Jihye
Ninguno de los tres dijo nada cuando el portal nos trajo de vuelta a la habitación del internado.
-¿Chicos...? -apoyé la mejilla sobre el pecho agitado de Jungkook, que era donde había caído de bruces gracias a sus buenos reflejos. Taehyung estaba sobre mi espalda, y no era precisamente ligero-. ¿Estáis bien, os habéis hecho daño?
La habitación estaba totalmente a oscuras, lo cual era mejor porque la había destrozado con el conjuro de invocación. Ellos no lo veían, pero yo sí distinguía las paredes quemadas por las velas y el suelo cubierto de hojas de algunos grimarios, mojadas por la mini tormenta de antes.
Le había dejado la habitación hecha una mierda a Jungkook, y aunque había cosas mucho más importantes por las que preocuparse, me sentí fatal al haber destrozado su espacio privado.
Le gustaba mucho su habitación llena de grimorios...
-¿Jungkook? -le llamé, subiendo la mano pelada a su mejilla, abultada por su lengua encolerizada. Sus ojos estaban fuertemente cerrados y su ceño fruncido, con una vena tensa sobre su sien, como si su paciencia estuviera a punto de reventar-. No pareces muy contento de que estemos de vuelta al internado -apreté su vena infantilmente, un poco desesperada al verle tan callado-. No te preocupes, aquí no hay diablesas que te molesten, solo yo.
-Y yo, no te olvides de mí, estúpida -me recriminó el rubio, grave como la voz de un Neanderthal-. Ya son más de 592 años continuos jodiéndote la existencia, Jungkook, este año no va a ser diferente, con l...-
-Cállate anda -le di un codazo en las costillas, logrando que me insultara y que se retorciera contra mi espalda, y que callara.
La única reacción de Jungkook fue deshinchar el pecho, una advertencia de que estaba conteniendo de gritarnos, de que estábamos acabando con su poca paciencia de introvertido.
-Oye Jungkook -intenté parecer cute, y hundí un dedo en su hoyuelo, pinchando de una forma que habría puesto nervioso a cualquier chico-. Sonríeme un poquito, porfa, he tenido que investigar mucho para encontraros -rocé la punta de su nariz con la yema del dedo, y desencajó la mandíbula en fastidio-, venga, es lo mínim...-
-¡Jihye, cállate! -un suspiro pesado me acarició la nuca desde atrás, y Taehyung hundió la cara en mi omóplato con exasperación-. ¿No ves que no es momento d...-
-Levantaos, los dos -gruñó una espesa voz bajo mí, como salida de las densas tinieblas.
Los penetrantes ojos del diablillo se clavaron en los míos, y no me dio nada de calma como le cambiaron a una tonalidad roja. Estaba enfadado y descontrolado, pues ya le daba igual no mantenerse con rasgos totalmente humanos.
-Jungkook, t-tus ojos...
¿Le iban a salir también los cuernos?, ¿la cola roja?
-¿Aparte de estúpidos también estáis sordos? -Jungkook nos enseñó los dientes en un gesto animal, y noté cómo el cuerpo alerta de Taehyung se tensó contra mi espalda.
Taehyung ya no me desprendía ese sentimiento de calma irreal de siempre, y tal vez estaba demasiado cansado como para hacer hechizos. Ni siquiera había usado la magia para deshacerse de las serpientes de antes.
-Pfft, cómo odio que no me respondan -Jungkook salió de debajo de mí con poco cuidado, y en el proceso algo afilado, duro y frío me arañó el brazo.
-Cuidado Jihye -Taehyung puso la mano para prevenir que mi cabeza golpeara el suelo, y me sentí tan mal por el trato de Jungkook que ahí dejé la cara, refugiada en el pequeño gesto de Taehyung.
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Sarang Note ; kth, jjk [+18] CANCELADA
FanfictionEn el internado Parking Souls todo parece fluir con normalidad, excepto porque sus paredes esconden secretos. Seok Jihye se encuentra con un diario empolvado que exuda misterio por cada una de sus páginas, y que tiene un poder especial que la conde...