Lo que necesito es ser indispensable para alguien. Necesito a alguien que ocupe todo mi tiempo libre, mi ego y mi atención. Alguien adicto a mí. Una adicción mutua.
Chuck Palahniuk. «Asfixia»
De repente un trueno cayó sobre el lago e hizo vibrar los inmensos ventanales de la casa.
— Alexia busquemos algo para abrigarnos. — Recuerdo haberme estremecido por momentos: la imagen de los sillones cubiertos con sábanas blancas me traía el recuerdo de películas de casas malditas y espíritus errantes.
Al subir las escaleras, no encontramos marcas en el suelo ni fajas policiales en las puertas. Confirmamos nuestra sospecha: todo había acaecido en la planta baja.
Entramos al primer dormitorio, tomamos del placar ropa de abrigo y parados cada uno a un costado de la cama, comenzamos a desvestirnos sin mediar palabra.
Lo espié de reojo, pero casi al instante recobré la compostura.
Cuando al fin logré quitarme el buzo empapado, giré cubriendo con ambas manos mi torso desnudo para tomar la ropa tendida sobre la cama. Con la lluvia castigando sin piedad la ventana de la habitación nuestras miradas se encontraron y sonreímos con pudor. Fantaseé en ese instante con nuestros cuerpos desnudos, entrelazados por la pasión y el deseo.
Los nervios por el realismo de lo imaginado me traicionaron y la prenda cayó al suelo. Me apresuré a recogerla, pero al incorporarme Noah ya estaba parado frente a mí. Sus dedos acariciaron mi frente, deslizando hacia un costado un mechón de mi cabello mojado. La lentitud del camino trazado sobre mi rostro, imprimía un erotismo impensado a la situación.
Recuerdo aquellos segundos como los más gloriosos y a la vez cobardes de mi vida. Sí, cobardes. Bajé la mirada y di un paso hacia atrás. Temía sufrir otra vez por amor.
Terminamos de vestirnos y nos sentamos en un sillón mirando la lluvia por la ventana. Envueltos con una manta Noah me abrazó con suavidad hasta quedar acurrucada sobre su pecho.
—Todo irá bien Alexia, ya verás — me susurró y poco después se quedó dormido.
Permanecí inmóvil por varios minutos en los que fui juntando coraje para encarar la mayor proeza de mi vida. Una oportunidad única que me había sido concedida, no sabía bien porqué ni por quien, y tampoco me importaba en ese momento: lo único que necesitaba era besarlo sin que él lo supiera, aunque más no fuese una vez.
Lentamente fui despegando mi cabeza de su pecho y al incorporarme me detuve por unos segundos a observar cada centímetro de su rostro. Con mi corazón galopando comencé a aproximarme hasta sentir la tibieza de su aliento y finalmente posé mis labios sobre los suyos.
Noah se movió todavía dormido y poco después abrió los ojos, dándome tiempo suficiente para acomodarme como si nada hubiese ocurrido. Debo reconocer que muy a pesar de mis convicciones, sentí que si de verdad existía un cielo, yo me encontraba en ese preciso instante tocándolo con las manos.
La tormenta se había disipado, dando paso a un cielo claro y estrellado. Era hora de volver a la realidad
Abandonamos la casa y comenzamos a surcar el lago horadando el reflejo de una luna generosa, mientras intentaba en vano encontrar entre tanta inmensidad alguna estrella fugaz que cumpliera mis deseos.
De a ratos compartíamos una sonrisa cómplice que le calzaba un par de alas a mis sentimientos. Pero casi al instante descendía de mi efímero vuelo y me autoflagelaba con razonamientos poco gratos que boicoteaban mis propias emociones.
ESTÁS LEYENDO
El Maestro Del Juego(completa)
Misteri / ThrillerEl 23 de Septiembre de 2018, una noticia publicada en la portada del diario "Daily Journal", de la ciudad de Nocksville, por la periodista Sabrina Kurtis, especialista en delitos informáticos y en los llamados "grupos de la muerte", informaba acerca...