Capítulo 15

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Dylan.

Ha pasado casi un mes desde lo ocurrido con mis padres. Me he comunicado con el mejor amigo de mi madre desde la infancia, quien también es mi padrino, para indagar sobre el tema de mi padre biológico, el querido señor Ben.

En una pequeña reunión que hicimos hace unos días, solo me ha dicho lo mismo que sé, después que mi madre y él terminaron, se fue a New York, desconociendo por completo mi futura existencia. Después de eso, Ben se ha comprometido en comunicarse con él.

Estando en el comedor del instituto, el sentimiento de estar expuesto persiste en mí, ya que Alex y Rebecca no pudieron contenerse a preguntar qué me pasaba por mi repentino cambio de actitud, les termino contando todo y también los chicos lo saben, comenzando a recibir apoyo por parte de cada uno y ahora compartimos en el instituto.

En estos almuerzos, Dania nos ha comentado más cosas sobre el dichoso concurso, que será en un mes y los nervios no solo me afectan a mí. Además, ya sabemos que hay tres fases.

En la primera fase, nos presentaremos como banda, y ahí serán eliminados tres grupos de las doce que participan; en la segunda, nos unificaremos con otra banda, que sería con la banda de su novio, Liam, que estará participando con su equipo. Con quienes nos reuniremos el fin de semana para ensayar algunas cosas a tiempo.

En la tercera y última fase, demostraremos nuestro potencial, coordinación instantáneo y compañerismo junto con el otro grupo, volviéndonos uno hasta el final.

— ... Y si todo sale como planeamos, ganaremos e iremos a festejar en la casa de Dylan —recuerdo las palabras Dania al terminar el almuerzo de hoy para, posteriormente, dirigirnos a la clase que nos tocaba juntos.

Ahora mismo, nos encontramos en el club modificando y ensayando. Alex va a tocar la batería para nosotros, pero se niega absolutamente a buscar los platillos para armarlo.

Mientras tanto, me encuentro bailando con Deyna con una coordinación que no creí posible, pero me encontraba feliz por varias razones, ella había dejado de ser tan grosera conmigo y compartimos más tiempo sin mandarme a la mierda.

Sin embargo, no es hasta que detienen la música, que ambos nos detenemos, con mi mano en su cintura, teniéndola pega a mi pecho y su olor a cítricos inundando mis fosas nasales, aunque la rubia llama mi atención.

—Dylan, ¿puedes ir con Deyna a buscar las piezas que faltan para el instrumento? — miré con desconfianza a Dania, quien sonreía de oreja a oreja junto con Rebecca, Alex y Edirick. Connor se encontraba viendo los videos en YouTube, ignorando todo a su alrededor.

—Está bien.

Ambos vamos a donde nos indicó la rubia. Como es en el segundo piso, dejo que Deyna suba adelante porque conocía mejor el lugar.

Observando el largo y estrecho pasillo en penumbras del segundo piso, con puertas color caoba a sus lados, que le brinda al lugar un aire perfecto para una escena de crimen. Muy diferente al salón del primer piso.

—¿Tienes miedo? —pregunta la linda chica que viene conmigo mostrando una sonrisa coqueta pero tenebrosa a la vez.

—Claro que no. Solo veo que es...

—El lugar ideal para un asesinato —completa la idea por mí, mientras se detiene en la cuarta puerta a la derecha—. Aquí es.

Abre la puerta, dejándome entrar primero. Veo todos los instrumentos polvorientos, poca luz desde una estrecha ventana que hay en una esquina arriba. De repente, escucho la puerta estrellarse con un tremendo ruido, giro sobre mi talón hasta donde Deyna que mira la puerta de reojo.

—Es una puta broma, ¿verdad? —una risa nerviosa sale de mi garganta y recibo una sonrisa por parte de la chica.

—Seguro que sí. Busquemos las piezas de la batería para Alex y salgamos de aquí —dijo mientras sacaba algunos platillos de una caja y me dispuse a ayudarle de inmediato.

—¿Y si la puerta no abre cuando queramos salir?

—Llamamos a los chicos.

—¿Y si los matan y luego viene por nosotros? —dije con un tono burlón.

—Murieron, y cuando el culpable llegué aquí, no habrá dicho Boo cuando ya estaría muerto.

—Vaya, me tienes fe —digo victorioso.

—No lo digo por ti, lo digo porque yo lo mataría primero —suelta esas palabras mientras toma una de las cajas que habíamos preparado.

Solo asiento sin intenciones de contradecirla. Luego de unos minutos en esa habitación oscura, trato de abrir la puerta, pero no puedo y después escuchamos unas macabras risas que hacen eco en el pasillo. Observo a la morena, notando una expresión sombría en su rostro, lo que causa que mi cuerpo sea invadido por escalofríos. Entonces, suelto la caja de mis manos para abrir la puerta sí o sí, pero la maldita estaba condenada.

—Genial —murmura Deyna, quien ha soltado la caja y empieza a darle patatas a la puerta con una fuerza sobrenatural que no había visto antes—. ¡Chicos, abran la maldita puerta! Esta mierda no es graciosa —gruñe con evidente molestia.

Mientras que yo, solo puedo echarme a un lado con mis manos sudadas en lo que veo a Deyna dar patadas mortales contra la puerta.

—¡Tranquila, Deyna! Solo es para que rompan la tensión sexual que hay entre ustedes —no pude distinguir quien hablaba, pero es uno de los chicos.

Bufo sin saber qué hacer, pasando mis manos por la cara hasta mi cabello, observando como Deyna apoyaba su cabeza en la puerta soltando ligeros golpes contra ésta.

—Hey, tranquila. Solo esperemos a que se aburran —paso una mano sobre su hombro con claras intenciones de tranquilizarla, pero solo puede recibir suspiros apagados de su parte. En este momento, temo que ella sea claustrofóbica, no he presenciado cómo reacciona una persona en esta situación, pero tampoco me gustaría.

—¡¿Qué demonios quieren que haga?! —grita con frustración en espera de una respuesta.

—No sé, pero algo así de besitos y que salgan agarrados de manos como recién casados después de la boda —termina con una carcajada de hiena, dándome a entender que es Alex.

—No dijo donde tiene que ser el beso, así que te doy uno en una mejilla y salimos —le susurro, pero ella niega—. Estoy tratando de hacer algo para salir de aquí. ¿Acaso no quieres?

La observo pensar mientras se muerde el labio, como usualmente he notado que hace cuando está nerviosa.

Sus ojos grises caen en mí, pero no sé si es anhelo o lujuria lo que veo en ello. Hasta que pronuncia unas palabras que me hacen sonreír inconscientemente.

—¿Y si continuas lo que habías comenzado? 

Me sostiene mis mejillas, sintiendo su aliento en mi rostro mientras automáticamente cierro los ojos.

Estoy soñando, ¿verdad?

Nota de autora:

¡Buenas! Espero que no me maten, pero tenía que dejar alguito de suspenso. Jajaja.

¿Quieren que se besen o no? Todo depende de ustedes. :)

Voten y comenten que les ha parecido! Eso me motiva más.

Espero que les haya gustado.

Hasta el próximo capítulo.

:)

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