Prólogo

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Sidney, tres semanas antes.

Sábado en la mañana, cualquier persona normal estaría simplemente despertando, pero, este no es el inicio, en parte sí, pero no es tan importante, volviendo al tema, en cierta parte de Sidney cuatro chicos parecían no tener un buen día, ni bien había salido el sol, ya iban bastante agitados, y apenas comenzaba el día.

-¡Vamos Ashton! ¡Mueve el culo!- Gritó uno de sus amigos.

Pongamoslo así, él chico que sabemos que hasta ahora se llama Ashton tenía tres amigos, fácil de diferenciar, uno es rubio, otro es moreno y el otro, bueno, él sólo tiene el pelo rosa.

-¡No tenemos todo el día!- Gritó el chico de pelo rosa, quejándose por la pereza de Ashton.

-Vamos Ash, sabes que le castigarán la consola si no te das prisa- Se burló el rubio.

-Y a nosotros nos quitaran el pene por dejar que se ponga así- Dijo el moreno, para luego estremecerse de tan solo pensar aquello.

-¿Qué hora es?- Dijo el rubio, con notable preocupación.

-Las...- Dijo el de cabello rosa para mirar su reloj- seis trece- Dijo mirándolos con espanto.

-No podemos llegar así, al menos no a mi casa- Dijo el rubio.

-Pero mi hermana me va a matar- Dijo el moreno, sabiendo que sus padres no estaban.

-Puedes chantajearla con algo, seguro tienes con qué. Porque yo no podría chantajear a mi abuela- Dijo el de pelo rosa.

Si mirabas la escena de lejos seguro podrías llegar a sentir pena de estos chicos, el rubio y el moreno tenían dieciséis, el rosa diecisiete y finalmente Ashton tenía dieciocho, al parecer el ultimo tenia un algo que no lo dejaba en paz, pues siempre que salían a pasar tiempo entre amigos al día siguiente Ashton se levantaba con amnesia por tanto tomar, la cual con el paso de las horas se iba como el vapor.

-Bien- Dijo el moreno después de un rato.

Horas después todos estaban en la casa de Ashton, en su habitación, mientras el chico con problemas se daba una ducha sus amigos hablaban sobre él, eran esa clase de amigos fieles, ¿Qué más podía pedir Ashton? De hecho, él pedía a gritos algo, metafóricamente.

-Chicos, me siento mal por Ashton, él no merece seguir así- Dijo el rubio pasándose las manos por el cabello, claramente frustrado.

-Luke, sabes que Calum y Yo pensamos lo mismo, él necesita ayuda, y los tres sabemos que no la va a aceptar viniendo de nosotros- Dijo el de pelo rosa.

-¿Quien eres y qué le hiciste a Michael?- Dijo el moreno, o Calum.

El rubio, que habia estado en silencio miraba algo en el rincón de la habitación, y él sabia que eso no era algo, que podría ayudarlos de una vez.

Era un anuario, uno de secundaria, y si te parabas a mirarlo, podrías darte cuenta de que todos, absolutamente todos tenían la cara llena de garabatos con plumón permanente rojo, uno muy rojo pero brillante, podría ser escarlata o carmesí, excepto dos rostros.

El de Ashton.

Y el de una chica que no habían visto jamás.

¿Cómo salvar a Ashton Irwin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora