CAPITULO 7

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El lunes por la mañana paso a buscar a Sofía por su departamento para ir a clases juntas, después de lo que paso no quiere viajar con Jayden. Está vestida con un jogging gris y una remera blanca gigante, no está maquillada y tiene hecho un rodete en lo más alto de la cabeza que parece un nido de pájaros. Nunca pensé que iba a verla de esta manera, le ofrezco de no ir a clase, pero dice que quiere despejar la mente y ¿qué mejor forma que cocinando? Totalmente lógico viniendo de ella. En el camino me cuenta que va a evitarlo completamente, lo cual me resulta un poco difícil siendo que viven juntos, quiera o no en algún momento va a tener que enfrentarlo. Mientras tanto haré de chofer para ella.

Al entrar al aula, lo hago sin expectativas de ver a Kaev. Después de que no haya contestado en todo el fin de semana, es como si hubiera desaparecido. Pero me doy cuenta que me equivoqué, está apoyado contra el escritorio del profesor con los brazos cruzados en el pecho, haciendo que se le marquen todos los músculos. Quiero acercarme a hablarle, pero me quedo quieta en la puerta. Paso la mirada por todo su cuerpo y en mi cabeza se recrean las imágenes del beso, haciendo que se me ponga la piel de gallina. Entonces me ve, hace un repaso de mi cuerpo y pasa la lengua por sus labios, un calor atraviesa todo mi cuerpo.

Alguien toca mi espalda haciendo que se rompa el hechizo, es una compañera pidiéndome permiso para entrar. Me doy cuenta que me quede en la mitad de la puerta impidiéndole el paso a los demás y le pido disculpas. Empiezo a acercarme a Kaev para preguntarle por su abuela, pero me da la espalda y se pone a hablar con el profesor Ovier. Freno y de mala gana me voy a mi mesa. Empezamos con la receta de esta semana, "Mahoë chocolate tart con ganache aérea". Tiene nombre de que me va a resultar complicado.

Aprovechando la situación de que Kaev es ayudante y yo de verdad necesito ayuda, lo llamo varias veces, pero nunca se me acerca. Entiendo, me está ignorando, pero ¿por qué? No hice nada para que este enojado conmigo, el empezó el beso, yo solo lo seguí, si alguien tendría que estar enojada soy yo.

Cuando suena el timbre del receso, él se va del aula demasiado rápido. Intento seguirlo y le grito, pero no se da vuelta. Al quinto grito me canse de que me ignore y corro en su dirección, doy un salto y me trepo a su espalda.

- ¿Podrías dejar de ignorarme y dejarme hablar por un segundo?

Toma mis manos con fuerza y me aparta, bajándome de su espalda. Me empuja contra la pared, apretándome con su cuerpo y me fulmina con la mirada.

-No me vuelvas a tocar – me dice en un tono de irritación.

-Me obligaste a saltar encima de ti porque no me respondías.

-Si no te respondo es porque no quiero hablar contigo.

-No me importa si no quieres hablar conmigo, pero yo lo necesito – puedo sentir el enojo queriendo salir por mi boca, pero me obligo a calmarme y respiro – necesito saber cómo está Rinha, solo eso.

Kaev suaviza la mirada, apoya su frente en la mía cerrando los ojos y suspira.

-Lo siento– me dice ahora en un tono más calmado – otra vez me la agarré contigo.

-Me estoy cansando de que siempre me trates mal y luego te disculpes.

-Tienes razón – separa su cuerpo del mío y apoya las manos en la pared, mirándome fijamente a los ojos – cagarla es lo único que hago contigo, cuando en realidad quiero todo lo contrario. Pero esa es una conversación que tendremos en otro momento, ven, vamos.

- ¿A dónde?

-A ver a Rinha

-Pero... - digo con duda – tenemos que volver a clase, todavía nos quedan dos horas.

Una pizca de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora