· Heaven School Blessing [HuaLian]

39. ¿Hualian?

"¡¡¿S-Su...

 'SÍ'?!!"

Xie Lian sintió su rostro calentarse. A decir verdad, ni él mismo sabía de dónde salían todos esos nervios. Al fin y al cabo, no era como si fueran una pareja que de verdad estuviera planeando unirse en matrimonio. 

...

Por unos instantes, la mente de Xie Lian se imaginó junto a Hua Cheng frente al altar. "¿A San Lang le gustaría casarse de manera oriental u occidental?", se dijo mentalmente.

.....

En cuanto se dio cuenta de la tontería que se le había cruzado por la cabeza quiso que la tierra lo tragara. ¡¿Es que había perdido la facultad de pensar correctamente?!

En primer lugar, ni eran pareja ni estaban cerca de serlo. Ninguno tenía ese tipo de interés en el otro. En especial... Hua Cheng, cuyo corazón ya pertenecía a alguien.

— Ah... ha, ha, ha... — Rió nervioso, sin sentirlo realmente. — A San Lang le encanta bromear, ¿verdad? Pero este gege no caerá en el mismo truco dos veces. 

Puede que fuera despistado para algunas cosas, pero su memoria no era tan mala. Recordaba perfectamente que Hua Cheng le había dicho que eso de casarse solo era una broma. Así que... 

¿Por qué ahora que habían sacado el tema de nuevo parecía que hubiera confundido algo? 

No era como si estuviera esperando que el azabache se riera, pero al menos... no creía que tendría el efecto contrario.

Xie Lian estaba empezando a preocuparse cuando por fin oyó una sutil carcajada, — Ah... sí, ha, ha. ¿Cómo pude pensar que lo harías?

En realidad, aquello no le estaba transmitiendo buenas vibraciones. Y solo empeoró tan pronto como miró al frente. En algún momento, esa pálida y fuerte mano que sujetaba la suya propia dejó de hacerlo. De hecho, el largo dedo con el que había estado haciendo girar sus cabellos tampoco estaba. Es más... Hua Cheng no le estaba mirando tan siquiera.

— San Lang... —, pronunció sin fuerza mientras una preocupación y sentimiento de culpa invadían su cuerpo.

Inconscientemente, Xie Lian posó con suavidad la palma de su mano contra la mejilla del contrario. Después de un tiempo acariciando aquella zona, su pulgar empezó a retirar las largas y oscuras hebras que cubrían la parte derecha del rostro de Hua Cheng. Una vez que lo hizo, no pudo evitar palpar con delicadeza sobre el parche que ocultaba aquel ojo del que nada sabía.

¿Qué le había sucedido a San Lang? ¿Qué problema tenía su ojo derecho? Cuando se lo preguntó, le dijo que era por cuestión de visión. No era como si Xie Lian desconfiara de él, pero realmente creía que había algo más detrás de ese trozo de tela que avergonzaba a Hua Cheng.

Había tantas cosas que desconocía y le gustaría saber sobre él...

En realidad, era normal que no supiera demasiado; solo habían pasado unos pocos días desde que se conocieron. El problema era que sentía una conexión tan especial con este hombre que su cabeza le hacía pensar que lo sabía todo cuando la realidad era que no tenía idea ni de las cosas más simples.

¿Cuáles serían las aficiones de Hua Cheng? ¿Prefería pasar tiempo solo o acompañado? ¿Qué clase de comida le gustaría más? ¿Si tuviera que elegir entre frío o calor con cuál se quedaría? ¿Tendría un número favorito?  ¿Le gustaban los animales? Y hablando de eso... ¿por qué siempre había mariposas revoloteando alrededor de él?