Capítulo 3

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Dylan

Al venir de regreso del instituto, vengo por el mismo camino que me fui esta mañana. Llego al frente de la cafetería y, como memoricé el horario de salida de Rizos, tomo asiento en unos bancos que hay fuera del local, aunque inconscientemente no la esté esperando realmente anhelo verla, aunque lo haya hecho esta mañana.

¿Me estaré volviendo adictivo a ella y su mirada?

Tal vez.

Suspiro decidiéndome si entrar o simplemente seguir a mi casa, pero esas decisiones quedan nulas cuando veo una chica salir de allí, mi corazón bombea sangre más rápido de lo normal.

Sus rizos, estando algo descuidados, pero no dejan de parecerme linda. No obstante, mi corazón se rompe cuando oigo un sollozo salir de sus labios, deteniéndose antes de cruzar la calle, con su cabeza gacha y sus cabellos cubriendo su rostro, me preocupa demasiado el estado en el que se encuentra.

Ella, sin mirar a los lados, suelta otro sollozo y pone unos de sus pies cubiertos por unos converse negros sobre el asfalto de la calle, sin percatarse que hay un vehículo que se aproxima tocando la bocina, pero no da señales de retroceder.

El único pensamiento que me llega a la cabeza es que se piensa suicidar.

Sin pensarlo ni una vez, me levanto del banco, tirando mi mochila a un lado y llegando a ella justo a tiempo, jalando hacia atrás mientras la rodeo con mis brazos cayendo sobre la acera.

Cae sobre mí y algunos de sus mechones rizados tocan mis manos y la curiosidad de pasar mis dedos por ellos me embarga. Sin embargo, su cuerpo está temblando y como estaba antes, no es necesario ver su rostro para saber que está llorando. Sin poder evitarlo, mi alma se rompe al saber que esta chica esté tan rota.

El señor del vehículo que casi causa un accidente se detiene y viene a nosotros con el rostro lleno de preocupación, se arrodilla y mientras jadea por el susto que se ha metido.

—¡Dios mío! Dime, por favor que se encuentra bien. No la lastimé, ¿verdad?

Su mirada y el temblor de sus manos demuestran que en verdad está muy preocupado.

—Tranquilo, señor. Usted no le ha ni siquiera rozado —le doy una sonrisa para que se relaje, aunque por dentro también me encuentro alterado por la situación.

—¡Gracias a Dios! Pero de verdad que me ha sacado el alma la pobre muchacha —Él empieza revisarse un bolsillo para luego sacar su cartera y darnos unos billetes—. Dáselo por si tienen que ir al médico, no quiero tener problemas.

—Pero no se tiene que preocupar...

—Pero no quiero tener problemas —me pone el dinero en una de mis manos libres y se devuelve a su auto más tranquilo.

Suspiro y cierro mi puño donde tengo el dinero. Me levanto con cuidado mientras tengo a Rizos en mis brazos y nos sentamos en el banco donde estaba antes.

Sigue callada y su cabello cubre gran parte de su rostro aún. Simplemente me siento a su lado, pensando en todo lo que acababa de pasar. De repente, siento que apoya su cabeza sobre mi hombro derecho y me tenso al instante, aunque puede ser simplemente una muestra de agradecimiento.

Minutos después, sale el dueño de la cafetería desorientado por lo que pudo haber visto desde el interior del local, se arrodilla delante de Rizos y le toma las manos con demasiada confianza para mi gusto.

Óiganme ahora.

—Deyna, pequeña. ¿Estás bien? —le sostiene las manos temblorosas.

Pero... ¿Deyna? Me gusta.

Ella sacude momentáneamente la cabeza, alzándola y cambiando al instante su estado. Sus lindos ojos grises se amplían, aun colorados por las lágrimas que se le escaparon, me pregunto el por qué, pero no digo nada.

—Estoy bien, Borris, solo me descuidé un momento.

Su suave voz se escucha seca, pero eso no le impide brindarle una sonrisa de boca cerrada que hace que me duela el corazón, sé que es falsa, sus ojos, aunque estén bien abiertos, siguen apagados. Sin embargo, el tal Borris no se percata de su falsedad, y si lo hace, simplemente lo ignora.

—¡Dios! Pequeña, me asusté mucho. Pero me alegro de que estés bien —él le devuelve la sonrisa y dándole un beso en la frente antes de levantarse. Notando mi presencia, me da la mano—. Gracias, muchacho.

Me da otra sonrisa llena de completo de agradecimiento y yo solo asiento en su dirección.

Borris se despide de ambos y entra al local, Deyna sigue con la cabeza en alto unos minutos y después la baja otra vez. Debería de estar cansada de tanto fingir, hasta yo lo estaría.

Luego, vuelve a alzar su cabeza a mi dirección. Sus penetrantes ojos grises me están taladrando el interior en este instante y mi pulso se acelera, no sé cómo actuar en esta situación. Ella me está poniendo más atención que nunca y no sé. ¡No sé, mierda!

—¿Quién te crees para querer hacerte cargo de mí? —dice con su profunda voz autoritaria—. En ningún momento he pedido ayuda y mucho menos a ti.

Aunque sus palabras me deberían de doler, en cambio, me relamo los labios reprimiendo una sonrisa por la mirada fulminante que me brinda. Se levanta importándole una mierda su aspecto y lo que sucedió hace unos minutos, esta vez la calle está despejada y ella cruza como toda una diosa.

Cuando ha llegado al otro lado y va cerca de un auto que está estacionado, salgo de mi embobamiento y puedo decir algunas palabras:

—¡Se dice gracias! —le grito.

Ella solo me mira de reojo y sigue su camino. Aunque, a pesar de que solo fueron unos segundos, puedo jurar que sigo sintiendo su cuerpo en mis brazos.

Cojo mi mochila y sigo mi camino. Siento mi celular vibrar, lo reviso y confirmo que son tres mensajes de Alex y una llamada perdida de mi madre, veo de reojo los mensajes.

"Hey, envíame la clase de biología".

"No las anoté por joder a la sexy profesora, pero es para mañana".

"¡No tardes, wey!".

Lo dejo en visto y sigo caminando, sin embargo, pongo su chat en fijados para asegurarme de que no se me olvide con tantas cosas que tengo en mente.

Nota de autora:

Y aquí me encuentro, señoras y señores!! -suenan los grillos.

Bueno, solo para preguntarles cómo están y espero que les haya gustado el capítulo. 

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Qué les parece el nombre de Rizos?

Y... sin más que decir, que tengan feliz resto del día, noche, ¡lo que sea!

:)


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