La palidez en su rostro era demasiada, su piel parecía no tener vida y estaba tan helada como un cadáver, Daniela lloraba desconsolada sujetando fuerte su mano, aún no podía creer que estuvo a punto de perderla. Cuando llegó al hospital los doctores no podían decir si viviría, tenía varias lesiones por todo el cuerpo, su rostro estaba bañado en sangre. El chico que la había sacado de entre los metales de la camioneta estaba manchado también de su sangre pero había sido él quien llamó a la policia, Daniela no podía agradecerle más por eso.
Después de que Daniel se llevase a Poché del parque no sabía que hacer así que llamó a Paula, ella le dijo en dónde vivía la pelinegra, cuando corrió a su casa era demasido tarde, no había nadie en casa cuando tocó la puerta, lo único que pudo ver fue la cochera abierta y una botella de cerveza rota a su lado, intentó llamarla un par de veces pero no contestó, esperaba con ancias que atendiese su llamada, que le dijese que todo estaba bien, que se verían luego para ir al parque.
Claramente eso no pasó
La siguiente llamada que recibió fue del hospital, al no tener más familia la habían contactado a ella, una enfermera le dijo lo que había sucedido y sin esperar más llamó a Sebastián para que la acompañase, él, sin preguntar nada le dijo que llegaría en unos minutos, poco tiempo después ambos estaban entrando a la sala de espera del hospital. Lloraba mientras esperaba a que alguien le dijese algo, el doctor le explicó que si María José hubiese estado de cabeza un poco más de tiempo su llanto seguramente sería por una muerte pero, gracias a los médicos, la intervención que le hicieron y al chico que avisó a la ambulancia acerca del choque, ella estaba viva. Habían logrado salvarla, aunque tuvieron algunas dificultades pero al final lo consiguieron.
Ahora su llanto no era de desesperación o angustia, no, su llanto era de alegría porque sabía que a pesar de todas las cicatrices que tendría, ella viviría, y eso era lo único que le importaba. Las cicatrices el tiempo podría solucionarlas, con un poco de reposo y tiempo ella lograría recuperarse por completo, solo debía esperar. Mientras la miraba descansar serenamente acariciaba su mano, intentando ver si es que reaccionaba, si podía sentirla, lo único que quería en esos momentos Daniela era ver esos ojos verdes, verla sonreír mientras le leía uno de sus libros favoritos, o reír mientras le cuenta alguna anécdota graciosa o simplemente por un chiste que ella le había contado, sabía que sus chistes eran malos pero ella se reía de todas formas y eso le gustaba, la hacía sentir especial. El doctor le dijo que habían tenido que inducirla en un coma por lo que dormiria por algunos días, solo hasta que su cerebro se desinflamase por el golpe que recibió.
"¿No quieres dormir un poco? Yo puedo quedarme aquí, te avisaré por cualquier cosa pero tú también deberías descansar" Sebas le dijo acercándose a ella, posó una mano en su hombro con delicadeza y le regaló una pequeña sonrisa para reconfortarla "ella está bien, no irá a ningún lado"
"Lo sé, Sebas, es solo que no quiero dejarla sola" habló con una sonrisa de lado, no la dejaría sola ni un solos segundo más, ya no. Intentaba no llorar por lo que había sucedido, ella vio como la golpeaban y no pudo hacer nada.
Se sentía inútil.
"Dani..." la llamó con un suspiro sentándose a su lado, colocó una mano sobre la suya y la miró "has sido muy fuerte últimamente, han pasado muchas cosas y sé que estás destrozada. Puedes permitirte llorar, se vale hacerlo y creo que deberías de liberarte un poco, déjalo salir. Nadie espera que no lo hagas después de pasar por todo esto"
Escuchó con atención las palabras de su amigo y cerró los ojos con fuerza, tenía razón, no podía soportarlo más, la primera lágrima descendió por su mejilla, después otra y otra, se tiró a los brazos del moreno permitiéndole abrazarla. En esos momentos era lo único que necesitaba, había intentado no llorar por mucho tiempo pero siemplemente no podía más, debía hacerlo. Lloraba porque tenía miedo, porque a pesar de que los doctores le dijeron que ella estaría bien se había asustado, jamás en su vida había sentido tanto miedo y el solo recordar que pudo haber perdido a la persona que más amaba en el mundo le daba miedo. Lloraba porque se sentía frustrada, porque había visto con sus propios ojos como la golpeaban, porque no pudo hacer nada, porque a pesar de recibir todos esos golpes ella no dejó que le hiciesen nada en ningún momento, deseo haber echo lo mismo con ella pero no pudo. Lloraba porque la amaba y verla allí, recostada sobre una camilla, contectada a varias máquinas que la ayudaban a vivir, le daba una sensación de temor. Lloraba porque había resistido demasiado.
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7 DÍAS
Fanfiction[Contenido sensible] Aferrarse a los buenos recuerdos... Disfruta cada segundo, vive cada momento y ama con el corazón... A veces con querer no vasta. "Una batalla sin cicatrices jamás hizo a un soldado más fuerte"