†18. Las influencias del collar

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Jihye

Ninguno de los tres dijo nada cuando el portal nos trajo de vuelta a la habitación del internado.

-¿Chicos...? -apoyé la mejilla sobre el pecho agitado de Jungkook, que era donde había caído de bruces gracias a sus buenos reflejos. Taehyung estaba sobre mi espalda, y no era precisamente ligero-. ¿Estáis bien, os habéis hecho daño?

La habitación estaba totalmente a oscuras, lo cual era mejor porque la había destrozado con el conjuro de invocación. Ellos no lo veían, pero yo sí distinguía las paredes quemadas por las velas y el suelo cubierto de hojas de algunos grimarios, mojadas por la mini tormenta de antes.

Le había dejado la habitación hecha una mierda a Jungkook, y aunque había cosas mucho más importantes por las que preocuparse, me sentí fatal al haber destrozado su espacio privado.

Le gustaba mucho su habitación llena de grimorios...

-¿Jungkook? -le llamé, subiendo la mano pelada a su mejilla, abultada por su lengua encolerizada. Sus ojos estaban fuertemente cerrados y su ceño fruncido, con una vena tensa sobre su sien, como si su paciencia estuviera a punto de reventar-. No pareces muy contento de que estemos de vuelta al internado -apreté su vena infantilmente, un poco desesperada al verle tan callado-. No te preocupes, aquí no hay diablesas que te molesten, solo yo.

-Y yo, no te olvides de mí, estúpida -me recriminó el rubio, grave como la voz de un Neanderthal-. Ya son más de 592 años continuos jodiéndote la existencia, Jungkook, este año no va a ser diferente, con l...-

-Cállate anda -le di un codazo en las costillas, logrando que me insultara y que se retorciera contra mi espalda, y que callara.

La única reacción de Jungkook fue deshinchar el pecho, una advertencia de que estaba conteniendo de gritarnos, de que estábamos acabando con su poca paciencia de introvertido.

-Oye Jungkook -intenté parecer cute, y hundí un dedo en su hoyuelo, pinchando de una forma que habría puesto nervioso a cualquier chico-. Sonríeme un poquito, porfa, he tenido que investigar mucho para encontraros -rocé la punta de su nariz con la yema del dedo, y desencajó la mandíbula en fastidio-, venga, es lo mínim...-

-¡Jihye, cállate! -un suspiro pesado me acarició la nuca desde atrás, y Taehyung hundió la cara en mi omóplato con exasperación-. ¿No ves que no es momento d...-

-Levantaos, los dos -gruñó una espesa voz bajo mí, como salida de las densas tinieblas.

Los penetrantes ojos del diablillo se clavaron en los míos, y no me dio nada de calma como le cambiaron a una tonalidad roja. Estaba enfadado y descontrolado, pues ya le daba igual no mantenerse con rasgos totalmente humanos.

-Jungkook, t-tus ojos...

¿Le iban a salir también los cuernos?, ¿la cola roja?

-¿Aparte de estúpidos también estáis sordos? -Jungkook nos enseñó los dientes en un gesto animal, y noté cómo el cuerpo alerta de Taehyung se tensó contra mi espalda.

Taehyung ya no me desprendía ese sentimiento de calma irreal de siempre, y tal vez estaba demasiado cansado como para hacer hechizos. Ni siquiera había usado la magia para deshacerse de las serpientes de antes.

-Pfft, cómo odio que no me respondan -Jungkook salió de debajo de mí con poco cuidado, y en el proceso algo afilado, duro y frío me arañó el brazo.

-Cuidado Jihye -Taehyung puso la mano para prevenir que mi cabeza golpeara el suelo, y me sentí tan mal por el trato de Jungkook que ahí dejé la cara, refugiada en el pequeño gesto de Taehyung.

Sarang Note ; kth, jjk [+18] CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora