Min Yoongi.

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— ¿Porque eres tan inseguro?— Hoseok mi psicólogo me preguntó por milésima vez.

—Porque me hicieron sentí como mierda toda mi vida, soy insuficiente, soy un asco y soy feo, no tengo un cuerpo bonito y a las únicas personas que dicen que me quieren a veces no les creo porque soy insuficiente— pensé mientras lo miraba callado.

—No lo sé— simple, directo, mentiroso.

—Lo sabes, Nome mientas mas porfavor, mientras más me mientes menos avanzamos— suspiro cansado.

—No te estoy mintiendo— susurré claramente mintiendo.

—¡Carajo Yoongi! Deja de mentir por una sola vez y dime qué pasa contigo— Se levantó enojado y se acercó amenazante.

Me asusté, normalmente Hoseok era bastante alegre y enérgico jamás lo había visto enojado, normalmente me tenía paciencia, pero supongo que la paciencia se acaba cuando tú paciente se rehúsa a hablar durante tres años.

Es comprensible que este molesto, todos se molestan conmigo, es mi culpa, siempre lo es.

—Sal de aquí y no regreses hasta que decidas hablar conmigo sin mentiras, entiendo que para ti es difícil, pero no puedo ayudarte si no me ayudas— me tomo de los hombros y bruscamente me saco de su consultorio.

Cerró la puerta dejándome afuera, suspire triste, odiaba las terapias pero Hoseok me es alguien agradable —Me importa una mierda, me importa un carajo— me puse los audífonos a todo volumen y salí del edificio.

Las lágrimas escurrían en mis ojos ocasionando un fallo en mi visión, solo espero no causar ningún accidente, por ahora solo quiero correr y que mis problemas e inseguridad se alejen de mi, como si fueran un parásito.

Aceleré el paso, estoy corriendo a casa como si alguien me esperará ahí, desde que termine con Jimin toda mi estabilidad emocional se fue al carajo de nuevo, se harto de mi como era de esperarse.

—Todos se hartan de mi, es natural que el también— Desde niño que me quedé sin amigos, nunca los tuve realmente, solo me usaban para no estar solos en los recreos y después cuando hacían más amigos me dejaban de lado.

Aún recuerdo la primera vez que fui al consultorio de Hoseok.

—¿Dos intentos de suicidio fallidos?— me miró incrédulo —¿Porque?— nunca le dije el porque, solo me quedé callado.

Solo quería terminar con mi vida, nunca me cuestione el porque hacía las cosas.

Correr por las bulliciosas y aglomeradas calles de Seoul siempre a sido algo terapéutico para mí, aunque odio la sensación de estar rodeado de gente se que en realidad estoy solo, ¿Nunca les ha pasado? Estar rodeados de gente y sentirse tan solos.

Seguí caminando con la mirada hacia el piso, conozco el camino de memoria, las palabras de Hoseok rebotando en mi cabeza, por mucho que no quisiera sus palabras dolían, su desprecio hacia mí me dolía mucho, empeze a llorar, intenté reprimirme pero no pude, hay veces que mis emociones revientan sin querer en malos momentos.

—Es mi culpa, todo es mi culpa, yo no debí ni de aparecerme en el consultorio, solo lo hice perder el tiempo, que estúpido soy— susurré comenzando a correr, como si eso pudiera hacer que mis problemas se quedarán atrás.

—Soy tan reemplazable como una bolsa de basura— seguí llorando, la música no me dejaba escuchar mi al rededor, yo seguía corriendo como si no hubiera un mañana, atravesé la avenida sin mirar a los lados y de pronto todo se volvió obscuro...





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Lo escribo durante una crisis emocional, no se realmente lo que dice, lo veré mañana y lo borraré.

One shots NamgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora