No, no te quiero para mí, te quiero conmigo. ¿Sabes por qué? Porque el amor no es posesión, el amor es la unión de dos personas completamente distintas, o con alguna que otra cosa en común, pero que se aceptan tal y como son. El amor realmente es dos almas que se encuentran en el camino y se entrelazan compartiendo un mismo destino.
Por eso te quiero conmigo, pero no para mí. Quiero que vivas tu vida y compartas esa vida conmigo, porque en esa vida no solo estaré yo. Seguirás tu camino y tendrás tu mundo, pero si tu destino realmente está unido al mío, nos volveremos a encontrar compartiendo ese camino.
Construyamos nuestro propio universo, donde haya suficiente espacio para nuestros planetas, nuestros sueños y sobre todo nuestras metas. Donde contar como hemos vivido nuestro día, ese que hemos compartido con otras personas, con otras cosas, con lo que fuese, pero crear otros mundos que nos alegre el día.
Un universo que nos permitan ver diferentes puntos de vista y que hagan de estas diferencias la virtud de poder seguir creciendo. Pprque no somos uno, somos distintos, pero aprendemos de lo que cada uno de nosotros vemos. Compartimos nuestros problemas, nuestros dramas, absolutamente todo porque nos conocemos de una manera tan íntima y verdadera, que somos libres de decir lo que sea con la seguridad de que el otro no lo va a malinterpretar y se va a enfadar.
A veces, solo con un podemos hablar, sabemos que algo ha pasado. Otras tenemos que explicarnos y otras directamente no llegamos a comprender lo que el uno está diciendo. Pero todas ellas, sin excepción, son maneras de entendernos y querernos porque somos libres y aún así preferimos mantenernos juntos a pesar de la distancia y las complicaciones que hemos tenido y seguir juntos en el universo que creamos.
Te quiero conmigo para hacerte reírte de mis tonterías, de lo torpe que soy o de los despistes que tengo. Te quiero conmigo cuando sonríes, pero también quiero compartir esa sonrisa tan bonita con el mundo.
Te quiero feliz e independiente. También loco y sonriente. Te quiero por como eres, porque por tu forma de ser conmigo te ganaste mi corazón. No pretendo que seas perfecto porque yo tampoco lo soy. Te quiero ver feliz que cada instante.