Capitulo 17

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Nota: Está es una continuación del capítulo 5, si es necesario es recomendable que leas ese capítulo y regreses a leer este capítulo.

— Allen Churchill —

Esto es una mierda...

Ese largo callejón, ese olor rancio e insoportable, las latas abundaban en cualquier rincón, a lo lejos se observaban un grupo de personas, el viento silbaba muy fuerte, había poca luz, las ventanas estaban rotas de las casas cercanas al callejón, el suelo estaba desgastado y por si fuera poco era una noche dónde la luna era muy brillante.

No puedo frenarme, mis piernas corren por si solas, es extraño lo que estoy sintiendo, ¿acaso siento adrenalina o es el miedo lo que corre por cada parte de mi cuerpo?.

Será una señal para mí insignificante vida o simplemente quiere decir que pronto moriré sin saber que pasará en esta historia que no parece acabar con un desenlace como los cuentos de hadas...

Ese hombre necesita ayuda, soy el único aquí que puede ayudarlo, es tan frustrante pensar que ni se puede confiar en las autoridades que son igual de corruptas que sus superiores, quizás ellos son lo peor.

Ese hombre está sólo con 4 saqueadores, estos no lucen como cualquier vago con cuchillo, parecen tener experiencia en hacer sufrir a las personas.

— Déjame en paz, te lo ruego — Sus palabras se clavaban tal daga en el pecho, aquel hombre imploraba misericordia acompañada de unas cuantas lágrimas.

— Estás muy jodido, no seas una niñita, nadie te auxiliara aquí — Comenzó a reírse como si la desgracia ajena fuera divertida.

— Shhhh, no digas nada, solamente mi cuchillo pasará lentamente sobre tu cuello — Otro saqueador continúa con una mirada tan penetrante, la locura posteaba ante sus ojos.

— Jefe, es una pérdida de tiempo escucharlo, no me haga que le disparé ahora mismo — Dijo un tercer saqueador y este muestra un revólver de gran calibre.

— Cierra la boca, preferiría que este hombre tuviera una muerte lenta y dolorosa, nos servirá para alimentar a nuestros perros — Muestra un afilado y alargado cuchillo, para después acercarlo a su boca, empezandolo a saborear y después lamer sus propios labios.

— ¡Dios me ayude!, tenga piedad sobre mí, se lo ruego, haré cualquier cosa que me digan, ¡Cualquiera! — Se arrodilla y implora piedad sobre sí mismo — Yo no soy comestible y mucho menos seré alimento para caninos — Llora.

— Tienes razón pero tus huesos serán diversión total para ellos, además no tienes idea de cuánto me gustaría gozar triturar y romper
cada uno de tus articulaciones lentamente — Junta sus manos, truena cada uno de sus nudillos y seguidamente su cuello.

— Entonces... Recita tus últimas palabras y dime ¿Cuál es tu nombre? — Acerca su cuchillo al cuello de aquel hombre.

— Supongo que todo acaba aquí para mí.... — Una lágrima cae lentamente de su ojo, dándose por vencido cerrando sus ojos dando a entender que ya esta listo para morir.

— ¡Si tanto quieren saberlo, les diré quién los asesinara! —  Sus miradas cambian de lugar para poder verme.

Tomo inmediatamente una piedra para arrojarla contra el sujeto del cuchillo.

— Tira eso — Arrojó la piedra.

La piedra golpea la mano del saqueador — ¡Ahhh mi mano! — Grita de dolor.

— Jefe, ¿esta bien, quiere que nos ocupemos de él?.

— Largo de mi camino, me ocuparé de él yo mismo.

The Last Sun In The World (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora