CAPÍTULO 26

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SEPTIEMBRE 2019

Hoy, tres de septiembre, ha sido el día tan esperado por mi mejor amigo. Hemos pasado veinticuatro horas en el Centro Comercial La Zenia. Porque está al aire libre, es grande y no hay tantos guardias como en otros. A las nueve de la mañana ya estábamos allí, desayunamos en la cafetería de la esquina de la plaza principal.

Nos dimos una gran vuelta por el pasillo de ropa, Stradivarius, Bershka, H&M, Zara, Primark, Oysho, Pull and Bear... Le di la putadilla de hacerle entrar a Woman Secret, lo más gracioso fue cuando la chica juraba que éramos pareja, ella seguía erre que erre. Si que es verdad que teníamos que pararnos de vez en cuando por mi compañero de locuras, pero también había gente que respetaba su privacidad y tiempo libre.

Ya teniendo a Valentín desesperado fuimos a un puesto de comida rápida casera donde trabajaba mi prima. A él le gustó bastante la comida, ya le pedí yo a mi prima que no le pusiera hamburguesa de pollo. Al finalizar de comer, andamos tranquilamente sin destino. Primero entramos al Game, compré el nuevo Mario Odyssey para la Switch con un mando inalámbrico parecido al de la Play, y él compró unos cascos originales para dicha consola. Además le llevé a una de mis papelerías favoritas de todo el mundo, la mayoría de mis libros de mis colecciones eran de allá.

Esperamos para ver el show del Kebanna donde actuaba una amiga, tuve que explicarle a Valen que yo de pequeña iba a esa academia para que entendiera el que me dejaran pasar a camerinos y todos me saludaban. Ya acabado el espectáculo fuimos a cenar con mi amiga al 100 Montaditos y nos escondimos en los baños para pasar allí la noche.

Lisell - ¿Hola? Son las tres de la mañana, ¿quién carajo llama?

Isabella - Liss, necesito hablar con alguien.

Lisell - Ay Isa, cuéntame. Perdona, se me pasó el cambio horario.

Isabella - ¿Te cuento con detalles o sin ellos?

Lisell - A ver, con detalles pero las medidas para Wattpad.

Isabella - ¿Por dónde me quedé?

Lisell - Por dónde te pidió ir al parque.

Isabella - Pues decidí vestirme casual pero elegante. Por si acaso mi ropa interior no era una cualquiera, y la combiné con una camiseta transparente con flores bordadas de color negro encima de mi sujetador amarillo neón. Unos pantalones del mismo color que el brassier, con flores estampadas por mí con spray especial para telas; unas Vans negras y mi pelo aún con restos de tinte en una coleta con pendientes del tono de los pantalones con una flor negra encima.

Lisell - Siempre fashion y combinada nunca al revés.

Isabella - Nunca mejor dicho, además imagino que le gustó, porque se quedó en blanco nada más verme. Parecía el sticker de Valentín que siempre usabas en nuestro chat.

Lisell - Normal, como para no quedarse así contigo. Sigue.

Isabella - Nos subimos a mi carro y lo llevé al parque, antes de bajar me tapó los ojos con una venda y cerró el coche, después de unos cinco minutos ya me sacó de allí para quitarme la venda. Te juro que lo que mis ojos captaron era una escena tan hermosa... Un picnic sobre el césped con una cesta clásica, parecía la típica escena romántica de una película.

Lisell - Pero por favor, que mono.

Isabella - Lisell, es que nada más ver el contenido de la cesta mis papilas gustativas empezaron a deshacerse, había toda clase de chocolates y un huevo Kinder con sorpresa.

Lisell - ¿Un huevo kinder? Tía, te has ganao' la lotería.

Isabella - Yo quería echarle chocolate en la nariz pero me pidió comerme una tableta y le hice caso. Ahora, no esperaba que el cacao fuera el de mis labios. Los suyos eran cálidos y sabrosos, ahora con sabor a chocolate. Seguimos besándonos hasta que nos faltaba el aire, y una señor nos pidió irnos a algún otro lado [risas].

Lisell - Menos mal que dije que detalles los justos [risas].

Isabella - ¿Pero sigo o no?

Lisell - Si, si, si, continúa, voy a darle un trago al café y a comer.

Isabella - Pues la tarde siguió pero mi conciencia me mataba de curiosidad por saber que llevaba ese huevo Kinder mucho más grande de lo normal envuelto en un lazo. Y serían pasadas las siete cuando Manuel no paraba de mirar al celular. Hasta que comenzó a sonar Mi Suerte, se levantó para taparme los ojos y pedirme abrir el huevo, que ya te digo, ya era hora.

Lisell - Lo bueno siempre se hace de rogar, ya nos lo decían.

Isabella - Me costó la vida abrirlo porque me temblaba la mano de los nervios.

Lisell - Normal, y con los ojos cerrados, es que está loco [risas].

Isabella - De amor [risas].

Lisell - Ay que ñoños, sigue que me dejas con la curiosidad.

Isabella - Pues una vez conseguí abrirlo, despejó mi punto de vista consiguiendo ver una cajita. Es que yo solo pensaba: "No, no, no, ni somos novios y quiere casarse conmigo, ¡está loco!"

Lisell - No me jodas tía [risas]. ¿Despierto a Valen?

Isabella - No hace falta, ósea, se arrodilló delante mía, agarró la caja y separó la tapa. Que correctamente era una joya, pero una pulsera con la palabra #Isanuel escrita en una tipografía hermosa.

Lisell - Ay no, me muero, pero por favor este niño...

Isabella - Pues prepárate, que antes de entregarme el regalo del huevo Kinder pronunció la promesa más bonita que me han hecho nunca: "Prometo sustituir esa pulsera que significa nuestro amor en un anillo de confirmación sobre lo nuestro, pero por ahora no." Si no me desmayé fue porque Dios así lo quiso, ¿quién no se habría derretido con tal hermosura? Me colocó la pulsera robándome un beso, puse mi mano en sus mejillas para profundizar el beso. Perdón, detalles los justos.

Lisell - No, no, no, si eso está bien, es nivel medio. Sigue.

Isabella - Pues seguidamente de dejarnos sin aire, nos subimos al carro recogiendo todas las cosas. Él iba al volante, no conocía la ciudad tanto como yo, pero para ir a su Hotel o a mi apartamento si sabía. Aparcó en el portal de donde se estaba quedando, aunque había dormido conmigo la noche anterior ya tenía la habitación pagada. Subimos a su dormitorio, nada más pasar la puerta y asegurarnos de cerrar empezamos a besarnos fugazmente. Los besos subían nuestra temperatura y ahora es cuando doy gracias a mi pronóstico por vestirme correctamente esta mañana. Mi blusa transparente ya no la poseía y la camisa de Manuel se encontraba en el sofá.

Lisell - Espera, espera, ¿vas a dar muchos detalles?

Isabella - Bueno, no sé, yo sigo y tú me cortas.

Lisell - Vale.

Isabella - Pues nos acostamos en la cama, empezó a darme besos por el cuello, y algún gemido se me escapaba, no te voy a mentir. Del cuello al pecho, del pecho a los labios y mi brassier amarillo neón se fue al carajo. Volvió al pecho y...

Lisell - Isabella, de verdad, esto por teléfono no [risas].

Isabella - Ay la chica que está como una estufa.

Lisell - ¡No! Simplemente como amiga me da un poco de pudor.

Isabella - Vale, solo diré que el minion sabe como hacer que me excite.

Lisell - Si lo disfrutaste, eso es lo importante, y que no te dejara a medias.

Isabella - A medias no me dejó, diez de diez excepto un pequeño detalle.

Lisell - No me digas Isabella, ¿qué pequeño detalle?

Isabella - Puede que se nos olvidara algo...

Lisell - ¡Isabella! ¡No me jodas, por favor!

Valentín - ¿Liss? ¿Y esos gritos? Nos van a echar.

Isabella - ¿Echar? ¿Estáis en un hotel?

Lisell - ¡No! Ya te contaré, pero no, por favor.

Valentín - ¿Pero qué pasa?

Lisell - Valen, ¿te gustaría ser tío?

BALAS PERDIDAS #BBPP1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora