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—Lo siento, no puedo dejarlo pasar— dijo por enésima vez el guardia en la entrada del gueto.

—¡Pero vine hace unos días! Mi visita está registrada y firmé la carta responsiva— reclamó Taehyung, comenzando a molestarse por la burocracia necesaria para entrar al gueto, no era el mismo el guardia de aquella ocasión y el otro no había hecho tanto alboroto.

Cuando fue a ayudar con la mudanza de Jihyun le habían hecho firmar en la entrada una carta responsiva donde presentaban los procedimientos y responsabilidades a las que Taehyung tenía que atenerse si es que, como beta, le pasaba algo dentro del gueto.

<<Malditas leyes anti-alfa>> pensó, bastante fastidiado con la situación. Sacó su celular y le mandó un mensaje explicándole el motivo de su retraso a su donsaeng mientras el guardia revisaba el montón de archivos guardados en la computadora.

Después de quince minutos que pasaron hasta que el guardia encontró el registro y la carta, y otros cinco para declarar todo lo que traía en su mochila, Taehyung finalmente pudo entrar. Jihyun lo estaba esperando a solo un par de calles.

—Hola hyung, perdón por los problemas que te hizo pasar ese guardia, es un amargado.

—No te preocupes por eso— dijo y de su mochila sacó su siempre confiable cámara fotográfica— ¿empezamos?

—Claro, aunque la verdad no hay mucho que ver por aquí— dijo el joven alfa, aún sin entender del todo las intenciones de Taehyung.

Cuando hablaron por teléfono, el delta le dijo a Jihyun que quería que le diera un recorrido por su vecindario y, de ser posible, por todo el gueto, diciéndole que era para un nuevo proyecto personal.

Ambos comenzaron a caminar por las calles grises y agrietadas, Taehyung de nuevo sintió aquellas miradas acusadoras sobre él por parte de los habitantes del gueto, directas y cargadas de odio; pero aún así sintió como su alfa le pedía salir, le rogaba por la oportunidad de convivir con otros alfas sin su beta de por medio. El delta solo reprimió aquellas ganas al ponerle más atención a las posibles cosas que podría fotografiar.

—¿Puedo tomarte una foto, Jihyun?— preguntó, a lo que el menor se sorprendió pero después asintió.

Taehyung le pidió que se acercaran al muro de concreto, ya que una imagen había surgido en su cabeza y quería retratarla, le indicó a Jihyun cómo posar y el alfa lo hizo sin ningún problema. Tomó un par de fotos pero no le convencían, así que se le ocurrió algo.

—Está pregunta no viene mucho al caso con lo que estamos haciendo, ¿pero hace cuanto que no ves a Jimin?— le preguntó y enseguida el rostro de Jihyun mostró tristeza.

—Desde un mes antes de mudarme, de por sí es difícil vernos porque él ya vive en otro barrio, pero cuando empezó todo esto de mi mudanza las autoridades me prohibieron verlo por completo, dijeron que era un peligro potencial para Jimin— el joven alfa terminó de hablar sin darse cuenta que Taehyung había capturado varías fotos con la emoción que quería plasmar: tristeza.

—¿Y cuando podrás verlo otra vez?

—Mis padres vendrán por mí el fin de semana para que autoricen una reunión, ¿puedes creerlo? Mis padres teniendo que pedir permiso para ver a sus propios hijos.

—Al principio es difícil, pero verás que después podrás ver a Jimin y a tus padres las veces que quieras una vez que tengas la autorización. Y sabes que yo puedo venir a visitarte cuando gustes— dijo el delta, intentando animar a Jihyun, se sintió culpable por haberlo hecho entristecer.

—Gracias hyung, vayamos a ver el resto del vecindario— le respondió el menor con una sonrisa sincera.

Ambos estuvieron caminando por el gueto durante dos horas, estaba a punto de anochecer. Taehyung no había tomado tantas fotos como había pensado pero las que capturó realmente le gustaban, definitivamente volvería para tomar más.

I AM DELTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora