estuvo muy contento de que su hijo se inclinara hacia la magia, pues el sostenía que un hombre, un guerrero, debía empuñar un arma, y que la magia era para los más débiles y las mujeres. Que su hijo, el único hombre en la familia además del mismo rey jugara con chispitas y colores no le hacía gracia en absoluto, incluso lo había sermoneado, claro que no delante de su esposa pues sabía que ella era una hechicera muy fuerte y jamás le faltaría el respeto, tanto por su poder como por ser su esposa.
Thor juraba que su padre le tenía miedo a Frigga, pero lo callaba y se burlaba de ello cuando estaba solo.
–Bien, intente nuevamente concentrar la magia en las palmas de sus manos haciendo un círculo – pidió su profesor.
El rubio respiro profundo, y mientras soltaba el aire de sus pulmones con lentitud trataba de canalizar su magia en sus manos y hacer lo que le pedía. Lo único que logro fue un pequeño puntito de color amarillo brillante que se desvaneció en segundos.
– ¿¡Vio eso!? – Grito emocionado – ¡Nunca antes había pasado! –.
–Felicidades, al fin lograste concentrar tu magia... bueno, una pequeña porción... Muy pequeña, diminuta a decir verdad –.
–Sí, ya entendí – lo detuvo Thor antes de que siguiera aplastando su pequeño gran logro.
– ¿Esta seguro que quiere seguir con esto? Siendo usted un príncipe criado para la batalla con armas, el que usted llegue a manipular magia es muy complicado – explico el mayor de los dos.
–Pero usted dijo que cualquiera puede aprender, yo quiero aprender –.
–Sí, lo entiendo... – estaba por hablar más pero parecía dudar de sus palabras – pero los hechiceros y magos somos... poco útiles en el reino – lo había dicho con cierta vergüenza, como si el simple hecho de ser hechicero o mago fuese una vergüenza.
Su padre había estado molesto cuando le dijo que estaba tomando más clases de magia, incluso le dio un innecesario sermón de que los guerreros no usan magia. Jamás pensó que estaba molesto porque su hijo era una "vergüenza".
Algo dentro de su pecho hirvió en ira. ¿Cómo podía su padre, el reino, incluso los practicantes de magia, pensar que era una vergüenza tal don?
–Pero... ¿No son los magos los que protegen las fronteras del reino de los elfos oscuros? – su profesor asintió incómodo.
–Es lo único útil que podemos hacer, señor –.
Thor se quedó en silencio observando la humillación plasmada en el rostro del mayor. Sentía que debía decirle algo, quería que viera que lo que hacía era increíble y ni el mismísimo rey podía tener tal manipulación en el arte de la magia. Pero solo pudo agachar la cabeza y continuar con la clase práctica de magia.
El día transcurrió sin mucho alboroto, el príncipe de ojos bonitos hizo todo al pie de la letra como a su padre le gustaba, eso puso contento al rey, sin embargo la reina se preocupó. Ella conocía tan bien a su hijo que podía jurar que algo que le había herido y ese tonto ni cuenta se dio.
Thor estaba en su habitación, acostado, con la mente en blanco mientras veía el techo cuando la reina entro sin previo aviso. La mujer cerró la puerta y se acercó a la cama, se sentó y miro a su pequeño sin decir nada.
–Madre – pronuncio el muchacho seguido de un silencio el cual la reina respeto en silencio – ¿Padre alguna vez... te ha despreciado por ser una hechicera? –.
Esa pregunta la tomó por sorpresa, al principio no supo que responder o si debía responder a aquello. Teniendo los azules ojos de su hijo a la espera de una respuesta solo pudo suspirar.
–Nunca me ha despreciado – respondió.
– ¿Y a tu magia? –.
– ¿Por qué el interés repentino? – buscaba cambiar el rumbo de la conversación aun que fue inútil.
–Entonces sí lo hizo... – Thor quedo en silencio, como si estuviera pensando en algo.
– ¿Te ha dicho algo? –El príncipe negó – ¿Entonces que es lo que te preocupa tanto? –.
Thor nuevamente quedo en silencio, buscaba una manera de decirle a su madre que ese pensamiento que tenía su padre no le agradaba nada, no le gustaba que despreciara a quienes protegían al reino en primera fila, no le gustaba que despreciara a quienes protegían el castillo con una barrera de protección todo el día, todos los días de todo el año hasta su muerte. En cambio alababa y recompensaba a los guerreros que luego de cortar una o dos cabezas se emborrachaban hasta olvidar que tenían esposas y dejaban hijos por doquier.
–Empiezo a pensar que padre no hace bien las cosas – dijo luego de un largo silencio, su madre lo miro interrogante –Es un mentiroso, te desprecia a ti y a medio reino por usar magia, glorifica a los caballeros que lo único que hacen es beber desde que amanece hasta que se pone el sol... Me ignora todo el tiempo –.
–Cariño, que no sea el rey perfecto no lo hace un mal gobernante – su madre comenzó a acariciar sus rubios cabellos como cuando era un niño – Se ha esforzado mucho, Asgard prospera, la gente del reino vive bien, ha sabido mantener a los enemigos a raya –.
Thor nuevamente se quedó en silencio, su madre tenía razón. Odín no era el rey perfecto, mucho menos el padre que hubiera deseado, pero era bueno en lo que hacía. Por más que hubiera cosas que no le gustaran de él, siempre había garantizado la seguridad de su gente.
–Quiero volver a ver a Loki –.
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Bueno, actualizo hoy porque se me complica actualizar el martes.
Todo venía bien pero pasaron cosas *invierte meme de Macri*
Voy a tratar de estar respondiendo sus comentarios pero de verdad pasaron cosas y ando en la estratósfera para no enfrentar los problemas jajajaja *internal crying*
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Kingdoms
FanfictionEl reino sobre la tierra, Asgard, y el reino bajo el agua, Jotunheim, son eternos enemigos. Se ignoraron durante siglos hasta que sus príncipes se cruzaron. La monotonía los agobiaba, su sed de curiosidad no podia ser contenida en ningun reino...