Antes de llegar a casa, decido acercarme a las chicas y recordarles sobre nuestra reunión de mañana.
—No sé si sabes, pero solo faltan dos semanas para el concurso y mañana tenemos práctica con la banda de Liam.
—Eso ya lo sabía, estúpido —contesta con aburrimiento y Rebecca le lanza una mirada discriminatoria—. Pero gracias por recordarlo.
—¿Cómo es que lo sabes sino estudias con nosotros y fue en la salida del instituto que Dania nos dijo?
—No sé si sabes, pero existen los teléfonos celulares, al igual que WhatsApp.
—Deyna... —la chica de pelo morado le reprende, pero ella simplemente se limita a rodar los ojos, desviando la mirada.
—Mejor me adelantaré a casa. Estoy cansada.
—Descansa. Hasta mañana —me despido de ella con una enorme sonrisa que me deja como un estúpido.
—Ajá.
Nos da la espalda para cruzar la calle. Mira de un lado al otro y cuando confirma que está despejado cruza con rapidez.
—Dylan... —canturrea Rebecca con una sonrisa en su rostro—. Estoy emocionada, aunque no tiene sentido el por qué.
—Yo también, aunque también nervioso por el concurso.
—No es por eso, tontito —suelta una leve risita.
—Entonces, ¿me dirás por qué?
—¡Claro! Deyna cumple años el domingo y estoy feliz. Mi niña está creciendo rápido —limpia una lágrima imaginaria—. Sin embargo, no le gusta celebrar su cumpleaños, odia que le canten Feliz Cumpleaños, y tampoco olvidar que no les gusta los pasteles. Así que no tengo ni idea de lo que haré.
Ella termina de enumerar esas cosas que Deyna odia en su cumpleaños, asiento e inmediatamente grabo en mi memoria esos detalles. Como Rebecca no mencionó que no les gustan los regalos, le compraría algo lindo para ella. Algo digno de ella.
Hago un listado mental con los posibles obsequios, pero la chica a mi lado me saca de mis pensamientos cuando pronuncia sus palabras.
—Aunque tengo pensado que podemos hacer un Live anunciando que oficialmente participamos en el concurso de las bandas y luego, la felicitaremos de sorpresa mientras siga reproduciendo, grabando su reacción en el momento —me comentó saltando de inmensa alegría de tan solo pensarlo—. ¿Qué me dices tú?
—Genial. Pero a pesar de que no les gusta celebrarlo, ¿se le puede dar regalos, cierto? —pregunto con la mínima esperanza de una respuesta positiva.
—Supongo que no le molestaría —se encoge de hombros, restándole importancia.
***
Estoy acostado en mi cama escuchando mi playlist a todo volumen, decidiéndome si levantarme para comenzar el día temprano o seguir matando el tiempo haciendo nada.
Mis padres no se encuentran en casa y la ama de llaves solo viene los viernes a hacer una limpieza general. En pocas palabras, estoy solo acompañado de los pensamientos de Rizos en mi mente.
Cualquiera malinterpretaría mis pensamientos.
Mi celular vibra sobre la mesita de noche, alertándome de un nuevo mensaje. Con toda la pereza del mundo, estiro uno de mis brazos hasta alcanzarlo.
"¿Dónde nos juntamos para ir al club? No soy bienvenido en tu casa :/".
El mensaje de Alex me recuerda la reunión con la banda de Liam. Lo dejo en visto para escribirle a Deyna y ver si tengo chance de que vayamos juntos.
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Tus Rizos
Teen FictionEntre miradas y saludos casuales, dos jóvenes se entenderán más allá de lo que se podría explicar, y la música junto con el latir de sus corazones es algo que tampoco necesita explicación. Sin embargo, entre ellos se interpone una gran brecha creada...