Heavenly Desire (camren)

Capítulo 25

Desde lo que pasó en el restaurante habían pasado un mes y más de un medio, estábamos ya casi en Marzo a tan solo algunos días de mi cumpleaños, la nieve al fin se había ido y el sol se hacía presente como nunca antes. Lo que vi ese día había decidido que me lo guardaría, no se lo dije a mi padre porque no quería herirlo. Mi madre no se había enterado de que con mis amigas estábamos ahí ese día, ella no volvió si no cuatro días después y con mi padre se encontraron en el aeropuerto, ella había fingido que había estado con sus padres o a lo mejor lo estuvo algunos días, pero lo que si era seguro era que había regresado y estaba con aquel hombre que aún seguía sin identificar. Ver eso me había deprimido demasiado, estaba demasiado molesta con ella, sentía que la odiaba pero también sabía que dentro de mi corazón no había espacio para ello y que debía perdonarla, dentro de mi corazón lo debía hacer.

Yo todavía estoy con Shawn y sigo saliendo con Lauren. Sigo negándole que estoy con ella, le digo que es una amiga pero el no es estúpido, yo solo quería seguir extendiendo esto unos meses más y ya luego me iría, sabía que podía dejarlo y fingir simplemente que no tengo a nadie pero el no me dejaba dejarlo pues su padre es un hombre importante y les gustaba verlo conmigo, de cierta manera yo me aprovechaba de ello, porque mientras estuviera con el, me ayudaba a dar esa cara que mis padres tanto me exigen, pero el estaba seguro de que yo no lo amaba, lo que no sabía era que planeaba dejarlo cuando llegara mi graduación.

Los rumores sobre mi y Lauren corrían como la corriente. Cada vez que nos veían juntas hablaban de nosotras y cuando no estabamos juntas también lo hacían. Mis padres estaban enojados, estaban haciendo hasta lo imposible por intentar cambiarme, habían contactado a un amigo de la familia que era psicólogo, pero el me estaba ayudando a mi, era imposible hacerlos entender que no podían cambiarme. Lo peor era que yo ni si quiera les había dicho algo y que ellos a mi no me habían visto con Lauren pero algo dentro de ellos se lo decía a parte de que sabían que yo solía frecuentar con ella. Entre otras noticias Lauren y Michael habían terminado con la cabaña, estaba perfecta y tenía todo, Lauren y yo habíamos pasado muchas noches ahí. A veces hacíamos el amor durante toda la madrugada hasta que saliera el sol y otras, solo dormíamos abrazadas. A este punto ya sentía que no podía vivir sin ella, nada me faltaba y no sentía dolor cuando ella estaba. Me había enamorado perdidamente de Lauren Jauregui y por más que lo intentara no podía darle vuelta atrás. Tenía miedo de decirle lo que le seguía al "te quiero", tenía miedo de decirlo en voz alta así que solo me callaba y la admiraba en silencio mientras mi depresión y mi ansiedad me consumía. El psicólogo me ayudaba pero sabía que nada iba a estar bien por completo hasta que Lauren y yo pudiéramos estar juntas sin condiciones.

En ese momento Laur y yo no estábamos juntas pero la estaba esperando, ambas tuvimos clases ese día y ella quedó en venirme a buscar, yo me encontraba sentada con mi grupo de amigos. Hoy al salir debía de ir al Jardin y ella me acompañaría y pasaríamos algo de tiempo juntas, quería verla pero ella tenía un examen y tardaría un poco. Ya a este punto yo solo quería estar a su lado. A veces me mataba la curiosidad, quería saber si ella también estaba enamorada de mi, si me quería tanto como yo a ella. Lauren me trataba perfectamente bien, como siempre, me trataba con cuidado, cariño, protección y atención, pero seguía reprimiendose de hacer ciertas cosas, por ejemplo, aún no me llamaba por apodos y no me decía lo que sentía, si estaba triste, molesta o etcétera.

—¡Camila! —La voz de Victoria me sacó de mis pensamientos y sacudí la cabeza—¡Wow, chica! ¿En qué rayos estás pensando? —Ella me preguntó, estaba impresionada porque mi grado de distracción era impresionante.

—Es que, Lauren se suponía que vendría por mi pero tiene un examen y supongo que se le está haciendo largo porqu.. —Decía sin darme cuenta a quien se lo decía pero me callé la boca cuando observé a la ojiverde bajándose de su auto y dirigiéndose a mi.