· Heaven School Blessing [HuaLian]

48. Hualian melosamente ajeno y BeefLeaf desconcertado (Parte II)

Aquella pregunta tomó por sorpresa a Xie Lian. A decir verdad, era justo que Hua Cheng se lo preguntara puesto que él ya se había entrometido varias veces en la vida amorosa de su amigo a pesar de no ser de su incumbencia. En su defensa, siempre que lo había hecho era porque el contexto era el adecuado. Aun si al de blanco le encantaría descubrir todos los misterios que este apuesto hombre de rojo escondía en su interior, su personalidad no era del tipo que husmearía por el mero hecho de alcahuetear vidas ajenas como bien podría ser descrito su compañero de piso

La verdad era que Xie Lian no tenía nada claro, pero el azabache lucía tan intrigado en su respuesta que decidió empezar a hablar a pesar de ello. — Es una pregunta bastante difícil, pero supongo que si nos referimos a 'gustar'... —, dudó por unos instantes. — Es un hecho que San Lang me gusta mucho. 

Antes de que se diera cuenta, las firmes manos del azabache agarraban fuertemente sus hombros. Sin embargo, no fue hasta pasados un par de segundos después que su rostro mostró alguna clase de expresión. Era como si algo le hubiera congelado y no fuera capaz de reaccionar hasta que su cerebro hubiese revisado los datos recibidos cuatro o cinco veces extra desde que sus órganos sensoriales los captaron. 

No obstante, tan pronto como Hua Cheng regresó a la realidad, empezó a parpadear frenéticamente, incrédulos ante lo que habían entendido.

Para ser honesto, la desmesurada reacción del de rojo había hecho que el de blanco también se paralizase por unos instantes. Aunque en su caso, tratando de encontrar cuál había sido el problema en sus palabras. 

Tan pronto como Xie Lian cayó en la cuenta, su rostro se calentó en sobremanera y sus manos se agitaron con un frenesí aún mayor que el parpadeo del contrario. — ¡¡¡A-AH, SAN LANG!!! ¡¡N-NO QUERÍA DECIR ESO!! ¡¡NO ME MALENTIENDAS, POR FAVOR!! —, exclamó casi clavando las uñas en la piel del contrario a través de la ropa debido al tremendo nerviosismo. Era bien sabido (especialmente por Lluvia Sangrienta) que cuando el castaño entraba en pánico, perdía el control sobre su fuerza — L-LO QUE QUIERO DECIR ES QUE... A-AH... ESTO...

De por sí, Xie Lian había empezado a hablar sin terminar de aclarar su mente acerca del asunto. Por lo que ahora que calores, sonrojos y fuertes latidos se habían cruzado en su camino, había perdido su capacidad de hablar racionalmente y lo único de lo que se veía capaz era de emitir alguna que otra muletilla hasta que su mente se estabilizara de nuevo. 

Ahora mismo, lo único que tenía claro era que pasar un día con Hua Cheng era una montaña rusa de emociones muchísimo más caótica que vivir su propia y desastrosa vida.

Lo único que le reconfortó medianamente fue saber que el otro estaba igual de nervioso si no peor ante la situación aunque tratara de disimularlo. Sin embargo, parecía ser que su prioridad por el momento era tranquilizar al castaño.

Sería una mentira decir que el brazo de Hua Cheng no temblaba aunque fuera un poco. Por suerte, tan pronto como se apoyó sobre el hombro del contrario pudo relajarse. — A-Alteza, no se preocupe. Re-Respire, por favor —, aconsejó intentando tranquilizarlo.

El cuerpo del de blanco estaba encogido, y su cabeza gacha. Con las palmas de las manos, como de costumbre, intentaba tapar el tomate que tenía por rostro. No obstante, al escuchar la voz del contrario decidió abrir sus dedos índice y corazón para formar un hueco a través del cual poder ver a su amigo. 

Todavía podía ver algo de estupefacción en su mirada, pero la zona de la que sí que no pudo apartar fueron esas níveas mejillas decoradas con un par de líneas de rubor. No era la primera vez que veía la piel de Hua Cheng enrojecerse, pero comparado con Xie Lian, era raro que se sonrojase.

— San Lang, yo... —, el azabache dio un pequeño respingo ante la llamada. — de veras que lo siento. Incluso si somos amigos, debe de ser humillante que seas asociado conmigo de esa manera...