Capítulo XX

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La evidencia al descubierto...
Ya no puedes huir...
Es mejor no soñar despierto...
Te conviertes en una presa fácil de destruir...

8:13 p.m

Morrigan Vigevani

Estuvimos más de una hora intentando hackear las cuentas de Celeste o las de Jeric, pero hasta ahora ninguna había funcionado.

—¿Ya probaste con el programa que creamos la semana pasada?. —Pregunto a Dion mirando como teclea rápidamente en la computadora de Sally.

—Joder... Me lo hubieras recordado hace media hora. —Ella me mira con mala cara, mientras yo me tumbo en la cama junto a Sally.

—¡Entré!. —Ambas nos ponemos de pie rápidamente y luego nos acercamos a la computadora, observando todas las conversaciones, fotos, contactos, videos, y registros de llamada del teléfono de Celeste.

Empezamos a ver los contactos de teléfono de Celeste, pero no se ve nada fuera de lo común.

—Espera... Revisa cuantas calculadoras hay. —Espeta Sally y Dion procede a revisar.

Efectivamente hay dos. Son de esas aplicaciones en las que guardas cosas ultra secretas, y se camuflan de otras aplicaciones normales para que nadie lo note. Las tres sonreímos, pero dicha sonrisa se borra cuando vemos que la aplicación nos pide una contraseña.

Dion bufa y comienza a teclear de nuevo, dejándonos ver todos los contactos y lo demás, unos instantes después.

Contactos:

Padre

Jeric

Julián Klein

Andrew Ross

Alain Salazar

Esos son sus únicos contactos ocultos. Después de ver los contactos, procedemos a ver las conversaciones con dichos contactos.  Estábamos a punto de entrar cuando el timbre de la casa sonó. Las tres bajamos y vimos que la madre y el padre de Sally ya estaban abajo junto con Heiden, luego fijamos la mirada en la puerta y vimos a la señora Valeriey a Laksmi, entonces bajamos rápidamente.

—¿Laksmi?, ¿Señora Valerie?, ¿todo está bien?. —Preguntó Dion, viendo que Laksmi tenía la mejilla roja y su madre estaba al borde de dejar salir las lágrimas.

—Por favor, Señores Bellage, déjennos quedarnos aquí solo por hoy. —Pidió Laksmi, y la madre de Sally no dudó ni un segundo en dejarlas pasar.

Todos fuimos a la biblioteca y ahí Laksmi nos explicó todo lo que había pasado en su casa, aunque su madre aún no sabía lo del Clan.

—Mi madre... Ella aun no sabe lo del Clan...—Laksmi miró a su madre que sostenía una taza de té, se le veía muy confundida. —Mamá, yo... Joder, no sé cómo empezar. —Susurró más para ella misma que para su madre. —No puedo decirle yo, ¿Sally?.

Sally asintió, y luego se sentó junto a la Señora Valerie.

—Bien... Emm, lo que va a escuchar no es nada fácil de explicar, así que le pido que por favor se mantenga serena. —La madre de Laksmi la miraba confusa, pero le dio señal de proseguir. —Las muertes, secuestros, y todo lo que ha estado pasando con las mujeres desde hace meses... Todo es obra de un grupo de "hombres", si es que se les puede llamar así... Pero, el punto es que, su esposo es parte de dicho grupo.

Y así, sin decir ni una sola palabra, la Señora Valerie se desmayó. La madre y el padre de Sally intentaron despertarla, ella no reaccionaba hasta que pusieron un poco de alcohol en su nariz.

Cacería MacabraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora