29. La húmeda caída de Su Alteza

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El hombre vestido de rojo estuvo contemplando al contrario por harto tiempo. Su mirada se clavó en ese par de avellanas a la espera de una respuesta a su pregunta. En aquel momento Xie Lian estaba concentrado en regañar al más alto, por lo que había dicho aquello sin pensar. Sin embargo, era por eso mismo que la contestación despertaba un gran interés en Hua Cheng. 

Las agujas del reloj siguieron su curso. No obstante, para ese par era como si no hubieran pasado más de seis o siete segundos. Se encontraban absortos en ese mundo interior únicamente suyo.

De las hebras castañas resbalaban lentamente gotas de agua. Gotas que precipitaban sobre azabache y viceversa. Durante el tiempo que uno y otro pasaron escudriñando cada detalle del rostro del contrario hubo decenas de intercambios. Sin embargo, hubo uno que resonó más fuerte de lo habitual. Y con este, el de blanco fue traído de nuevo a la realidad. 

Se apartó con nerviosismo de Hua Cheng. Procuró no empujarle demasiado fuerte, aunque la lucha contra sus nervios no ayudaba precisamente. Una mano la llevó a su nuca, mientras que se valió de la otra para levantarse. Una vez estuvo de pie, dio otro vistazo al hombre que le acompañaba en esa velada. 

Después de todo lo que había ocurrido en los últimos días debían de conocer más el aspecto del contrario que el suyo propio. Y aún así, en el instante en el que Xie Lian volvió a hacer contacto con ese ojo obsidiana del más alto, su corazón latió con fuerza. Acto seguido, su cara empezó a calentarse e inconscientemente su boca se abrió, — ¿Q-Qué?... Ah... HA... HAHAHA... — una risa nerviosa e histérica comenzó a invadirle, — AHAHAHAHAHAHAHA... San Lang... Tú... Qué cosas tienes... haha... 

De repente, el de rojo decidió levantarse. En cuanto lo hizo, una de sus manos fue posada sobre el hombro de Xie Lian. Probablemente iba a decirle algo como, "No pasa nada, respira" o "Cálmate". No obstante, antes de que pudiera transmitirle nada, su cuerpo dio un pequeño temblor para, seguida y apresuradamente, echarse a correr

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"¡¿En qué había fallado esta vez?! ¡¿Dónde se había equivocado?! ¡¿Qué clase de acto había cometido para que Xie Lian huyera de él ahora?!"

Antes de que se diera cuenta, el castaño ya se había alejado unos cuantos metros. 

Hua Cheng gritó, — ¡Gege! ¡¡Espere!! ¡¡Hablemos un poco, ¿vale?!!

Sin embargo, lo que obtuvo fue el completo opuesto de su objetivo. Oír su voz fue como un detonante extra para el de blanco. Prácticamente no había empezado ni a hablar cuando este aceleró su paso. 

Al ver que su amado se había adentrado en esas aceras pedregosas llamó de nuevo, en tono de advertencia. — ¡Gege! ¡No corra! ¡Tenga cuidado!

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"¡PAF!"

Las grietas en ese camino eran bastante notables. No sería de extrañar que uno tropezara con esas baldosas resquebrajadas a menos que fuera con cuidado. 

Xie Lian se había marchado con gran apuro. Y, para más inri, sus ropas seguían mojadas a consecuencia de aquel indeliberado baño nocturno en el lago. Si a ello se sumaba su pésima fortuna, solo se podría llegar a la conclusión de que su destino era acabar en el suelo.

· Heaven School Blessing [HuaLian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora