Al salir del instituto nos encontramos de frente con la Barbie chillona, la sonrisa que tenía plasmada en mi cara se desvanece en un segundo. Se acerca pegando saltitos hacia nosotros y se tira a los brazos de Kaev, que me mira con cara de pánico. Esta vez no se la voy a dejar pasar. Tomo a la Barbie de los hombros y la arranco de los brazos de mi novio.
-Pero ¡¿Qué haces?! – chilla la rubia.
La observo, fulminándola con la mirada.
-Quita tus garras de mi novio.
- ¿Tu novio? No me hagas reír.
-Te lo voy a explicar una sola vez – digo bien cerca de su cara – tú te fuiste y Kaev se olvidó de ti. Así que va a ser mejor que no te acerques a menos que sea para decir que te vas de nuevo ¿entendido? Porque ahora está conmigo, y yo no me voy a ningún lado.
La Barbie chillona me mira con cara de superada, pero no dice nada. Busca con la mirada a Kaev y, al no decirle nada, se da cuenta que estoy en lo cierto y él no va a salir en su defensa.
-Yo no estaría tan segura... - dice antes de darse la vuelta y alejarse de nosotros. Pero en voz baja, como en un susurro me amenaza - Te vas a arrepentir, poca cosa.
Creo que Kaev no escucho eso último, pero yo si lo escuché. Estoy segura que va a buscar la forma de alejarnos para volver con mi novio, pero no se lo voy a permitir. Inhalo fuerte para calmarme y siento las manos de Kaev en mis hombros, acariciando suavemente.
-Eso fue increíble – susurra en mi oído.
Me rio.
-Vamos, todavía tengo que estudiar para mañana.
Acepto la propuesta de Kaev y voy a estudiar a su casa, con la única condición de que no me moleste. Me paso la tarde entre apuntes y consejos, por parte de Kaev, para aprobar los pocos exámenes que me quedan. Antes de dormir hacemos el amor una vez para "distraerme" un rato, según mi novio.
El jueves por la mañana doy el examen de organización de eventos y estoy segura que lo aprobé, los consejos de Kaev sobre esta materia me dieron suerte. Tengo un recreo de una hora y media para almorzar antes del examen de nutrición, así que me dirijo al patio del instituto para estudiar bajo la sombra de algún árbol, mientras me como un sándwich. Media hora después aparece Kaev, que se sienta a mi lado a almorzar en silencio para no desconcentrarme. Estoy centrada en mis apuntes cuando alguien se nos acerca. Al ver los zapatos rosa chillón me imagino quien puede ser. Me levanto para estar a la misma altura y la miro con cara de pocos amigos.
-Hola – dice con una sonrisa que, si no me diese cuenta de su falsedad, parecería amistosa.
- ¿Qué quieres?
- Yo quería... disculparme – dice bajando la mirada y tocándose el pelo – entiendo que Kaev ya no está conmigo y que me fui durante mucho tiempo... solo me costó un poquito asimilarlo. No quería ser una molestia.
- ¿Algo más?
-No... solo era eso. Entiendo que ya no formo parte de su vida. No tienes que preocuparte por mí. Mucha suerte.
Sonríe nuevamente y se aleja. Eso fue... raro. Algo me dice que no le crea, no sonó sincero. Parecía actuado, como si hubiera practicado las palabras antes.
-Eso estuvo bien ¿no crees? – Kaev toma mi mano.
-No, algo no está bien.
-Nevaeh...
-No. Deberíamos tener cuidado por ahora. Creo que está planeando algo.
-No seas perseguida, ya se disculpó.
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Una pizca de amor
RomanceNevaeh ya no confía en si misma, entonces llega él para ayudarla a recordar quien es y descubre que cocinar no solo tiene que ser seguir recetas, también tiene que ver con el amor.