Con cada minuto que pasa, se puede notar los nervios en cada miembro que integra The Desired Ones. Tenemos un buen rato esperando que el señor Belova aparezca y nos diga el turno de nuestra presentación, cosa que nos tiene aún más nervioso porque existe la posibilidad de salir al escenario de primero.
Para distraerme un poco, observo a Alex hablar animosamente por teléfono. Presto más atención a sus palabras y logro escuchar una exclamación de su parte, confirmando que su padre está al otro lado de la línea telefónica. A sinceridad, siempre he admirado eso de él, por más molesto que esté con alguien, siempre está cuando lo necesitan. Sin embargo, un miserable infantil como yo, se molesta con sus padres cuando se entera de que el señor de la casa no es mi padre biológico. Normal, nada del otro mundo.
Continúo observando con detenimiento al moreno que se ha vuelto mi mejor amigo de hace aproximadamente un año. Él sonríe abiertamente, incluso más que cuando está cerca de Rebecca, e inmediatamente la nostalgia invade el puesto de los nervios. Me hubiera gustado que mis padres estén aquí conmigo.
Cuando hago el intento de volver a los camerinos a buscar mi móvil y llamar a mamá para por lo menos escuchar su voz, el señor Belova decide hacer acto de presencia, incitándonos a hacer un círculo confidencial con él integrado. Nos explica sobre las fases, cosa que ya lo ha hecho Dania más de cinco veces en el último mes y prosigue a desearnos la mejor suerte del mundo, mencionando también que somos los últimos en presentarnos.
—Por lo menos puedo respirar ahora —murmura Alex a mi lado.
—¿Por qué lo dices? Yo no te estaba asfixiando con mi presencia, ¿o sí?
Me coloco a su lado con mis manos dentro de los bolsillos, mientras esbozo una sonrisa con una pizca de arrogancia en mi rostro, molestando un poco a mi amigo para aligerar el ambiente de nervios que nos ha rodeo.
—Cálmate, Donovan. Esto es serio —me corta de mal humor.
—Estoy calmado. Eres tú quien está tenso. ¿Por qué?
El moreno a mi izquierda se toma unos segundos en contestar, está pensativo y distante, algo muy raro en Alex. Cuando suelta un suspiro y está por contestar, es interrumpido por un comunicador vestido de traje, parado sobre el escenario donde estaremos nosotros en aproximadamente treinta minutos.
Luego de presentarse, comienza a hablar sobre los concursos anteriores, desde los retos que ha tenido cada banda hasta las premiaciones que han ofrecido.
Después de cinco minutos que parecieron horas, anuncia a la primera banda que se presentará y, según los comentarios del señor de traje sobre el escenario, son muy buenos y tienen bastante destreza sobre el escenario.
Estoy sumergido observando al escenario cuando siento que me sacuden con violencia, mareándome por un instante.
—¡Dylan! —las sacudidas continúan con más insistencia—. ¡Los que están en el escenario son la mejor banda durante los últimos tres años! Tengo miedo.
Cuando las sacudidas cesan por completo, tomo varias respiraciones profundas y me fijo en que Dania está frente a mí con su respiración agitada y mejillas coloradas. Sus ojos azules me miran con intensidad.
—Tranquila. ¿Qué pasa?
—Tengo miedo de que nuestro trabajo sea en vano, ellos son los mejores durante los últimos años y pensé que no concursarían. Es extraño que yo lo diga, pero la inseguridad siempre ha sido parte de mí, aunque trato de ocultarlo —musita con la mirada perdida mientras se mantiene lo más cercana a mí, evitando que los demás chicos escuchen lo que dice.
Inconscientemente, sonrío. Dania puede ser la chica más optimista que pude haber conocido, una líder en todo su esplendor. Sin embargo, todos tenemos nuestras inseguridades que tratamos de ocultar, pero que salen a relucir en momentos de vulnerabilidad. Como ahora.
ESTÁS LEYENDO
Tus Rizos
Teen FictionEntre miradas y saludos casuales, dos jóvenes se entenderán más allá de lo que se podría explicar, y la música junto con el latir de sus corazones es algo que tampoco necesita explicación. Sin embargo, entre ellos se interpone una gran brecha creada...