Capítulo XI

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Bailemos hasta decir basta...
Parece que al enemigo lo tengo cerca...
La máscara de miedo ha quedado en la canasta...
El verdadero peligro se acerca...

7:20

Cuando por fin llegamos adentro de la mansión, lo primero que se puede ver es el montón de gente bailando al ritmo de I feel like i'm drowning de Two Feet.
Supongo que la fiesta acaba de iniciar, pero aún así, ya hay algunas personas algo inconscientes. La música fuerte y los murmullos de personas es lo único que se puede oír alrededor, y lo único que se puede ver es mucha gente iluminada por la luna roja, en el techo hay un gran cristal transparente que deja ver la luna.

Les hago una seña a las chicas para que nos separemos y así ir buscando algo, o más bien, a alguien que nos dé pistas. Trato de mezclarme con la gente y empiezo a bailar, aunque ese no sea mi mayor talento, no como Dion, Morrigan y Laksmi, apenas veo que ellas entran a la pista, todas las miradas se posan sobre ellas y sus elegantes vestidos iluminados por la luna roja.

De verdad lucen como verdaderas deidades.

Es decir, ¿quién no las miraría?.

Laksmi lleva un vestido celeste al con detalles dorados que hace que se vea elegante y guapa, su antifaz y zapatos son dorados, maquillaje sutil que resalta su hermoso rostro y una coleta alta dejando su largo cabello caer hasta su espalda.

Morrigan luce un hermoso vestido rosa con pequeños detalles negros que la hacen lucir de forma adorable, su máscara es negra al igual que sus zapatos, ella insistió en no llevar maquillaje y aun así luce preciosa, y su cabello rubio va suelto.

Y Dion, ella va con un vestido rojo que la hace ver letal y sexy al mismo tiempo, lleva zapatos dorados como su antifaz, un labial rojo fuego y sus hermosos rizos sueltos.

Aprovechando la atención que tienen las chicas, me alejo un poco de la multitud y subo las escaleras llegando a la segunda planta donde se encuentran situados los cuartos. Me acerco a cada uno intentando abrirlos para ver si encuentro algo interesante, pero lo único que encuentro son cuartos cerrados con llave.

Claro, Sally, ¿crees que si organizan un baile así dejarían todo abierto?.

Sigo recorriendo pasillos, en algunos hay puertas abiertas y con la luz apagada, pero dichas puertas solo dejan ver parejas algo... Ocupadas, por decirle así. Pienso en bajar de nuevo hasta que veo al final de uno de los largos pasillos, una puerta entre abierta con la luz encendida aunque el pasillo está oscuro. Me acerco con mucho cuidado a la puerta, y cuando ya estoy cerca, me quedo de pie a unos metros de esta, aún así el sonido proveniente de ahí es bastante claro.

¿¡Cómo que dejaste la puerta del sótano abierta!?, eres imbécil ¿o qué?.

Relájate Ross, nadie irá allá abajo, es demasiado solo, además, nunca te dije que dejaras esa parte del trabajo ahí. Ambos tenemos la culpa, imbécil.

—Sea como sea, arreglalo antes de que alguien vaya allá.

Me alejo rápidamente cuando la conversación concluye y escucho pasos rápidos.

Necesito un lugar para esconderme.

Desesperada, fuerzo la puerta a la que estoy arrecostada y por suerte está abierta. Entro rápidamente y la cierro de un golpe apoyándome en ella con los ojos cerrados, pero los abro de repente, cuando escucho una risa varonil a unos pasos de mí.

—Yo... Emm, lo siento, no sabía que había alguien aquí, no abría entrado de haber sido así, lo siento mucho de verdad. — Hablo sin parar, y sin levantar la vista, me levanto torpemente.

Cacería MacabraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora