“Mentirnos a nosotros, mentirnos el uno al otro.
Escondiéndonos de la verdad, mintiendo bajo apariencias”.
—LAUREN AQUILINA. Lovers or liars.
Si había algo que Max y Lorena tenían en común, eso era la pasión por el teatro.
La explicación del maquillaje que traía Max la noche en la que salieron a tomar un café fue esa. Max estaba en un grupo de teatro comunitario y estaba a tan solo unos cuantos días de la puesta en escena.
Marina prometió ir a verlo.
Una semana más había corrido. No había noticias de Daniel, ni siquiera la policía había logrado encontrar gran cosa y el tiempo seguía su curso sin detenerse por nada y ante nadie.
Marina había pasado horas y minutos desvelándose mirando la pantalla de su móvil y nada. Tenía planeado gritarle en cuanto él llamara, decirle que dejase de jugar con ella y que pusiera fin a su absurda escapada.
Sin embargo, el momento no parecía cercano.
—¡Es esta noche! —Saltó emocionado Max cuando Marina entró al comedor, tomó con sus manos las manos de la chica y les dio un apretón.
—Estás loco —replicó Marina entre risas.
—Loco, sí, y emocionado también. Si irás a verme, ¿verdad?
—Claro y por supuesto que no —Max se puso serio—. ¡Caray, quita esa cara larga! Claro que iré.
—Me parece perverso.
Caminaron a sentarse a una mesa cercana. La energía de Max era contagiosa y pronto la chica se encontró sonriendo a la nada. Quería enfocarse en acabar el semestre como era debido y todo lo que la rondaba, junto con lo que Daniel estaba haciendo.
La meta era sobrevivir otra semana y media.
—¿Has pensado acerca de lo de ya-sabes-qué? —Max miró a Marina con cierto interés. Después de que encontraron la nota, la curiosidad de Max por ir en busca de Daniel había aumentado en exceso. Era algo que Marina no podía entender.
—Sí —dijo Marina mirándose las uñas. Las personas pasaban alrededor de donde estaban y para ella no era el lugar propicio para hablar de aquel tema—. No entiendo cuál es tu interés.
—Ninguno —respondió como si eso pudiera quitar la curiosidad de la mente de Marina—. Es que presiento como si algo no encajara. ¿No lo sientes tú? Es extraña la nota y también la forma en la que se ha ido, además fue listo al esconderla donde la escondió.
—No tan listo, pudiste encontrarla —se apresuró a agregar.
—Ese no es el punto.
—Es que no te he enseñado la otra nota.
—¿Hay otra? —Max arqueó la ceja izquierda—. No me lo habías dicho.
—En la escuela nadie lo sabe, sólo Lorena y yo, y supongo la novia de ya-sabes-quien. De ahí en más no hay ser humano que se haya enterado de lo que dice la nota, espero.
—¿Y qué dice?
Marina sacó su móvil y entró a Facebook, especialmente a la conversación que había tenido con Lorena, que misteriosamente sólo la había sacado de sus contactos. Tras una veloz búsqueda le puso el teléfono a Max en la mano.
—¿Qué carajo tiene esto que ver con lo que hallamos en la cafetería? —Estalló Max.
—Lo mismo me pregunto yo. Es basura…
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No somos amigos ©
Teen FictionEl chico que siempre vio junto a su casillero ha desaparecido y lo único que ha dejado tras de su misteriosa desaparición es una simple nota escrita sobre una servilleta. Ella sabe adónde ha ido o cree saberlo, pero no pondrá su atención en ello has...