Capítulo veintiocho

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–Me voy a mí habitación –le dije a los chicos, estaba muy cansada ya y casi que no podía estar de pie.

–Espera que te acompañe Joel, _____ –dijo Erick y se veía que Joel estaba peor que yo.

–Vamos.

Se puso de pie y fuimos a mí habitación.

Antes de dormir me iba a dar una ducha obviamente, Joel se tiró a mí cama.

–Eh, a tu habitación, Joel –le dije– Cuando salga del baño no te quiero ver aquí.

Tomé ropa mía, entré, me bañé y cuando salí Joel estaba dormido.

–Joeeel –apagué las luces y me acosté.

Él no respondió, lo moví un poco y me quedé con mo vista al techo hasta que me dormí.

Desperté y estaba durmiendo casi encima de Joel. Él estaba con su celular, parecía incómodo.

Me moví a su lado, quedaba mucho espacio en la cama.

–¿Qué hicimos anoche? –me preguntó con su voz muy ronca.

–Tomamos –respondí y me acosté boca abajo.

–¿Yo te dije algo?

–Creo que no, apenas me acuerdo de como llegamos a acá –dije, abrí los ojos y miré si Joel tenía ropa, él estaba en boxers.

–¿Qué?

–¿Tuvimos sexo? –me miré y sólo tenía mí ropa interior y un short.

–No que yo sepa –dijo él.

–¿Y qué carajos haces casi en bolas en mi cama?

–Ni idea, boo –se acomodó y se tapó– Ven –me acercó a él y me abrazó, quería separarme– Sólo quédate, hace muchísimo no estamos así.

–Ya Joeeel.

–¿Pensaste?

–¿En...?

–Lo que te dije, tonta.

–Sí y no sé, Jo.

–Mmm, ¿vamos a cenar en la noche?

–Pero tienes el show.

–Termina a las... diez el show.

–Bueno, dale –él besó mí mejilla.

–¿Me das un besito? –lo miré, le sonreí y le dí un piquito.

Los chicos llamaron a Joel y ellos se fueron a ensayar.

Yo me quedé en el hotel para hacer unas cosas.

[…]

Me preparaba para la cena, no sabía que ponerme.

Al final le hice videollamada a las chicas y me ayudaron. Me puse un vestido que yo sabía que le gustaba mucho a Joel, era color blanco con algunas rayas negras y un poco elegante.

Acomodé mí cabello, me lo dejé suelto y por último me hice un maquillaje natural, sé que a Joel le gustaba mucho verme así.

Tocaron la puerta y abrí.

–Wow, que hermosa estás –dijo Joel con una sonrisa, él también estaba muy guapo.

–Gracias –le dije– También estás hermoso, ¿vamos?

–Vamos –dijo él.

Nos dirigimos a un restaurante que al parecer ya conocía Joel, ¿a quién habrá traido a cenar también?

•𝓜𝔂 𝓫𝓸𝓸 //𝓙𝓸𝓮𝓵 𝓹𝓲𝓶𝓮𝓷𝓽𝓮𝓵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora