Capítulo XVI

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Buena jugada han hecho...
Es momento de mover nuestras piezas...
Quedarán todos y cada uno de ustedes desechos...
Es hora de bajar sus aires de grandeza...

9:10 a.m

Jayden Parker

Al verlos llegar a la cafetería, se sintió como si todo el mundo se hubiera detenido durante unos segundos. Todas las chicas del lugar parecían asesinar mentalmente a Sally, algo así como eso de: si las miradas mataran... Ella ya estaría muerta. Y en cuanto a los chicos de ahí, veían con fastidio al nuevo. Sally vio el lugar donde estábamos todos reunidos y se acercó con el chico.

—Hola chicos, les quiero presentar a alguien.—Habló ella con su tono de voz habitual mientras sonría de forma leve.

Todos mirábamos a su dirección sin decir nada, no hacía falta, ella sabía perfectamente lo que todos (en especial yo) estábamos pensando;"¿quién es y qué hace aquí?".

—Bueno, emm, él es Jeric Russo, se acaba de mudar a la ciudad. — Todos lo miramos unos segundos más y fue cuando vi bien sus ojos.

Ámbar y gris.

El chico tenía una especie de heterocromia parcial.

—Hola Jeric, mi nombre es Morrigan Vigevani.— Morrigan lo saludó muy amable al igual que el resto de los chicos, incluso Jasiel y Jason.

Idiotas.

Llegó "mi turno", y Sally en especial me miraba con una cara de loca desquiciada, que era bastante fácil de leer, quería que le saludara. Sin decir nada, me levanté de la mesa, agarre mis cosas y salí de la cafetería.
Caminé sin siquiera saber hacia dónde me dirigía, caminé hasta que llegué a la biblioteca del instituto. Arrojé mis cosas sobre una de las mesas alejadas de los demás, y me senté con la cabeza reposada sobre mis manos puestas en la mesa.

¿Lo vieron?.

—Estoy seguro de que lo vieron.

Dos voces al otro lado del estante, una me era inconfundible, pero la otra me parecía totalmente desconocida. Andrew Ross, pero la otra persona me era totalmente desconocida.

—Encargate de que haga bien el trabajo que los otros no pudieron, no quiero más inconvenientes Ross. —Expresó la voz desconocida con total fastidio.

No me tienes que decir lo que tengo que hacer, Stone, eres demasiado molesto. Ahora solo vete, no te pueden ver conmigo. —Escuché unos pasos apresurados dirigirse hacia la salida, aunque claramente me vería y me tendría en su mira.

Me apresuré para tomar todo y alejarme lo más posible para evitar ser visto. Vi al hombre pasar, era un tipo de tal vez unos 40 años, tal vez más, eso era algo fácil de deducir, su barba y algunas partes con tonalidades gris de su cabello naturalmente café lo del ataban, no muy alto, puede que esté entre los 1.60 m de altura, y en su mano derecha, brillaba desde lejos ese maldito anillo de oro con un león visible.

Después de unos segundos vi a Andrew pasar mirando por todo le lugar, cuando estaba a punto de ver hacia donde yo estaba tuve tiempo de esconderme rápido. Al tener la total certeza de que ya se habían ido, salí de la biblioteca y me dirigí a buscar a los demás.

9:40 a.m

En el resto del receso, estuve buscando a los chicos o a las chicas, no vi a ninguno y eso era algo un poco raro ya que desde que nos unimos siempre nos sentábamos juntos en una mesa de la cafetería o en el patio del instituto, y aunque busqué incluso en la azotea, no había nadie.

Cacería MacabraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora