· Heaven School Blessing [HuaLian]

31. Inesperadas palabras de Su Alteza

Por alguna razón, Xie Lian tuvo un mal presentimiento. Por lo general, él era una persona que confiaba fácilmente en los demás, y con Hua Cheng lo hizo inclusive más rápido de lo normal. Sin embargo, algo en esa sonrisa le decía que no podía ser tan inocente.

El de rojo retiró los brazos de alrededor del cuello del castaño. Lentamente adoptó la posición de caballero arrodillado  de nuevo. Este incluso extendió su mano para tomar la suya y depositar un pequeño beso sobre el dorso de la misma. 

La última vez, Xie Lian había temido que descubriera las vergonzosas marcas que había impresas en sus tobillos; pero ahora, los pensamientos que invadían su mente eran completamente diferentes y siquiera sabía si debía considerarlos como algo mejor o peor que lo anterior. 

De alguna manera, se sentía como si hubiera sido metido dentro de las páginas de un cuento de hadas. Y no cualquier página, no. ¡Precisamente había ido a caer en la del príncipe pidiendo matrimonio a la princesa  de la manera más extravagante posible!

No era como si Xie Lian hubiera leído demasiadas historias románticas, sus intereses recaían en otros géneros; no obstante, cada vez que había ojeado esta clase de escena, la percibió como una preciosa manera de demostrar un amor apasionado. Es más, casi había llegado a estar un poco celoso de la felicidad que los personajes debían de sentir...

¡¡Cuán tonto había sido!! ¡Lo único que podía sentir era un enorme rubor apoderarse de su rostro! ¡Incluso notaba cómo su corazón quería salir de su pecho!

Llevaba un día extremadamente agitado. Mañana, tarde y noche, cada momento de ese día había estado lleno de emociones fuertes. Había salido con la intención de despejar un poco su cabeza después de la charla con Shi QingXuan, ¡pero quién le habría dicho que acabaría viviendo la noche más intensa de su vida!

Honestamente, quería escapar, correr aunque solo fuera hasta su casa y dormir. Dormir y olvidarse de todas las preocupaciones. Y a pesar de ello, ¡ahí seguía! ¡parado como si verdaderamente quisiera ser la dama de un cuento tradicional esperando que su mano fuera pedida!

En cuanto los suaves labios de Hua Cheng se alejaron de su piel, este le dedicó una brillante mirada. — ¿Sabes? Llevo mucho tiempo queriendo pintar un buen cuadro, pero me falta una musa a la que retratar. — Las comisuras de la boca del de rojo se alzaron. — Sin embargo, gege inspira algo en mí desde que le conocí. Si fueras tú, sé que definitivamente podría representar belleza. Así que me preguntaba... ¿estaría gege dispuesto a modelar para San Lang?

Ese rosado que conquistaba el rostro de Xie Lian no bajó ni un ápice. En caso de que hubiera variado un poco, solo pudo ser en crescendo. No obstante, no fue por cosas como la vergüenza o los nervios. Se trataba de otra sensación. Aquello que le inundó fue un sentimiento cálido y reconfortante. No estaba seguro de haberlo sentido antes, ¿tal vez antes de que su vida se torciera?... No, puede que ni en ese entonces. Si bien era cierto que antaño recibía cientos de elogios, ahora que era más maduro podía darse cuenta de que todos ellos no fueron más que palabras vacías impulsadas por el prestigio de su familia. Durante su convivencia con Shi QingXuan también recibió alguno que otro. Sin embargo, las emociones que despertaban en él eran completamente diferentes. Las conversaciones con el de verde solían ser simples y amenas; mientras que una charla con Hua Cheng, si bien no exenta de bromas, contaba con otra clase de sentimientos. Todas las frases y oraciones que le dedicaba eran especiales. 

Ah... Xie Lian realmente se arrepentía de haber pensado que el contrario iba a hacer algo como proponerle matrimonio cuando sus intenciones eran tal bonito detalle. Estaba empezando a sentirse mal. Además... ¿de dónde vino esa idea? ¡Ni que Hua Cheng estuviera enamorado de él! 

Esa voz le llamó de repente. — Ah... ¿Incomodé a gege? No tienes que hacerlo si no quieres. Solo fue... una pequeña petición egoísta que tuve.— Sonaba algo decaído. — Espero que puedas perdonarme.

Hua Cheng comenzó a levantarse con la mirada pesada. No obstante, antes de que pudiera terminar de hacerlo, Xie Lian se abalanzó sobre su pecho. — San Lang, ¿puedes decirme por qué se supone que te estás disculpando?

La manera en la que el de rojo estaba apoyado cuando el de blanco se tiró encima de él era bastante inestable, por lo que cuando un peso inesperado se sumó a él, su cuerpo cesó consecuentemente hacia atrás. Aunque, ya fuera por deducción o instinto, Xie Lian se imaginó que ocurriría, así que colocó ambas manos detrás de su cabeza para evitar que se golpeara contra el suelo en el momento de impacto.

El de cabellos oscuros se quedó sin palabras ante este salto. Y, antes de que pudiera recuperarse de tal inesperado gesto, el castaño declaró, — Sé que te vas a reír, pero creo que si no te lo digo, vas a pensar de más... — Inconscientemente apartó un poco la mirada del precioso ojo de Hua Cheng. — Esto... Yo... Antes...  — Las palabras estaban tan claras en su mente. ¿Por qué le estaba costando tanto decirlo? Sus manos se cerraron en un par de puños y estrujaron la ropa del contrario. — Había pensado que se te ocurriría hacer algo como... como... decir que nos casásemos.

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¡Buenas a todos y todas!

Antes de nada, les lanzo una pregunta: ¿Quisieran la siguiente parte bajo la perspectiva de Xie Lian o de Hua Cheng?

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Bien, como les dije... aquí va la actualización de esta historia por el día del orgullo (#HappyPride). Espero que les haya gustado, o al menos, sacado alguna sonrisa. Recuerden que si así fue pueden dejar una 🌟 o comentario, que motivan enormemente. Y si les encantó, siempre pueden seguirme <3

— Esta vez sí... Nos leemos el próximo miércoles <3

Ya sean parte del colectivo o no, ojalá les vaya muy bien. Estén orgullosos de quiénes son sin importar cómo se identifiquen o a quién amen. Sé que no son palabras muy originales, pero no lo olviden. ¡Que alguien se etiquete de una u otra manera no deja de hacer a ese/a alguien una persona a quien respetar!

Un abrazo, cuídense <3