Capítulo cuarenta y dos

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Pasaron varías semanas, ya estaba harta de todo.

Mamá empeoró su estado de salud, Shawn me trataba súper mal, ha llegado a golpearme y mis amigos pues tienen sus problemas. Me siento muy sóla.

Llegué a casa después de un día largo de estar con mamá en el hospital, estaba viendo que puedo estudiar también, no siempre voy a dedicarme a la música supongo.

–¿Dónde estabas, ______? –preguntó Shawn– Y además vestida con ése pantalón que te marca todo.

–Al hospital –me dirigí a la habitación y me quité la ropa– Es sólo un pantalón, amor, ¿te quedas conmigo? –le pregunté, traté de cambiar de tema así no empezábamos a pelear.

Él se acercó a mí, me agarró y comenzó a besarme.

–Obvio que me quedo, bebé. Quiero que me atiendas hoy... hace mucho no lo haces...

Mí corazón comenzó a latir un poco rápido, la última vez me tocó sin mí permiso, me violó, él me dice que me va a matar, no quiero faltarle a mis amigos, dice que va a lastimar a mí familia, tengo miedo.

–Estoy cansada, mí amor, porfavor...

Él no me hizo caso y me tiró a la cama un poco bestia. Se puso encima mío y ahí fue cuando tomé coraje.
Tal vez si le digo que se detenga lo hará.

–Shawn, no quiero hoy, mañana tal vez sí quiera –le dije– Detente.

–¿Qué quieres que haga? –comenzó a besar mí cuello, tomó mis muñecas y las apretaba.

[…]

Desperté por el celular, miré y era Rachel.

Tenía mucho dolor en mí entrepierna y todo el cuerpo.
Le pedí un millón de veces que se detenga, hasta llegué a llorar pero al parecer a él le excitaba que yo se lo pidiese.

Me levanté y fui al baño. Comencé a llorar de la impotencia, Shawn se había ido.

Tomé un baño y al salir me miré al espejo. Tenía marcas por mí cuerpo, me senté en la cama y lloré con mí cara entre mis manos.
El celular siguió sonando hasta que se detuvo.

Al rato comenzó a sonar otra vez, era Chris.

Me arreglé, tomé el celular y miré algunos mensajes. Me estaban invitando a almorzar en casa de Joel, era el cumple de la mamá y estaba invitada.

Les dije que no podía, que tenía mucho trabajo.

Tomé mis cosas y me fui al hospital. Allí me hice un chequeo, la ginecóloga me puso el DIU, así evitaría quedar embarazada.
Fui a ver a mí mamá y al parecer estaba mejor, la dejé descansar y me fui a comprarle algo a la señora Patricia.

Le compré ropa, sé que le gustaría lo que compré, así que de una fui a casa de ellos y bueno. Al llegar saludé le entregué el regalo.

–Hey, estás un poco desaparecida –dijo Chris.

–Tal vez, tengo mucho trabajo.

–¿Trabajo? –se preguntó Joel.

–Sí.

Él me tomó del brazo y subimos por las escaleras. Me metió a una habitación y se quedó mirándome.

–Tú a mí no me mientes, hablé con tu mánager y me ha dicho que no están con mucho trabajo –me dijo– Así que ya mismo me dices que está pasando contigo, ______, si es porque ya no quieres estar en el grupo de amigos nos dices y ya.

–No, no, no, Joel, no, no inventes cosas –le dije– Ustedes lo son todo para mí, no me he sentido bien éstos días y listo, no tengo que dar muchas explicaciones, ¿o sí debo darlas?

–Pues sí, eres nuestra amiga, _____.

–Internaron a mí mamá hace varios días y está mal, sé que no saldrá viva de ahí –le dije– Y me siento mal por eso, no quiero estar molestándolos a ustedes, tienen sus problemas y eso.

Bajé la mirada al suelo y él me abrazó.

–Tienes que contarnos todo, _____, eres nuestra amiga –dijo él– A mí puedes contarme, siempre estaré para ti.

Tragué el nudo en mí garganta y guardé mí compostura. No iba a llorar, aunque tenía muchas ganas, también tenía muchas ganas de contarle todo a Joel pero me sentía muy culpable.

–Además desde que estás con Shawn eres otra persona, ¿porqué no terminas con él? –dijo, hizo que lo mire y justo entró Patricia a la habitación.

–Hey, vamos, a almorzar –dijo ella, me separé y bajé.

Me quedé a almorzar y luego volví a casa.
Al llegar estaba Shawn, tenía un ramo de rosas.

–¿Dónde estabas? ¿Siempre debo preguntarte las cosas? –preguntó él– Te traje ésto pero no lo mereces, te he dicho que me avises donde te vas.

–Me fui al hospital, Shawn, me fui a poner algo para no quedar embarazada, si ni te has puesto condón anoche –le dije– No tengo porque decirte donde estoy, no sos mí papá.

Y una vez más por hablar de más, terminé golpeada y llorando.

Shawn cada vez abusaba más de mí, yo cada vez me apagaba más.

Me quité el maquillaje y me miré en el espejo. No era yo.
Tomé unas tijeras de mí cajón y comencé a cortar mí cabello.
Me lo corte por abajo de los hombros, me limpié algunas heridas, me maquillé un poco y recibí una llamada del hospital. Mí mamá murió.

Me sentí muy mal pero no lloré, ya no tenía fuerzas ni para llorar. Mamá se fue y ésta vez para siempre, me quedé en la sala sentada mirando a la nada y pensando en todos los momentos hermosos que tuve  con ella.
Recibí la llamada de papá, se lo contó mí hermano mayor.

Todo va a estar bien, hija, ya estoy yendo para tu departamento. – Dijo papá detrás del celular, sólo dije "okey" y colgué.

En menos de diez minutos él ya estaba ahí en casa, lo recibí y me abrazó contra su pecho.
Se veía triste... muy triste, él la quizo mucho.

–Yo me voy a encargar del velorio, ¿sí, hija?

–Bueno, gracias.

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Días malos para la rayis:(

•𝓜𝔂 𝓫𝓸𝓸 //𝓙𝓸𝓮𝓵 𝓹𝓲𝓶𝓮𝓷𝓽𝓮𝓵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora