Mientras manejo a la casa de mis amigos pienso en lo incómoda que va a ser la situación si ellos ya casi ni se hablan. Por lo que me contó Sofía en clase, los viajes en auto son en silencio y cada uno come en su cuarto para no hablar. Pero hoy es domingo, es el único día que los puedo ver a ambos así que prácticamente los voy a obligar a estar en la misma habitación.
La comida pasa en silencio y la verdad es que esto es más incómodo de lo que pensé que iba a ser. Sofía se va a la cocina a lavar los platos y aprovecho el momento para contarle a Jayden sobe Kaev, se lo toma muy bien, me dice que me cuide y que, si alguna vez me lastima, le va a romper la cara.
- ¿Todavía no hablaste con ella? – le digo señalando hacia la cocina.
-No – suspira – cada vez que lo intento se va y me deja hablando solo.
- ¿Lo sabias?
-Sí, siempre supe que le gustaba y siempre me mantuve al margen. Nunca intente nada porque es una de mis mejores amigas y no quiero perderla, pero lo estoy haciendo de todas formas.
- ¿Por qué no nos contaste que estabas saliendo con alguien?
-Porque es más difícil de lo que parece.
Siento que es el momento para hacerle la pregunta que lleva rondando mi cabeza hace días, pero aparece Sofía y decido guardármela.
-Entonces – dice secándose las manos con un repasador - ¿Qué película elegiste para que veamos?
-Los siete pecados capitales – sonrío con culpa – ya sé que ya la vimos, pero me gusta y como me tocaba elegir a mí, no me pueden decir nada.
Ambos se ríen y nos trasladamos al sillón para empezar a ver la película. Al cabo de unos minutos, veo que Sofía no la está mirando, sino que mira fijo y con el ceño fruncido a Jayden, quien está completamente abstraído en el celular mensajeándose con alguien. Le hago un gesto para que deje de torturarse así y se concentre en la película, pero resulta imposible y ya no solo para ella, sino también para mí. En ningún momento suelta el celular, ni siquiera cuando termina la película. Sofía y yo nos levantamos para llevar los vasos y el bol, donde estaban los pochoclos, a la cocina y él ni se entera. Ella se pone a lavar las cosas y yo decido volver al comedor para decirle un par de cositas a Jayden, pero cuando llego no está. Algo vibra, veo su celular en la mesita y me acerco porque la curiosidad me puede, sin agarrarlo leo lo que dice y automáticamente me arrepiento de haberlo hecho. Como bien dice el refrán, la curiosidad mató al gato, solo que en este caso el gato soy yo y, en vez de matarme, vi cosas que no debería haber visto. En el centro de notificaciones tiene un mensaje que dice "¿Esto demuestra las ganas que tengo de verte?" y adjunta hay una foto de una mano agarrándose sus partes por encima del bóxer. Rápidamente dejo el celular en la mesa y vuelvo disparada a la cocina para que Jayden no se dé cuenta que vi el mensaje. Cuando él aparece les pongo la excusa de que me estoy sintiendo mal de la panza y me despido de ambos. Si tenía alguna duda sobre Jay, creo que esto lo confirma ¿no?
El lunes Kaev me da una sorpresa y me pasa a buscar por casa, de camino al instituto, tengo ganas de preguntarle por Ashton, pero no sé cómo empezar la conversación, no es como si pudiera empezar con un ¿Cómo estuvo tu fin de semana, por casualidad tu mejor amigo es gay? Me siento ridícula, no puede ser tan difícil.
- ¿Cómo estuvo tu fin de semana? – me dice.
Creo que me leyó la mente.
-Bien, el sábado estuve practicando, el domingo fui al centro de salud y después pasé la tarde con Sofía y Jayden – tengo que aprovechar el momento - ¿Tú que hiciste? Además de ir al centro.
-Llevé a Kian al lago y al día siguiente me vi con Ashton.
Bingo.
-Oye ¿Por casualidad tiene novia?
- ¿Estas intentando remplazarme con mi mejor amigo? – dice con un tono de burla.
Me rio.
- ¡No! Porque si no tiene, capaz se lo podríamos presentar a Sofía. Está soltera hace bastante y, como diría Rinha, creo que le vendría bien un poco de diversión.
¡Qué bien! Fui muy sigilosa, podría trabajar como agente encubierto.
- Juntarte con mi abuela te está empezando a hacer mal – se burla – pero por mucho que quisiera que tu amiga se divierta, tengo que arruinar tu plan de casamentera para decirte que ella no entra en los gustos de Ash.
-Sofía entra en los gustos de cualquiera – le respondo simulando indignación - ¿Cómo es posible que no entre en los suyos?
-Básicamente porque Sofía no tiene algo colgando entre las piernas.
-Oh, claro, ya entendí, esos gustos.
Misión exitosa y confirmación lograda. Ashton es gay y claramente mi mejor amigo también lo es, por eso dijo que su relación es más difícil de lo que pensábamos, porque antes de decirnos con quien está, nos tiene que decir que le gustan los hombres y capaz todavía no está preparado para decírnoslo.
-Nevaeh – me dice Kaev.
- ¿Qué?
-Ya llegamos, apagué el auto hace diez minutos, pero te quedaste ahí sentada y no me respondías ¿Está todo bien?
-Si – le respondo saliendo del auto – estaba pensando y no me di cuenta, lo siento.
- ¿Segura que estás bien?
-Segura – le doy su suave beso en los labios – vamos.
Tomo su mano y nos dirigimos al aula.
Durante la clase estoy más distraída de lo normal, por lo que, al primer fracaso, me siento al lado de Sofía y la observo mientras cocina. Quizás así aprenda algo, o descubra cual es la diferencia entre su forma de cocinar y la mía.
Cuando suena el timbre que avisa que terminó la clase, salgo del aula con Sofía en dirección al estacionamiento, ella va hacia su auto y yo voy hacia el de Kaev. Antes de entrar me da un beso que me deja con ganas de más y arranca con dirección a algún lugar que no es mi casa.
- ¿Dónde estamos yendo? Pensé que me ibas a llevar a casa y eso es exactamente hacia el otro lado.
-Te lo dije mientras veníamos, me siento ignorado – dice con un tono de tristeza muy mal imitado y hace un gracioso puchero – hoy salimos temprano, por lo que podemos pasar a buscar a Kian y Maeve por el colegio, ahí es donde vamos.
-Si lo dijiste en algún momento entre el fin de nuestra conversación y cuando me bajé del auto, no te escuché, estaba muy concentrada dentro de mi cabecita.
Se ríe y para el auto frente al colegio. Unos minutos más tarde escucho que se abre la puerta y entra Kian. Esperamos otro poco para que llegue mi hermana, pero no lo hace. Qué raro ella suele salir rápido.
- ¿Por qué no arrancas el auto? – dice Kian.
Me doy vuelta para poder responderle de frente.
-Esperamos a Maeve ¿Sabes dónde está o porque tarda tanto?
Kian pasa su mirada de mi a Kaev un par de veces antes de responder.
-Maeve no vino a clases hoy.
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Una pizca de amor
RomanceNevaeh ya no confía en si misma, entonces llega él para ayudarla a recordar quien es y descubre que cocinar no solo tiene que ser seguir recetas, también tiene que ver con el amor.