Sarang Note ; kth, jjk [+18] CANCELADA

†10. Compromisos innecesarios

Feliz Jueves Santo de parte Taehyung 👼

Jihye

No me moví a pesar de que mi cuerpo había despertado, pero sí que hice memoria de la situación.

¿Por qué estás prácticamente babeando en el pecho de Taehyung?

-¿Hmmn? -susurré para no despertarle, y cuando me intenté reincorporar, un peso en la cintura me lo impidió.

Era Jungkook el que me abrazaba como si no hubiera mañana.

Sonreí cuando vi su cara dormida, el piercing de la ceja haciéndole más adorable que intimidante. Pellizqué su mejilla y volví a tumbarme entre los dos.

-Deja de moverte tanto, cielo -una voz viajó por la almohada hasta mi oído, y salió tan grave que pareció del océano. Taehyung también estaba muy cerca.

-¿No sé supone que te ibas a ir cuando se me pasara el efecto? -achiné los ojos con sospecha, y Jungkook pareció pegarse más a mí involuntariamente. Aguanté una sonrisa al notar su entrepierna contra mi falda.

-Todavía estás fumada -el rubio estiró la mano a mi mejilla, y cerré los ojos casi por defecto-. ¿Has visto cómo te relajas cuando te acaricio?

Mis músculos se destensaron, y volví a sentir esa paz mental de cascada suave.

-¿Tú también tienes poderes, Tae?

-Qué curiosa eres -me regaló una sonrisa alargada, y no pude evitar pensar lo grande que era en comparación a mí-. Mañana me acompañarás a misa.

No lo había dicho en forma de sugerencia

-Me dijisteis que ibais a resolver mis dudas y no habéis disipado ninguna -hice el amago de coger su muñeca para apartar su glorioso toque, pero me pudo la forma en la que acarició mi mentón-. Eso no vale...

-Shhh... -su cuerpo se acercó al mío, y no dije nada cuando su nariz estuvo a centímetros de la mía. Veía sus ojos desde aquí, y sus iris eran grises, no castaños.

-Sé lo que Jungkook es, pero cuando te veo a ti solo veo incógnitas -le di de su propia medicina, y también comencé a tantear su mejilla-. Sé que hemos sido amigos por mucho tiempo, pero ahora mismo siento que no te conozco, Taehyung. Le has estampado contra la pared solo con abrir la mano -señalé al rebelde dormidito detrás de mí-, y no dejas de saltarte tu voto de castidad. Me pareces bastante hipócrita.

-No te culpo por pensar así -dejó de tocarme, y la normalidad volvió a mí.

-Me recuerdas a los sacerdotes que abusan de los niños, ¿sabes? -espeté con dureza-, recreas una personalidad casta en clase, pero luego a solas eres otra totalmente opuesta. No sé si puedo confiar en ti.

-Es normal que la Iglesia cometa errores, es una manifestación física de la fe y está hecha por humanos -se le tensó la mandíbula-, sabes lo imperfectos que sois.

-Habló Don Perfecto, ¡eres la contradicción en persona! -susurré fuerte, bufando molesta. -Menos mal que soy atea...

Se le desencajó la mandíbula de tanto abrir la boca, y me giré hacia los brazos de Jungkook. Le di la espalda a Taehyung, igual que él había hecho cuando más le necesitaba.

-Guapo -besé la frente del pelinegro, y nada más le abracé por el cuello, Taehyung paniqueó.

-Venga Jihye, no me digas eso -el cuerpo del mayor se apretó a mi espalda, y su boca se acercó peligrosamente a mi oído. Las vibraciones de su voz seductora fueron perfectamente audibles, y junté los muslos-. Algunas veces sí que te lo pasas bien en misa, te sientas a mi lado y me miras cuando te crees que no te veo.