A veces discutíamos y nos poníamos serios.
A veces las cosas iban mal y no podíamos ni vernos.
A veces nos queríamos locamente, a veces la pasión se apoderaba de nosotros.
A veces la locura nos unía, a veces nos separaba.
A veces nos devorábamos a besos, a veces solo hablábamos.
A veces nos comportábamos como críos y había veces que nos convertíamos en adultos de nuevo.
A veces nos odiábamos hasta tal punto de no querer vernos más, pero solo era a veces porque no podíamos pasar más de un mes separados.
A veces intentábamos tomar caminos diferentes, pero nunca lo conseguíamos.
A veces te odiaba, otras te quería, a veces quería que te fueras y no volvieras más a marearme, pero muchas otras te necesitaba más que a nadie.
A veces no quería saber más nada de ti, pero muchas otras quería saber de ti en todo momento.
A veces no quería necesitarte, pero siempre te necesitaba.
A veces quería escribirte, pero no quería agobiarte.
A veces nos enfadábamos mucho, pero lo bueno que siempre, siempre nos decíamos la verdad.
A veces no nos necesitábamos realmente, pero luego sabíamos seguro que no podíamos estar el uno sin el otro.
Había tantos a veces que gracias a eso me dí cuenta que tú eras mi media naranja y yo tu medio limón, tú siempre tan dulce, yo siempre tan amarga.
Pero juntos siempre a veces sabíamos complementarnos y eso era lo que nos hacía tal para cuál.
