17. El Maestro del Viento y Su Alteza en la cocina

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Era por la mañana. Normalmente, era Xie Lian el que primero se levantaba y tenía que sacar casi a patadas a Shi Qing Xuan de la cama. Sin embargo, hoy, este joven que siempre vestía en verde, empezó su rutina extremadamente temprano. Y todo ello con un único fin: cumplir con ese reto de preparar el almuerzo de He Xuan.

En un principio, quería ser lo más silencioso posible. Era muy pronto y no quería despertar a Xie Lian. No obstante, parecía que los términos calma y él mismo eran incompatibles. En cuanto llegó a la cocina y abrió uno de los armarios, solo pudo oírse un "¡Clang!" junto con un gran estruendo. Varias cacerolas mal apiladas cedieron cuando esas puertas se abrieron.

A decir verdad, esto había sido su culpa. La noche anterior, fue el encargado de recoger todos estos bártulos una vez fregados y, ya fuera por pereza o cansancio, en lugar de guardarlos adecuadamente, se dedicó a amontonarlos como pudo, intentado que al menos no volcaran al cerrar las puertas del armario.

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Cuando aquel gran golpe se oyó, Xie Lian gritó casi de inmediato desde su habitación, — ¡Maestro del Viento! ¿Qué ha pasado?

Shi Qing Xuan rió nerviosamente, — Ah... ha, ha, ha... Su Alteza... no es nada... Un simple... accidente.

Eso no tranquilizó el corazón de Xie Lian. Calzándose de cualquier manera, se apresuró a la cocina todavía en pijama. Al ver que no se había roto nada y fue más susto que desastre, suspiró con alivio.

Ahora mismo, Shi Qing Xuan esperaba una buena regañina por no haber sido ordenado en un principio, tal y como su hermano solía echarle en cara. No obstante, muy diferente a lo que preveía, encontró un par de suaves palmaditas en su cabeza al tiempo en que una voz amable sonó , — Menos mal que no ha sucedido algo grave. Podría haberte pasado algo.

Estas palabras alegraron en demasía al de verde. Era torpe por naturaleza, por lo que su vida estaba llena de percances como este. Sin embargo, oír a el afable habla de su amigo en lugar de la molesta voz de Shi Wu Du en estos momentos era reconfortante. No dudaba que su hermano mayor no lo quisiera o no se preocupase por él, pero este podía llegar a ser demasiado... duro, e incluso hiriente. Por consiguiente, el trato de Xie Lian era como un soplo de aire fresco.

El de verde asintió y, con una pequeña sonrisa en su rostro dijo, — Prometo que no volveré a dejar que la pereza me consuma. 

Al escuchar eso, Xie Lian no pudo evitar reírse ligeramente. Gesto que fue contagiado al otro. Quizá el ambiente era moderadamente solemne, no obstante, ambos habían sido amigos por demasiado tiempo como para ignorar que esa promesa no era más que algo volátil en el viento. Y no porque Shi Qing Xuan estuviera falto de buenas intenciones, sino porque era alguien bastante ocioso. Era imposible que mantuviera ese juramento más allá de un par de veces. 

Sin darle más importancia al asunto, comenzaron a recoger los cachivaches que habían caído al suelo mientras charlaban amistosamente.

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Xie Lian, — Dime, Maestro del Viento. Nunca tienes la intención de preparar algo de comer hasta que no menciono algo sobre hacerlo yo... ¿Qué te impulsó esta vez?

En realidad, no era como si fuera un completo ignorante al respecto, podía intuir que se debía al reto que sentenció Hua Cheng el día anterior, pero no estaría de más asegurarse.

Shi Qing Xuan bajó ligeramente la cabeza antes de confesar, — Su Alteza ya lo debe saber... aunque Ming-xiong haya terminado dejándome revolotear a su alrededor, no luce feliz cuando estoy con él. Comer es una de las pocas cosas que sé que le gusta, por lo que si de esta manera tengo la más mínima oportunidad de agradarle, no quiero desaprovecharla.

Aquellas palabras dolieron un poco al de blanco, era cierto que parecía como si He Xuan solo lo aguantara por alguna clase de compromiso. No conocía lo suficiente a esta persona como para animar en condiciones a su amigo, pero al menos se haría cargo de transmitir su sincera opinión, — No creo que a Aguas Negras le desagrade tanto tu compañía. Si lo piensas así, además de San Lang, eres el único al que permite tener cerca.

Oír aquello alegró a Shi Qing Xuan, quien solo pudo decir, — ¡Sí, tienes razón! Me has convencido. ¡Pero dejemos de hablar con esta voz tan decaída, no es mi estilo! 

Xie Lian sonrió cálidamente desde su fuero más interno ahora que su amigo volvía a ser el tipo alegre de siempre.

Esta sonrisa contagió al otro, quien sugirió, — Su Alteza también iba a cocinar, ¿verdad? — Xie Lian asintió. En efecto, solía preparar su almuerzo en lugar de ir a la cafetería. Lo de ayer era una rara excepción. — Entonces, propongo que lleves algo a Lluvia Sangrienta. Estoy seguro de que se alegrará.

Extrañado, el de blanco preguntó, — ¿Ah, sí? — Cuando se trataba de él cocinando, Shi QIng Xuan siempre hacía todo lo posible por evitarlo. Por consiguiente, que este fuera el que se lo recomendara fue peculiar. — Solo por asegurar... no me lo dices en broma, ¿cierto?

El de verde negó con la cabeza mientras pronunciaba un "Mn, mn". — Hablo totalmente en serio cuando digo que Lluvia Sangrienta estará encantado de probar algo tuyo.

Xie Lian no necesitaba más para ponerse a ello. La mera posibilidad de que hubiera alguien que disfrutara de la comida de la que todo el mundo no hacía más que quejarse le hacía extremadamente dichoso. Solamente podía desear que esto no fuera una simple corazonada del otro y Hua Cheng verdaderamente fuere feliz si le llevare algo.

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¡Buenas a tod@s!

Como prometí, miércoles de actualización.

Son libres de comentar cómo He Xuan y Hua Cheng acabarán tras probar la comida de sus futuros novios (?)

Hasta la semana que viene~, espero que les haya gustado, o al menos, sacado una sonrisa. Recuerden que si así fue pueden dejar una 🌟 o comentario, que motivan enormemente. Y si les encantó, siempre pueden seguirme <3

— Nos leemos, ¡cuídense mucho, cada vez queda menos!~

· Heaven School Blessing [HuaLian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora